


En los campos del municipio de Cotorra, Córdoba, un hecho aparentemente sencillo marca un punto de inflexión para la ganadería colombiana. El nacimiento de dos crías, un macho y una hembra, no es un hecho rutinario.
Son los primeros ejemplares de una nueva raza compuesta, un proyecto genético diseñado para crear un animal superior, perfectamente adaptado a las condiciones del trópico y con una alta capacidad productiva. Este logro es el resultado de años de investigación y representa una nueva era para el sector.
Estos ejemplares son el resultado de un cruce planificado y estabilizado de diferentes razas. Foto:X: @ContGanadero
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La receta genética: ¿qué es una raza compuesta?
Para entender la importancia de este hito, es clave saber qué es una raza compuesta o sintética. En términos simples, es el resultado de un cruce planificado y estabilizado de diferentes razas para combinar las mejores características de cada una en un solo animal. El objetivo es crear una nueva línea genética que herede y mantenga estos rasgos deseables a lo largo de generaciones.
En este caso, el proyecto liderado por la empresa genética Genescol de Colombia SAS combinó tres razas estratégicas:
- Romosinuano: Raza criolla colombiana, reconocida por su increíble adaptación al clima cálido, su fertilidad y su resistencia natural a parásitos y enfermedades tropicales. Es la base de la rusticidad.
- Red Angus: Famoso mundialmente por la calidad de su carne, especialmente por su capacidad para producir veteado (la grasa intramuscular que da sabor y jugosidad) y por su rápida maduración. Es el componente de la calidad.
- Senepol: Raza originaria del Caribe (Islas Vírgenes), que proporciona una excelente tolerancia al calor gracias a su pelaje corto, además de buenas dotes maternales y docilidad. Es el refuerzo para los trópicos.
Una alternativa que maximiza la eficiencia. Foto:iStock
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El objetivo de esta “receta genética” es claro: obtener un animal que tenga la resistencia y fertilidad del ganado criollo, pero con la calidad y rendimiento cárnico de las razas europeas, creando así el prototipo ideal para la ganadería tropical del país.
‘J-Balvin’ y ‘Karol G’: los protagonistas de la innovación
Las dos crías que inauguran esta nueva línea genética han sido bautizadas con nombres que reflejan el orgullo colombiano: el macho se llama ‘J-Balvin de la Sierra’ y la femenina ‘Karol G de la Sierra’.
Su nacimiento no fue producto de la casualidad, sino de un avanzado proceso de fertilización in vitro (FIV), que permitió acelerar el desarrollo genético seleccionando los mejores ejemplares de cada raza para crear embriones que luego eran implantados en las vacas receptoras.
Fabio Jaramillo, gerente de Genescol, explicó que este proyecto busca ofrecer a los ganaderos colombianos una alternativa que maximice la eficiencia. En lugar de depender de razas puras que a menudo sufren en el clima de los trópicos, esta nueva raza compuesta está diseñada para prosperar en ellos, convirtiendo el pasto en carne de alta calidad de manera más rentable y sostenible.
Las vacas tienen una dieta equilibrada. Foto:iStock
¿Por qué es un avance para el campo colombiano?
Este desarrollo va más allá de dos simples nacimientos. Sus implicaciones para la ganadería nacional son profundas:
- Mayor rentabilidad: Los animales mejor adaptados enferman menos, requieren menos insumos y ganan peso de manera más eficiente, lo que se traduce en mayores ganancias para el productor.
- Sostenibilidad: Un ganado que prospera en su entorno reduce la necesidad de intervenciones costosas y contribuye a un modelo de producción más armonioso con el medio ambiente.
- Soberanía genética: El desarrollo de razas propias, adaptadas a las condiciones locales, reduce la dependencia de la importación de genética extranjera y fortalece los recursos del país, como la valiosa raza criolla romosinuano.
El nacimiento de ‘J-Balvin’ y ‘Karol G’ no es el final del camino, sino el comienzo. Son la primera generación de un renglón que, luego de un proceso de estabilización y multiplicación, estará a disposición de los ganaderos del país, ofreciendo una poderosa herramienta para mejorar la productividad y competitividad del campo colombiano.
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STEPHANY GUZMÁN AYALA
ALCANCE DIGITAL EDITORIAL