




Las cámaras de videovigilancia, una de las principales herramientas de seguridad en el mundo, presentan un panorama preocupante en Colombia: más del 40% se encuentran inoperativas, pese a su valor probatorio en las investigaciones. Se analizaron cientos de horas de grabaciones para identificar a los responsables del asesinato de Miguel Uribe Turbay y, más recientemente, para reconstruir el ataque contra Jaime Esteban Moreno, el estudiante andino asesinado durante una fiesta de Halloween.
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Sin embargo, el más reciente informe del Sistema Integrado de Emergencias y Seguridad (Sies), adscrito a la Dirección de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la Policía, revela que, de las 26.679 cámaras de videovigilancia instaladas en el país, 11.716 se encuentran fuera de servicio. Sólo permanecen operativos 14.963 dispositivos, es decir, el 56,35%.
El sistema cuenta con 397 centros de monitoreo distribuidos en todo el territorio nacional, aunque no todos los departamentos cuentan con cobertura de cámaras de videovigilancia. La ausencia de estos equipos en zonas concretas del mapa responde a desigualdades en la capacidad de videovigilancia, especialmente por ubicación geográfica o limitaciones de conexión.
¿Qué región tiene más cámaras en su territorio, según la Policía? Foto:iStock
La Región Metropolitana de la Policía de La Sabana concentra el mayor número de cámaras, con 5.061 unidades. Le siguen las regiones Oeste, Costa Norte, Este y Sudeste. Otros, como el Sudeste y los Llanos Orientales, presentan profundas brechas.
«Es una herramienta tecnológica de seguridad muy eficiente. Ayuda a disuadir delitos y recolectar pruebas que pueden ser utilizadas judicialmente en procesos penales. Aunque su instalación es costosa, requiere mantenimiento, porque de lo contrario sería un riesgo de detrimento patrimonial invertir en los equipos y el sistema para que quede inoperativo. En Bogotá el contrato es con la ETB, que tiene cuadrillas muy eficientes. Otras ciudades deberían seguir un ejemplo similar», dijo a este diario el experto en seguridad Daniel Mejía.
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El panorama en las regiones
Cali cuenta actualmente con 1.950 cámaras de videovigilancia, cien más que hace un año. A estas se suman 40 cámaras de seguridad vial del Centro de Diagnóstico Automotor del Valle (Cdav) y 276 cámaras ubicadas en las estaciones del Sistema Integrado de Transporte Masivo (MIO) de Occidente. Todos ellos conforman el nuevo Sistema Integrado Estratégico de Videovigilancia (Sivé), que será monitoreado por la Policía Metropolitana de la capital del Valle del Cauca y busca unificar y ampliar la cobertura de vigilancia.
Según el Ministerio de Seguridad, “en 2024, el alcalde Alejandro Eder recibió un sistema de videovigilancia con aproximadamente 1.850 cámaras instaladas y solo el 30% estaban activas”.
El centro de videovigilancia en Bogotá. Foto:Secretaría de Seguridad
“Ese mismo año se destinaron 7 mil 553 millones de pesos para el mantenimiento de estos equipos y la fibra óptica (…). Actualmente, el sistema tiene una visualización del 74% y cuenta con dos cuadrillas que permanentemente instalan nuevas cámaras y mantienen las dañadas”, señala un informe del Distrito. La Alcaldía también reportó daños intencionales a la fibra óptica, lo que ha afectado el funcionamiento del sistema, por lo que se presentaron denuncias ante la Fiscalía.
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En Medellín, el número actualizado de cámaras de videovigilancia es de 3.261, de las cuales 288 se encuentran en mantenimiento, lo que equivale a cerca del 8,8% del total. Según las autoridades, esta cifra suele oscilar entre 250 y 280 equipos fuera de servicio, principalmente por factores climáticos. En las últimas semanas, las lluvias han aumentado el número de equipos fuera de servicio, situación que los técnicos buscan estabilizar con trabajos de inspección y reparación.
