La música, la danza y el teatro samario tendrán su momento estelar ante los jefes de Estado y delegaciones asistentes a la Cumbre CELAC-UE en Santa Marta.
En un evento privado, más de 150 artistas colombianos subirán al escenario para ofrecer un espectáculo que recorrerá el 500 años de historia de la ciudad más antigua de América, una puesta en escena que mezcla talento local con invitados de Bogotá, Medellín y Cali.
El bailarín y entrenador Rafael Cabrera Biseño, uno de los líderes del espectáculo, describe el espectáculo como un “reencuentro”. No sólo porque muchos de los artistas repiten su participación luego del homenaje oficial a los 500 años de Santa Marta el próximo 29 de julio, sino porque representa la oportunidad de redescubrir el Caribe con su esencia frente a un público internacional.
“Nos sentimos valorados, tratados como verdaderos artistas”, afirma Cabrera, quien agradece al Ministerio de Cultura por incluirlos en la programación de este importante evento.
En sus palabras a EL TIEMPO Respecto a cuál será la presentación, asegura que “en esta ocasión no solo mostramos lo que somos a nuestra gente, sino también a invitados de todo el mundo, incluyendo al presidente gustavo petro y las delegaciones europeas”.
Una línea de tiempo convertida en baile
La obra, concebida como una “línea de tiempo viva”, narra los orígenes de la ciudad desde las comunidades indígenas, la llegada de Rodrigo de Bastidas y los españoles, hasta la transformación cultural que moldeó la Santa Marta de hoy.
La cumbia, declarada patrimonio cultural de la nación, servirá como hilo conductor de una gira que incorporará también danzas urbanas, contemporáneas y modernas.
La obra, concebida como una “línea de tiempo viva”, narra los orígenes de la ciudad. Foto:Cortesía
El montaje artístico, que combina danza, teatro, música en vivo y efectos audiovisuales, fue posible gracias a una convocatoria impulsada por la Ministerio de Cultura y Alcaldía de Santa Marta. De ahí surgió la selección de los bailarines, actores y músicos que, luego de dos meses de intensos ensayos, construyeron la llamada “Ceremonia Viviente de los 500 años”, pieza que ahora será presentada ante la Cumbre.
Un ejército de talento local
Entre los nombres destacados se encuentran Sigifredo García Fuentes, coordinador del grupo de danza de la Universidad del Magdalena, quien aportó su experiencia en folklore, y Farina Fernández, Reconocida bailarina de danza urbana. Ambos, junto a un nutrido elenco de artistas locales, lideraron los procesos de creación coreográfica y montaje escénico.
“Es una mezcla de todo lo que somos como samaritanos y colombianos. Hay músicos, bailarines, actores, vestuaristas, escenógrafos, técnicos de sonido y vídeo. Detrás de cada paso de baile hay un ejército de personas comprometidas con mostrar nuestra identidad”, añade Sigilfredo García.
Se pondrá en escena tradición, magia y misticismo. Foto:Cortesía
De los 150 artistas en escena, al menos 100 son de Santa Marta. Los demás provienen de otras regiones del país, convocados a reforzar el instrumental y coreográfico. Algunos incluso debutan en las artes escénicas tras haberse formado en otras disciplinas.
Un escenario para el orgullo samaritano
La presentación, que se realizará durante la noche de gala de la Cumbre, promete ser un viaje emotivo a través de los sonidos y colores del Caribe colombiano. El lugar exacto de la puesta en escena serán las playas del Hotel Hillton, donde ya se ha anunciado un espectáculo “a la altura de los ojos del mundo”.
Para Cabrera, la experiencia no sólo tiene valor artístico, sino también educativo. “Soy profesora de baile en la universidad cooperativay poder llevar esta experiencia a mis alumnos es un gran regalo. Les está enseñando que el arte local también puede tener un escenario internacional”, afirma.
Más allá del brillo de los focos, lo que une a este grupo es un mismo propósito: que los mandatarios que visiten Santa Marta se lleven algo más que una cumbre política. Que vean en cada sonido de tambor y en cada paso de baile la historia viva de una ciudad que celebra medio milenio sin olvidar sus raíces.