
Imagen: Leah Millis/Reuters
El presidente de los Estados Unidos dijo que los canales de Panamá y Suez «no existirían» sin la participación de los Estados Unidos y que sus barcos deberían «tener la posibilidad de mudarse sin costos».
Este sábado, el 4 de abril de 2025, el presidente Donald Trump hizo una declaración contundente, exigiendo que tanto los barcos comerciales como los militares de los Estados Unidos tengan la libertad de navegar sin restricciones a través de los canales de Panamá y Suez. La solicitud se enmarca dentro de su política más amplia de revivir el control estadounidense sobre rutas marítimas estratégicas, y Trump le pidió a su Secretario de Estado que abordara «inmediatamente» este asunto crítico.
Durante un considerable periodo, el presidente ha manifestado su intención de restablecer un grado de control sobre el camino interoceánico en Panamá, pero su enfoque ha ampliado recientemente al crucial Canal de Suez en Egipto, que juega un papel esencial en el comercio global. Trump’s emphasis on these waterways underscores the strategic importance he places on maintaining American maritime dominance.
«¡Deben tener la posibilidad de que los barcos estadounidenses, ya sean militares o comerciales, circulen sin cargos a través de los canales de Panamá y Suez!» exclamó el magnate republicano a través de su red social, reafirmando su postura sobre la navegación libre en estas arterias de comercio mundial.
El presidente argumentó enérgicamente que sin la intervención de Estados Unidos en estos canales, ambos no podrían haber existido en su forma actual. Aseguró que había indicado a su secretario de estado, Marco Rubio, que «tome medidas inmediatas» para enfrentar esta situación que considera de vital importancia no solo para la economía estadounidense, sino también para la seguridad nacional.
Mientras tanto, en una respuesta a las afirmaciones de Trump, José Raúl Mulino, presidente de Panamá, hizo un guiño a la autoridad del Canal de Panamá (ACP) a través de un post en su cuenta de X, destacando que es esta entidad autónoma la que gestiona el canal. Refiriéndose a la legalidad y la soberanía sobre el canal, Mulino expresó que «no hay pacto en la dirección opuesta», en alusión a la idea de que el control sobre estos canales puede ser unilateralmente revivido por Estados Unidos.
Además, enfatizó que el ACP sigue operando bajo los acuerdos establecidos en el tratado de neutralidad así como en su ley orgánica. Este tratado, que regula la operación del canal, asegura que el paso por el mismo debe permanecer neutral y accesible a todos los países, lo que representa un obstáculo a las intenciones de Trump de reclamar un dominio absoluto sobre esas aguas.
Previo a su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump había intensificado su retórica hacia Panamá, anunciando amenazas de «recuperar» el canal que fue construido por Estados Unidos, inaugurado en 1914 y administrado bajo control estadounidense hasta que se cedió a Panamá en 1999. Esta postura refleja no solo un deseo de restablecer influencia en la región, sino también un enfoque más amplio hacia el nacionalismo económico y militar que ha caracterizado su administración.
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