Economía

Semana por la Paz: Llorando desde Colombia para el mundo – En un click

Semana por la Paz: Llorando desde Colombia para el mundo

 – En un click

El semana por la paz En Colombia no es sólo una conmemoración: es un recordatorio vivo de que la paz no puede quedarse en los discursos, ni en la página web del acuerdo firmado, sino que debe ser la práctica cotidiana, el compromiso real de los Estados, la sociedad y la comunidad internacional.

Acuerdo de Paz firmado en 2016. Abrió una ventana histórica para transformar nuestro país. Sin embargo, hoy seguimos lidiando con deudas: los líderes sociales asesinados, los territorios inmersos en la violencia y las comunidades aún esperan justicia social y compensación. El llamado, más que nunca, al cumplimiento del acuerdo en todas las dimensiones: reforma rural integral, sustitución de economías ilegales, garantía de participación política, reintegración con dignidad y certeza. Sin una paz completa, la democracia seguirá siendo una promesa incumplida.

En este contexto, las reformas políticas que actualmente se discuten en Colombia deben leerse como parte del mismo proceso de construcción de paz. La reforma de las políticas no consiste simplemente en modificar las leyes: es una garantía de que la voz de los excluidos, las mujeres, los pueblos étnicos, los jóvenes y las víctimas, tenga el lugar adecuado en el poder. Sin cambios estructurales, la paz seguirá siendo frágil.

Colombia, además, debe mirarse en el espejo del mundo. En el escenario de transformaciones globales, nuestras relaciones con China se convierten en una oportunidad estratégica. No se trata sólo de comercio o infraestructura, sino de imaginar el nuevo lugar de Colombia en el mundo: un país capaz de tender puentes, abrir otras potencias, aprender y proponer. En tiempos de incertidumbre, la diversificación de la Alianza es también una forma de construir la paz.

Y mientras Colombia quiere curar sus heridas, el grito de paz más allá de las fronteras. Hoy, los ojos del mundo miran con dolor a Palestina, donde el sufrimiento humano requiere una voz sólida y firme desde todos los ángulos. Así como buscamos la verdad, la justicia y las garantías en Colombia, debemos exigir el cese de la violencia y el reconocimiento de la dignidad de los pueblos palestinos. La paz no puede ser selectiva ni parcial: debe ser un derecho universal.

En esta semana por la paz recordamos que la celebración no es suficiente. La paz se construyó mediante reformas, con valentía política, con solidaridad internacional y, sobre todo, con la creencia de que no se debía perder ninguna vida en la guerra. De Colombia a Palestina, de nuestras montañas al horizonte asiático que nos conecta con China, el mensaje es uno: la paz es posible, la paz es urgente, ahora la paz es la paz.

Marcela Clavijo

Redacción
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