
El Primer Ministro francés, François Bayrou, confirmó recientemente que ha considerado la idea de llevar a cabo un referéndum con el fin de evaluar su ambicioso proyecto que tiene como objetivo la reducción de la deuda nacional, al mismo tiempo que busca la preservación de la paz social en el país. Esta propuesta no solo refleja su visión económica, sino también su reconocimiento de la necesidad de involucrar a la población en la toma de decisiones que afectarán el futuro de la nación.
Bayrou es firme en su insistencia sobre la aprobación de su plan, el cual se centra en una «reducción drástica del gasto público». Considera que esta medida es crucial para enfrentar lo que él describe como «los dos desafíos más grandes en la historia reciente de Francia»: la falta de producción y la carga de una deuda creciente que se ha vuelto casi insostenible. En una entrevista concedida a la ‘revista DiManche’, el Primer Ministro detalló su perspectiva sobre la situación económica actual del país, subrayando la urgencia de sus propuestas.
El Ministro advirtió que, si bien hay margen para resistir déficits temporales, esta resistencia se verá limitada si la carga de la deuda es excesiva. «No podemos permitirnos tener una deuda que se vuelva incontrolable, de lo contrario, los déficits se transformarán en una carga aún mayor», enfatizó. Destacó que los intereses generados por esta deuda son tan abrumadores que podrían costarle a Francia lo mismo que los presupuestos combinados destinados a educación y defensa nacional, lo que pone en peligro sustancialmente la estabilidad económica del país.
Bayrou también hizo énfasis en que «cada aumento en las tasas de interés podría ser la chispa que encienda una crisis económica y financiera de dimensiones históricas». Este tipo de advertencias evidencia su profundo entendimiento de las complejidades económicas que enfrenta Francia, y su plena conciencia de las serias implicaciones que puede tener un desajuste en la política fiscal.
Consciente del impacto que su plan podría tener, Bayrou reconoció que no está desestimando ninguna opción para asegurar el apoyo necesario para su implementación. Esto incluye la posibilidad de recurrir a un plebiscito, una herramienta política que, según él, solamente el presidente Emmanuel Macron tiene la potestad de convocar. Esta cobertura sugiere que el Primer Ministro está dispuesto a navegar por diversas avenidas para conseguir el consenso requerido.
«Cuando alguien introduce una reforma trabajando dentro de un marco convencional, lo que en realidad sucede es que se enfrenta a una resistencia creciente. La gente comienza a protestar una y otra vez, y al final, no logra entender la necesidad del cambio», explicó Bayrou, resaltando el desafío de comunicar efectivamente los beneficios de estas reformas y el potencial de resistencia que pueden surgir en su implementación.
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