Autor: Universidad Central – Concéntrica Media
La seguridad se ha convertido hoy en uno de los temas más sensibles en Colombia; Cada vez hay más actos de vandalismo en el país, y situaciones como secuestros, robos, narcotráfico y asesinatos se ven a diario en las columnas de noticias como si fueran hechos naturalizados.
En este contexto, se puede observar una contradicción entre los datos oficiales y la percepción de los ciudadanos, dado que, si bien los indicadores han disminuido, el miedo y la visibilidad de los hechos criminales parecen estar aumentando, de tal manera que uno de los fenómenos más interesantes en el análisis de la seguridad urbana es precisamente la brecha que existe entre las estadísticas oficiales y lo que los colombianos sienten en su vida cotidiana.
Una barrera con la realidad
Según el informe que presentó Presidencia República, los asesinatos están en descenso respecto a años anteriores, ya que de enero a febrero de 2025 se reportaron 1.990 asesinatos, un 3,1% menos que en el mismo periodo durante 2024, pero la percepción de la ciudadanía empeora cada día, y esto abre una puerta enorme por la que podrían pasar muchos políticos que podrían pasar por el año electoral.
Esta brecha no es producto de la irracionalidad ciudadana y, por el contrario, corresponde a factores complejos que incluyen experiencias personales o cercanas de victimización, la visibilidad de ciertos delitos en los espacios públicos, la confianza en la policía y la información que circula tanto en los medios tradicionales como en las redes sociales. Durante la época electoral, esta brecha tiende a ampliarse a medida que la información de seguridad se politiza, las cifras están sujetas a debate y controversia, y los ciudadanos enfrentan el desafío de distinguir entre datos objetivos y narrativas electorales.
También es importante considerar que la percepción de seguridad no se limita a la probabilidad estadística de ser víctima de un delito, sino que incluye dimensiones como la libertad de moverse por la ciudad sin miedo, la confianza en que las autoridades responderán eficazmente ante una emergencia y la sensación de que los espacios públicos son seguros para todos los ciudadanos.
El enemigo, la solución
A lo largo de la historia política colombiana, diversos sectores han encontrado en el miedo una herramienta eficaz para consolidar el poder. Este tema trasciende colores políticos, pues en esta estrategia están involucrados ambos extremos, la derecha con el discurso del “enemigo interno” y la mano dura; la izquierda a través de la narrativa del estado de persecución; centro con advertencias sobre el extremismo. El denominador común es la construcción de un oponente amenazador que justifica medidas excepcionales y garantiza el apoyo de los ciudadanos.
A nivel interno, esto se materializa en campañas que exageran las cifras de criminalidad, difunden rumores de «invasiones» migratorias y a su vez demonizan su presencia en nuestra comunidad, criminalizan las protestas sociales o presentan a ciertos sectores como fuentes de peligro. Durante los períodos electorales, los candidatos compiten para demostrar quién presenta la mejor barrera contra las amenazas que ellos mismos ayudan a construir.
El resultado es una ciudadanía en constante alerta, cuyas decisiones políticas están marcadas por la ansiedad más que por la deliberación racional, y el miedo se convierte en el principal activo político, hipotecando la posibilidad de un debate electoral basado en argumentos, evidencias y visiones de país que van más allá de la lógica de la amenaza.
Pero esta estrategia del miedo no funciona sola. Requiere amplificadores que lo hagan llegar a todos los hogares, a todas las conversaciones cotidianas, y ahí es donde entran los medios.
El mayor accionista
Los medios de comunicación tienen un papel fundamental en la construcción de la percepción de seguridad y durante los períodos electorales el seguimiento de los hechos delictivos tiende a intensificarse, no sólo por el interés genuino en informar, sino también porque estos temas crean audiencia y están directamente relacionados con el debate político del momento.
Actualmente hay un mayor tráfico con noticias relacionadas con la inseguridad que vive el país y basta con ingresar este término en las herramientas proporcionadas por Google para determinar que es uno de los temas más buscados en las ciudades capitales, con una frecuencia de 100 búsquedas por hora.
(Cifras tomadas de Google Trends el 24 de octubre de 2025)
La constante repetición de noticias sobre hurtos, atracos y asesinatos crea un efecto de saturación que aumenta la sensación de inseguridad, independientemente de lo que digan las estadísticas oficiales. Este fenómeno no surge en el vacío, tiene consecuencias mensurables sobre la salud emocional de la sociedad y la forma en que los ciudadanos se relacionan con su entorno y las instituciones que se supone deben protegerlos.
Efectos secundarios
Según un análisis realizado por El PaísLa crisis de seguridad y la percepción que la gente tiene de ella provocan la propagación de una nueva ola de pesimismo colectivo. Más de un tercio de los ciudadanos cree que el orden público es el mayor problema del país, alcanzando niveles de alarma que no se veían en una década, según los datos, que van acompañados de una encuesta realizada por medios de comunicación, en la que se afirma que el 89% de los consultados cree que la inseguridad está empeorando, una percepción que ha minado la confianza en las instituciones y ha transformado el miedo al debate político en un debate nacional.
