
«Crees que uno nunca pasará por eso, pero es algo que alguien desea. La familia aprendió lo que había sucedido. Nos advirtieron y uno no entiende, nadie está deseado. Al principio no creíamos, porque nunca pensamos. Por favor, pronuncie, un niño tiene derechos. »
La persona de Cali con algunos familiares del niño y la comunidad en el vecindario de Villanueva, el 9 de mayo. Foto:Personería de Cali
Este testimonio proviene de uno de los familiares de un niño de tan solo 11 años, quien fue víctima de un ataque violento en su propia casa el 3 de mayo, perpetrado por hombres con rifles y pasamontañas. La angustia que ha envolvido a su familia y comunidad es palpable, y se han organizado manifestaciones reclamando justicia y la liberación del niño. Los marchantes han estado activos desde el inicio del conflicto, participando en concentraciones en diferentes puntos, como en Potrerito, un distrito de Jamundí donde el niño reside con sus padres y otros familiares.
Las flamas de la protesta han llegado a Cali, frente al gobierno de Valle del Cauca, donde el clamor por la libertad del menor se intensificó el 8 de mayo. Sus padres, comerciantes locales, no habían recibido amenazas antes del secuestro y han hecho denuncias a la Policía Metropolitana de Cali, pidiendo claridad en la situación, alimentando así sus temores sobre un posible acto de venganza.
El comandante de la policía metropolitana de Cali, el general de brigada Carlos Oviedo, confirmó que los disidentes de la FARC, liderados por ‘Iván Bite’, son los principales sospechosos detrás del secuestro. Junto a ‘Bear Yogi’, el segundo al mando, este acto se ha caracterizado como un secuestro con fines extorsivos, con cinco hombres armados causando pánico en el hogar del niño durante la situación. Oviedo destacó cómo los familiares se habían refugiado en un área boscosa mientras el niño era llevado por sus captores en un vehículo.
Marcha en Cali con el clamor de liberación del niño secuestrado en Jamundí. Foto:Juan Pablo Rueda / El Tiempo
Durante la última semana, diferentes marchas y vigilias han tenido lugar en diversas áreas del Valle, siendo la del 7 de mayo en el parque Boyacá de Tuluá una de las más destacadas, donde la comunidad se unió en una sola voz pidiendo respeto por la vida del niño y su inmediata liberación.
La persona de Cali con algunos familiares del niño y la comunidad en el vecindario de Villanueva. Foto:Personería de Cali
La estela más reciente fue el 9 de mayo, en el vecindario de Villanueva, en el sureste de Cali. Allí, más parientes gritaron por el pequeño. «Por favor, les pedimos a aquellos que la tienen que ponen su mano en el corazón, que la entreguen», dijeron.
‘Investigación en investigación para lograr la liberación’
«No más con nuestros hijos. Ese dolor está infectado. Entiendo que sus padres el dolor debe ser impresionante», expresó un familiar cercano. El Personero Gerardo Mendoza se unió a una velatón en el vecindario de Villanueva en señal de apoyo a la familia del niño, reiterando el compromiso con los derechos humanos y apelando a las autoridades para que intensifiquen sus esfuerzos en pro de su liberación.
Marcha en Cali gritó por la liberación del niño. Foto:Juan Pablo Rueda / El Tiempo
«Los niños no pueden seguir siendo una víctima o escudo de violencia. Es inaceptable que los menores sean utilizados, reclutados o instrumentalizados por grupos armados ilegales o redes criminales», enfatizó Mendoza, subrayando la urgencia de un cambio en la situación.
Este caso es solo uno de muchos que revelan la grave problemática de la violencia en la región. Desde la Personería de Cali, solicitamos que las autoridades actúen rápidamente para resolver esta situación y llevar a los responsables ante la justicia.
Alcalde de Jamundí, Paola Castillo, en planta de Potrerito con flores y velas. Foto:Juan Pablo Rueda / El Tiempo
El Personero también pidió mecanismos adecuados de protección para niños y jóvenes en áreas vulnerables como Jamundí y el sur del Valle del Cauca, destacando la importancia de la colaboración entre el estado, la sociedad civil y organizaciones internacionales en la lucha contra el reclutamiento forzado y el tráfico de menores.
‘Como madre y alcalde duelen lo que vive la familia del niño’
La alcaldesa de Jamundí, Paola Castillo, dejó claro su dolor por la situación de la familia de Lyan José al hablar en el Parque Potrerito Corregimiento el 6 de mayo. «Mi corazón está con ellos, con el pequeño, y junto con cada Jamundo que hoy grita por su pronta liberación. Exigimos que Lyan regrese a casa sano y salvo a los brazos de sus padres. En Jamundí no nos damos por vencidos, nos levantamos en una sola voz», agregó.
La comunidad educativa del Colegio Anglo Americano, en el sur de Cali, también se unió a la causa, marchando en protesta y clamando por el bienestar del niño. «Como institución, rechazamos lo que ha sucedido con nuestro estudiante y su familia. Hay otras maneras de resolver conflictos en este país», comentó el rector Alexánder Mosquera, enfatizando la necesidad de actuar juntos en solidaridad.
«Debemos alzar la voz y asegurar que los niños estén fuera de estas situaciones de violencia. Un país que no corrige su rumbo está destinado a fracasar», añadió Mosquera, quien también mencionó que se llevó a cabo una Eucaristía en memoria del niño.
La recompensa
El gobernador de Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, expresó su profunda indignación frente al secuestro del niño, calificándolo como un acto inaceptable. Hizo un llamado a la acción para establecer rutas que permitan su regreso inmediato, recordando que «los niños son intocables, deben estar estudiando y disfrutando de su infancia, no ser parte de la violencia que nos rodea».
Toro destacó la violación de los derechos humanos que representa este caso, uniendo esfuerzos con el gobierno nacional y diversas instituciones para garantizar la liberación segura del niño. Además, solicitó colaboración de la Iglesia, Naciones Unidas y Cruz Roja, instando a la pronta liberación del menor.
Para facilitar la captura de los responsables, se ofreció una recompensa de $200 millones por información relevante que conduzca a su ubicación y así poner fin a este deplorable acto. «Exigimos que quienes han perpetrado este acto aberrante reconsideren su decisión y no expongan más al niño a la tragedia de la pérdida de su libertad», agregó Toro.
Las palabras del arzobispo de Cali, monseñor Luis Fernando Rodríguez, resonaron con firmeza al pedir el retorno del niño, garantizando su libertad y la esperanza de que pueda regresar en paz con su familia.
Carolina Bohórquez
Corresponsal de El Tiempo
Cali
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