
La confirmación de la muerte del candidato presidencial Miguel Uribe Turbay, en la Clínica Santa Fe en Bogotá, generó la reacción de diferentes personalidades de política y literatura, incluido el del escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal, quien dedicó su Chronicle 1183.
Con el título ‘y también lo mataron …’, el escritor del Valle del Cauca, autor de obras como ‘Condores no enterran todos los días’, ‘The Last Gamonal’ y ‘Condores no entierran todos los días’, LAmaba el crimen del político y recordaba algunos momentos con su familia.
El escritor de Vallecaucano ha recibido grandes personalidades de política en su granja. Foto:Tiempo de archivo
«Pasaron dos meses del fatídico sábado cuando fueron golpeados los tiros, y los dejamos pasar con la parsimonia que nos dio esperanza a lo inevitable», fue el punto de partida al abordar el día en que la tragedia comenzó para Uribe Turbay.
Luego, «por recuerdos desagradables desde que cuando nos informaron que entré en agonía, pasé este fin de semana la película en la que la vida me permitió ser más testigo que el actor secundario».
El porce, la granja emblemática del ex gobernador y alfabetizado Vallecaucano, también se conoce como ‘El Oracle’, porque las grandes personalidades de la política vienen, en términos generales y anónimos, por consejos y consejos sobre la política o simplemente, para visitar a un amigo.
Miguel Uribe murió el 11 de agosto de 2025 en la Clínica Santa Fe. Foto:Facebook: Miguel Uribe Turbay
Miguel Uribe Turbay no fue la excepción: “Aquí, incluso esta casa de El porce, llegó un par de veces. La segunda vez llegó sola, después de la visita del grupo anterior, escuchó con mi propia voz que había sido el compañero de su madre en los cuatro años que la aventura de la revista Hoy X duró hoy y escribí la última página de la publicación.«
Los recuerdos que produjeron al escritor para escuchar a Miguel Uribe Turbay
«Quería que le dijera por mi experiencia quién y cómo su madre había estado en ese trajinario. Lo hice con el mismo entendimiento que tenía antes de su tía Inés, cuando la tragedia familiar fue superada e intentó escapar de la valla subsidiaria que finalmente tendría a su trágica muerte», recordó el escritor de Vallecuucano en su crónica.
Dijo que mientras escuchaba a Uribe Turbay, le pareció que a veces le hacían las preguntas a veces, «el abuelo paterno, Rodrigo Uribe Echavarría, cuando generó generosamente la puerta de su casa, a pesar de ser yo solo un provincial acomodado que había venido a estudiar en el bolivariano».
El escritor también recordó cuando trabajó con Diana Turbay en la revista Hoyo X hoy. Foto:Tiempo de archivo
No sé cuánto servirían mis recuerdos al proxeneta del concejal de Bogotá que ingresó a la política, porque él nunca regresó, ni la vida nos dio la opción de volver a encontrarnos.
Gustavo Álvarez GardeazábalEscritor y político
«Simplemente era amigo de Inés. Otras veces me pareció que estaba hablando con su abuelo materno, el presidente Turbay, dotado de ese prodigioso recuerdo de los rostros, tan fundamental en el ejercicio político, reforzado que sí, el niño con la magia de la palabra que tenía que hurgar y aceptar la realidad», agregó Álvarez Gardeagbal.
Después de los recuerdos de su charla con el difunto político y candidato presidencial, Gustavo Álvarez Gardeazázbal se lamentó: «No sé cuánto ayudarían mis recuerdos al concejal de Bogotá, que ingresó a la política, porque nunca regresó, ni la vida nos dio la opción de volver a encontrarnos».
«Pero afectado por ese amor de sus mayores, mantuve paso a paso su elapsé del Secretario de Enrique Peñalosa hasta que estaba claramente equivocado con los envidiosos anfitriones de los seguidores de Uribe. Hoy apenas puedo reflexionar en mi vejez … y también el infierno lo mataron», concluyó su crónica.
José Antonio Minota Hurtado
Hora de la casa editorial
COLOMBIA
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