Este estudio también revela que en las capitales del país la inseguridad aparece como una preocupación dominante, desde Barranquilla donde el 62% la señala como un problema importante, hasta Bogotá con el 57,8% y Cali con el 48,4%. Este clima de perpetua ansiedad no sólo determina la aprobación del gobernante, sino que también contamina la percepción general del futuro del país, creando un terreno fértil para que cualquier actor político que prometa «mano dura» o soluciones inmediatas encuentre eco en un electorado desesperado por restaurar la paz perdida.
Pero más allá de las cifras generales y los porcentajes nacionales, ¿qué siente realmente la gente en su vida diaria? ¿Cómo se materializa este pesimismo en las experiencias concretas de los ciudadanos?
Las personas y sus sentimientos.
De Concéntrico y fue hecho una entrevista sobre 2 personas de diferentes edades y estratos socioeconómicos, y se determinó que la percepción de seguridad parte del caos que se crea en los diferentes espacios cotidianos, lo que refuerza el sentimiento de falta de garantías de seguridad en las personas, lo que lleva a afirmaciones como: “En 2 horas volverán a estar en la calle” producto de la desconfianza en las decisiones del sistema justo.
Por otro lado, también fue entrevistado el experto en seguridad Andrés Macías, quien nos brindó un análisis destacando que para un ciudadano común la definición de seguridad no es muy clara, también se refirió a que para las elecciones de 2026 es mejor que los electores comiencen a diferenciar los campos de acción del gobierno, alejando la idea de seguridad nacional de la percepción de los ciudadanos.
Para estas situaciones se da una solución con instrucciones claras para mostrar el poder del Estado y recuperar la confianza de los ciudadanos, como ocurrió, por ejemplo, con el gobierno de El Salvador, donde al implementar una campaña mediática mostrando acciones concretas realizadas a favor de la seguridad, logró revertir la percepción de seguridad entre los ciudadanos.
Según el medio Voz de américaLa percepción de seguridad en El Salvador pasó de un récord negativo del 66% a una percepción positiva actual del 88%, del 2016 a la actualidad, convirtiendo a este país en uno de los más seguros de América Latina.
Pasos a seguir
Ante este panorama de percepción distorsionada, miedo instrumentalizado y pesimismo colectivo surge la habitual pregunta: ¿qué hacer? Colombia enfrenta el desafío de construir un debate electoral sobre seguridad que vaya más allá de la instrumentalización del miedo y esté arraigado en evidencia y soluciones reales. Esto requiere que los medios asuman su responsabilidad en la construcción de una percepción equilibrada y que los ciudadanos exijan que los candidatos hagan propuestas concretas con indicadores mensurables y responsabilidad que vayan más allá de grandes promesas.
La seguridad no la abordan únicamente las fuerzas públicas y requiere un enfoque integral que aborde las causas estructurales, comenzando por la desigualdad, la falta de oportunidades y la debilidad institucional. Los próximos gobernantes deben comprender que la confianza de los ciudadanos se restablece mediante acciones tangibles y transparencia en la gobernanza, rompiendo el ciclo en el que el miedo gobierna las decisiones electorales.
Dentro del congreso de la ANDI, un debate con candidatos presidencialesdonde se les preguntó sobre la forma en que su posible gobierno abordaría la seguridad del país, y las respuestas fueron por diferentes caminos, uno de los que más llamó la atención fue el del candidato Roy Barreras quien afirmó: “«Colombia no se arrodillará ante los criminales». Las declaraciones indicaron su postura sobre la situación de seguridad, pero no revelaron acciones concretas de apoyo.
A diferencia de Enrique Peñalosa, quien afirmó: «Paralizó completamente nuestras fuerzas armadas». Y afirmó que Colombia necesita construir más cárceles y darle un nuevo rol a las autoridades para que los ciudadanos recuperen la confianza en ellas. Con esto, se podría pensar que Peñalosa podría proponer una campaña similar a la de Bukele, sin tomar en cuenta la diferencia entre los contextos de ambos países.
Colombia merece líderes que construyan seguridad desde la convivencia y el fortalecimiento del tejido social, no desde un discurso que divide y teme. Las elecciones están en manos de los ciudadanos que deben decidir si votar por el pánico o por la esperanza de un país verdaderamente seguro para todos.
Si quieres ampliar el contenido recuerda que en el canal de Youtube de Concéntrika Medios puedes encontrar un podcast con la opinión de todos los integrantes sobre este tema, además, en la plataforma de Información Confidencial se publicará un reportaje audiovisual con más detalles sobre este tema.