
En el Nrte de Santander, la región de Catatumbo permanece inmersa en una espiral de violencia que, después de meses de confrontaciones, ha dejado en su camino el Desplazamiento forzado de decenas de miles de personas, confinamientos masivos y un aumento en las tácticas de guerra que incluyen minas antipersonal, secuestro y reclutamiento de menores.
Desde enero de este año, Catatumbo ha registrado la peor crisis humanitaria de las últimas décadas en Colombia. El choque entre los disidentes del frente 33 del extinto FARC y el Eln se ha ido, hasta finales de mayo de este año, Más de 100 muertes confirmadas, alrededor de 65,000 personas desplazadas internas y unas 23,000 personas confinadas en su camino por amenazas y confrontaciones armadas. Estas figuras oficiales e informes humanitarios reflejan un aumento sostenido en la violencia en la región.
Ambos grupos mantienen un control territorial significativo. Los El ejército y la policía, desplegados con más de 10,000 tropas, han promovido operaciones que, aunque han neutralizado explosivos y han incautado las armas.No han logrado desmantelar estructuras armadas ilegales ni evitar desplazamientos masivos.
Miles de desplazados en el catatumbo han buscado refugio mientras huyen de la guerra. Foto:Cámara de los Representantes
La expresión de violencia en su esplendor máximo durante cinco meses
En los últimos 15 días, la dinámica se ha intensificado. En ábrego, por ejemplo, Entre el 11 y el 12 de junio, varios sujetos armados colocaron un artefacto explosivo en un subserente bancario de BancolombiaDespués de quitar el cinturón de seguridad dentro de la rama. Aunque la víctima fue rescatada a tiempo, el hecho generó alarma sobre el uso de la violencia de alto impacto en las áreas urbanas de la región.
Por otro lado, el 10 de junio en Versalles, Tibú, una mujer y su familia sufrieron el impacto de una mina antipersonal. Mientras viajaban a través de un sendero que conecta la aldea con la troncal Catatumbo. Este episodio repitió la modalidad terrorista utilizada en abril, cuando al menos cuatro civiles resultaron heridos en otro incidente similar.
Además, en el municipio de Sardinata, dentro del mismo departamento, Hubo la transferencia de los 25 hombres uniformados que estaban estacionados en Las Mercedes, después de verificar que las casas improvisadas en las que vivían – Casas antiguosas abandonadas durante años de conflicto – carecían de condiciones mínimas de habitabilidad y pusieron en peligro su integridad. En varios videos circulados en redes se observa cómo Esta policía pasó días sin acceso a agua potable o electricidad, durmiendo en el piso y sin tener una estación formal que garantice su seguridad.
Al norte de Santander, Cúcuta y Tibú en la crisis humanitaria por la violencia Foto:César Melgarejo/ El TIempo @CsearmelgaroJoa
Aunque los habitantes del distrito lamentan la disminución de la presencia policial en el área, entendieron que esta era la única opción viable para proteger a los uniformados de las estructuras precarias que los mantenían prácticamente encerrados. Autoridades nacionales y regionales ya realizadas Visitas de inspección al Mercedes y anunciará en los próximos días el nuevo esquema de seguridad para la comunidadPara equilibrar la protección de los residentes y el pozo del personal policial.
Además de estos hechos, los disidentes de Calarcá han tenido en cuenta sus movimientos dentro de ese departamento. Fuentes de inteligencia le dijeron a El TIempo sobre El desplazamiento de al menos 80 guerrilleros de los frentes 24 y 37, vinculado al bloque Magdalena medio, hacia las áreas estratégicas de Ocaña y teorama. Esta reconfiguración sugiere una posible expansión territorial y nuevos enfrentamientos entre facciones.
Mientras tanto, el reclutamiento forzado y los secuestros expresos han sido persistentes nuevamente en lo que va del año. Monseñor Isarael Bravo Cortés, obispo de Tibu, le dijo a este medio que nunca ha detenido el uso sistemático del reclutamiento de menores como una estrategia de dominación local.
