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Trump y almizcle, desde el tratado hasta el fraude – En un click

Trump y almizcle, desde el tratado hasta el fraude

 – En un click
Crédito: Team Trump

Trump vs Musk: El cambio que desnuda el nuevo conflicto entre el poder político y técnico en los Estados Unidos

Washington DC 6 de junio de 2025. – Lo que parecía ser tensiones más bajas entre dos personajes clave de EE. UU. Han surgido en una guerra declarada. Donald Trump y Elon Musk, aliados desagradables durante años y los protagonistas de la historia nacional desde su imperio, han violado públicamente su relación en una colisión que refleja la disminución de la capital tradicional y privado.

Las colisiones no son triviales. Y tampoco lo son sus antecedentes. Trump, ex presidente y actual líder republicano con la esperanza de regresar a la Casa Blanca, buscando confiar en una nueva mayoría política basada en un ambicioso programa de agenda. Musk, el empresario más influyente del país, el propietario X (anteriormente Twitter), Tesla, SpaceX y XAI, la firma de inteligencia artificial, ha estado durante años al miembro clave del director ejecutivo, quien se transfirió de un consejo informal a una voz que distrae dentro del sistema.

Pero esta semana, ese equilibrio estalló.

El jueves por la tarde, Musk publicó un mensaje ardiente en su escena X y acusó a Trump sin tener pruebas de aparecer en el caso de Epstein:
«Es hora de comenzar la bomba: @realDonaldTrump aparece en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que se han hecho públicos. ¡Tienes un buen día, DJT!»

La reacción fue inmediatamente. Los funcionarios occidentales detuvieron las reuniones, los consultores realizaron un método de contención y el canal interno del gobierno estaba lleno de mensajes con mezcla de alarma, incredulidad y renuncia. La bomba había explotado y no hubo ningún cambio.

De política a personal: la grieta que ya se dio

La disputa no salió de la nada. En las últimas semanas, Musk había aumentado sus críticas al nuevo proyecto de ley industrial que Trump está tratando de aprobar con el apoyo de los legisladores republicanos y parte del comercio tradicional. Musk lo describió como «una trampa para estar a favor de las empresas obsoletas» e indicó que no se consideraron sus propios intereses técnicos.

En respuesta, se discutió la posible venganza económica de la Casa Blanca: acuerdos de auditoría con SpaceX, subsidios revisados ​​a Tesla y revise la cooperación con la NASA. El mensaje era claro: si la oposición del juego de almizcle se enfrentará al estado.

Pero lo que parecía ser una bracestone con influencia se convirtió en un conflicto personal cuando Musk apeló al nombre de Jeffrey Epstein, el financiero cayó en desgracia con una red sexual de trata de personas y murió en prisión en 2019. A pesar de Trump, rechazó cualquier conexión con él, utilizando presión en espacios donde el sistema judicial, la opinión pública y la reputación de la fusión.

Crédito: Team Trump

¿Una nueva forma de buscar política o signos de aumento institucional?

Este episodio no es solo la lucha de los Titanes: es el espejo de lo que Estados Unidos se está convirtiendo. En tiempos de plataformas, algoritmos y líderes sin filtro, las organizaciones ya no canalizan el poder. Hoy, se juega en tiempo real, sin reglas, entre los amplificadores que tienen acceso directo a millones de personas.

Musk no es un político tradicional, pero ha creado ecosistemas más poderosos que muchos partidos. De X, establece un mensaje que marca un programa, alianzas de dinamita y desafíos del presidente. Lo que sucedió esta semana es un punto de inflexión: por primera vez, el CEO de esta calidad fue determinado públicamente por el Presidente, no por la política fiscal o regulatoria, sino utilizando las armas más peligrosas del tiempo digital: la reputación burlada.

Trump no es el líder de las agencias. Es conveniente en el campo de colisión, exposiciones y polarización. Pero esta vez, un competidor no está sujeto a votos o parlamento. Musk representa el nuevo poder: distribuido, privado, opaco y profundamente emocionalmente.

El riesgo de personalidad en conflicto

Mientras Musk luego se retiró, respondió a un usuario que pidió «calmarse y tomar un descanso» con «buen consejo» lacónico y prometer no desmantelar el barco SpaceX Dragon, se fractura cuando se organiza. La amenaza de la erosión del acuerdo, la solicitud de juicio político que comenzó el almizcle y el uso de las redes sociales como campo de batalla, deja en claro que esto no es un malentendido: hay una colisión en casa.

Y detrás de esa colisión hay una tierra con un sistema institucional más débil, donde el presidente se ve obligado a responder al CEO de sus propios sistemas y donde los proyectos de ley no están dañados en el parlamento, sino en el hilo viral.

En tiempos en que el liderazgo internacional de los Estados Unidos se prueba frente a los crecientes desafíos internacionales, como el conflicto de Medio Oriente, la competencia con China y la crisis meteorológica, este tipo de colisión interna representa más que interrupción:

Trump y Musk son dos lados de la transformación estadounidense: uno representa el populismo político, los poderes técnicos sin fronteras. Que hoy se enfrentan no es solo anécdota. Es un recordatorio de que el futuro del país no podría decidirse por las encuestas, sino en la próxima versión viral.

Y en ese futuro incierto, la democracia no siempre conduce al trabajo.

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