
En los últimos días, la imagen del alcalde Medellín, Federico Gutiérrez, abraza a William Villamizar, el gobernador Norte de Santander y la persona central de uno de los clanes políticos más atractivos del país. Lejos del tipo institucional de cortesía institucional, la foto parece ser una declaración política, supuestamente un retrato claro de la Unión que no se intenta compensar, sino emitir clanes, máquinas y pectas que tienen el poder en la cima de los servicios.
William Villamizar no es una figura pública, el clan Villamizar es conocido por las poderosas máquinas políticas en Norte de Santander, con tres períodos en gobernador en Towing (2008-2011-2027), todo a la sombra de la investigación de la corrupción. Su nombre está asociado con múltiples escándalos malversación de recursos públicos, contratos marcados y clientelismo regional. Su poder no se debe a la gestión impecable, sino a la capacidad de distribuir posiciones, controla el presupuesto y consolidar los servicios de red que garantizan voces en la parte superior de la burocracia.
Pero el registro del clan no termina allí. Vale la pena recordar al ex senador Aliro Villamizar, una pieza clave de infame «Notarios. Esquema de corrupción con la etiqueta Uribist, a través del cual se entregan los congresos que pagan por la votación a favor de la reforma constitucional que permitió la reeprecretucción de Álvaro Uribea Véleza. No había un chantaje político, fue un chantaje institucionalizado, era la democracia convertida en un trueque, en la moneda.
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Y como si eso no fuera suficiente, eso Fiscalía En general, la nación anunció recientemente la impresión de medidas de precaución con el propósito de extinción del dominio sobre siete bienes que adquirirían en los trabajos de corrupción en el norte de Santander. Se agrega a estas investigaciones más sensibles, la supuesta participación del actual gobernador William Villamizar en el asesinato del periodista civil y la villa. No estamos hablando de rumores, sino indicaciones serias que hacen una advertencia roja para cualquier líder político responsable.
Entonces, ¿qué sonríe el alcalde de Medellín junto a este personaje? ¿Qué mensaje transmite con esa imagen? Puede que no sea un patinaje simple, pero supuestamente una muestra de coherencia política. Porque, aunque trató de presentarse como un «Político independiente» Alien para prácticas antiguas, es cierto que sus campañas obviamente apoyan las estructuras de políticas colombianas más buscadas. Detrás de su discurso anticorrupción, las federaciones podrían esconderse con poderosos sectores económicos, examinar partes y clanes regionales que establecen asistencia a los negocios familiares.
Ahora no solo se hace por suposiciones. La misma lógica de alianza cuestionable ya es prominente en el pasado. 24. Junio de este año, también conocido como «Douglas» Declarado en RTVC News para completar con Akom «Pesebre», Estarían en su elección en su elección en su elección en la oficina del alcalde en 2016. años. Según él, este apoyo incluyó reuniones secretas en el sótano de Alpujarra y nombrar a Gustavo Villegas para la aplicación directa de luces criminales. Esa foto, entonces no solo desagradable, podría confirmar la forma, el supuesto estilo de políticas basadas en políticas basadas en estructuras que este país debería erradicar, para no asegurarse.
No podemos permitir que PACTS con estructuras criminales continúe marcando el flujo de nuestra democracia. Colombia no necesita un pacto más tranquilo con el nepotismo, el clientelismo y la corrupción disfrazados de la institucionalidad, las grietas y la coherencia. No podemos continuar tolerando que aquellos que prometen la renovación al final se arrodillan frente a la misma familia y gángsters que atraparon el estado durante décadas.
Alejandro Toro