Desplazamiento y confinamiento como arma de presión
El desplazamiento forzado se ha convertido en una pieza clave de conflicto. Las familias enteras dejan sus hogares en busca de seguridad en Cúcuta, Ocaña o San Calixto, donde sobreviven en refugios improvisados y con pocos. La oficina del alcalde de Cúcuta informó que, en los primeros meses de la crisis, llegaron entre 3.000 y 5,000 personas al díaSupongamos que, aunque ha disminuido, mantiene niveles sin precedentes en la región.
91,000 personas han sufrido los efectos de esta crisis. Foto:César Melgarjo
Choque interior: medidas judiciales y retroceso
Para enfrentar la crisis, El gobierno declaró el estado de shock interior el 16 de enero de 2025permitiendo decretos que buscaban financiar proyectos de reemplazo de cultivos, infraestructura y asistencia humanitaria con recursos regionales de regalías. Sin embargo, El Tribunal Constitucional eliminó el Decreto 0131 del 5 de febrero por falta de firmas válidas de dos ministros —La de la agricultura y el comercio – y para invadir competencias formales. Esta falla, emitido el 30 de mayoParalizó el financiamiento de varios proyectos urgentes y generó críticas a los expertos que consideraron que la suspensión dejó a las autoridades sin herramientas de respuesta.
Aunque el tribunal mantuvo exequibles el financiamiento de proyectos relacionados con la implementación del acuerdo de paz de 2016 en municipios PDET, La decisión judicial redujo considerablemente los recursos disponibles para cumplir con la emergencia humanitaria y reactivar la economía local.
Cultivos ilícitos en el ojo del catatumbo
El catatumbo concentra más de 43,000 hectáreas de cultivos de cocaSegún el informe de la ONU publicado en marzo de 2025. El plan del gobierno planea reemplazar 25,000 hectáreas a través de subsidios temporales aún no pueden despegar: Muchos campesinos erradican los arbustos, pero denuncian la falta de alternativas económicas claras para reemplazar ese ingreso. La entrega de subsidios alrededor 1,280,000 pesos por mes durante un año no cubre la pérdida de ingresos ni garantiza la compra de productos alternativos.
La ausencia de rutas de marketing legal y precios justos ha generado desconfianza: aquellos que entregan sus cultivos temen estar en la falta de vivienda o convertirse en un blanco fácil de extorsión por parte de grupos armados. Lucas Marín, investigador de Cesed (Centro de Seguridad y Estudios de Drogas), había notado antes de esto significa que la falta de coordinación entre las estrategias de reemplazo y las operaciones militares pone en riesgo la vida de los líderes sociales: durante el Implementación de PNIS, el asesinato de líderes creció más del 400 %.
Conectividad y servicios básicos bajo control
En cuanto a los problemas de educación, el departamento también ha estado en crisis, por lo tanto, Los menores no han tenido la posibilidad de recibir sus clases adecuadamente. Monseñor Bravo ha informado que las escuelas probaron, incluso, enseñar virtualidad, pero la conectividad inestable hizo que esta modalidad fuera insostenible.
Desplazado de diferentes áreas de catatumbo Foto:César Melgarjo
Además, el acceso a los servicios básicos ha tenido miles de personas en suspenso debido al confinamiento. Según un informe del ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados), solo en Catatumbo, 91,000 personas hasta el día de hoy han sufrido los efectos de esta crisis; 64,000 han sido desplazados y 27,000 han sido confinados. Esto les impide acceder libremente a los servicios, alimentos o atención médica.
Las fuentes consultadas, como Monseñor Bravo, están de acuerdo en que la estrategia estatal debe ir más allá de la intervención militar. Es urgente fortalecer el aparato judicial en la región: fiscales y jueces a cargo de delitos de conflicto armado, extorsión y reclutamiento forzado.
La situación de Catatumbo revela una crisis compleja, Marcado por enfrentamientos armados, desplazamientos forzados y un resurgimiento de las tácticas de guerra que amenazan la supervivencia de las comunidades rurales. Mientras que el estado debate la cifra del shock y la sustancia internos, la población civil enfrenta la tensión entre abandonar su territorio o expuesto a minas, secuestros y reclutamiento.
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Danna Valeria Figueroa Rueda
Escuela de periodismo multimedia