En Barranquilla, el sistema de videovigilancia cuenta actualmente con 880 cámaras, de las cuales 504 se encuentran en óptimo estado y 376, equivalente al 43%, han pasado por mantenimiento y ya se encuentran en funcionamiento. En este momento se encuentran en ejecución dos contratos de mantenimiento que cubren las cámaras de reconocimiento de matrículas fijas y móviles, lo que permite solucionar cualquier avería en menos de una semana. Según explica una fuente de la Alcaldía, las que están en mantenimiento se deben a factores como ramas que obstruyen la lente, suciedad que reduce la visibilidad o daños en las cúpulas de las cámaras de los móviles.
Miles de cámaras de videovigilancia en varias regiones de Colombia no funcionan. Foto:Secretario de Seguridad.
Además, las autoridades ampliaron la cobertura del sistema con la instalación de nuevas cámaras alrededor de los centros penitenciarios, con el fin de reforzar la seguridad en esas zonas.
En el caso de Cartagena, Jaime Hernández Amín, director de Distriseguridad, aseguró que el sistema de cámaras de seguridad en la ciudad ha tenido una importante recuperación durante la actual administración. Explicó que cuando asumieron su cargo, alrededor del 50% de las cámaras del circuito cerrado de televisión (CCTV) estaban fuera de servicio por falta de mantenimiento y afectaciones del clima, salinidad y humedad.
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Según el funcionario, se repusieron los equipos dañados, se renovó la red de fibra óptica y hoy el sistema de CCTV opera al 100% para la Policía Nacional. Además, se agregaron 160 alarmas comunitarias, cada una con cuatro cámaras, lo que representa 640 nuevos dispositivos, además de las 560 cámaras existentes.
Hernández Amín también destacó la implementación de un proyecto para integrar cámaras privadas, a través del cual los establecimientos que cuenten con dispositivos apuntando hacia espacios públicos puedan conectarlas al sistema de la Policía. Asegura que con esta estrategia Cartagena supera actualmente las 1.000 cámaras operativas, aunque el funcionario reconoció que el número aún es insuficiente frente a las necesidades de la ciudad. Precisó que uno de los mayores problemas es el robo o daño a la fibra óptica, lo que puede dejar fuera de servicio hasta 80 cámaras a la vez.
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“Desconectan una fibra y desactivan unas cámaras, a los dos días están de regreso”, explicó.
Las causas del deterioro.
El diagnóstico técnico de la Policía Nacional identifica dos causas principales del deterioro del sistema: obsolescencia tecnológica y falta de mantenimiento. En el primer caso, se precisa que una parte considerable de las cámaras tienen entre cinco y diez años, por lo que ya no cumplen con los estándares actuales de resolución, conectividad o interoperabilidad con la plataforma tecnológica de la Policía. Esto impide que los sistemas de diferentes regiones puedan integrarse o responder de manera articulada ante emergencias y eventos delictivos.
Resultados operativos de la videovigilancia en Bogotá. Foto:Secretaría de Seguridad
El segundo factor está relacionado con la ausencia de mantenimiento preventivo. El informe cita el documento Conpes 3437, del 4 de agosto de 2006, que establece que las alcaldías y gobernaciones son las entidades responsables de la administración y mantenimiento de los esquemas tecnológicos definidos por el Ministerio del Interior y de Justicia. Sin embargo, en la práctica, muchas administraciones locales no han destinado suficiente presupuesto ni personal técnico especializado, lo que ha contribuido al progresivo deterioro de los equipamientos.
«Está claro que se necesitan más cámaras. Esta es una política que todo candidato, a cualquier alcalde o gobernadora, defiende pero poco se cumple. Además de su rol en la seguridad ciudadana, sirven para fortalecer la acción de la justicia penal contra los delincuentes, porque permiten recolectar evidencia de muchos delitos que ocurren en el espacio público», dice el analista Jorge Restrepo.
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Y agrega: «Una de las razones por las que la justicia no es más efectiva es precisamente porque no tenemos cámaras operativas que nos permitan recolectar pruebas. En términos operativos también facilitan una respuesta más rápida, porque reducen los tiempos de viaje. Pero para eso hay que trabajar».