Economía

¿Por qué tenemos miedo a las violaciones de Thomas Greg y los hijos monopolio? – En un click

¿Por qué tenemos miedo a las violaciones de Thomas Greg y los hijos monopolio?

 – En un click

En mayo de 2023. Años Oficina declaró una licitación para casi 600 mil millones de pesos para la producción de pasaportes, después de más quejas sobre AMRados que favorecieron abiertamente a la compañía Thomas Greg & Sons. Hoy, un año después, este episodio no puede considerarse aislado o anecdótico. Revela un problema estructural de que el país no puede continuar tolerando: las funciones estratégicas del estado de un contratista, que, además de la producción de nuestros pasaportes, también controlaba la logística de las elecciones nacionales.

Desde 2007, Thomas Greg & Sons tuvo un control de pasaporte exclusivo en Colombia, gracias a los contratos ampliados sin la competencia real durante casi dos décadas. El último, declarado oficina del General del Fiscal, equivalía a la revocación, revocada por el presidente de Gustav Petro, después de que los siete competidores se retiraron de la licitación, renunciando a los requisitos y condiciones que podrían cumplir solo con ganancias. Aún más grave, esa misma compañía es responsable de la logística de las elecciones en 2026. Año, gracias al contrato asignado por 2.100 millones de pesos. Los contratos agregaron que Thomas Greg & Sons adquirió con la condición colombiana superado los tres mil millones de pesos. Es la concentración del poder económico y funcional lo que debería advertir a todas las instituciones democráticas.

El país fue testigo de múltiples advertencias sobre este tranquilo monopolio. No solo por las irregularidades que salieron a la luz, como una sanción contra el ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyve, del contrato fuera del Congreso, sino también por los riesgos que involucran al operador privado único, así como a la producción de documentos de identidad o sistemas informáticos en los procesos electorales. Se enfatizó el presidente Petro: ni se le puede permitir la democracia grave que la única compañía, al mismo tiempo, la producción de pasaportes y la infraestructura electoral. El riesgo de «fraude monumental», tal como se declinó, no solo es técnico: es político, institucional y soberanía.

Algunos salieron para aclarar la gravedad de la situación, afirmando que Thomas Greg no tiene acceso directo a bases de datos, pero proporciona un servicio bajo la supervisión de los estados. Pero esa es una mala defensa. La dependencia tecnológica, la ausencia de alternativas competidoras e incapacidad para asumir estas tareas en sí mismas son amenazas para nuestra soberanía. Colombia no puede continuar dependiendo de la empresa única que garantice los derechos básicos como un pasaporte o una votación gratuita.

Por lo tanto, apoyan la decisión del gobierno nacional en contratos de Pausar y abren la discusión sobre la nacionalización de la producción de pasaportes. Esta no es una discusión técnica o contractual, es un debate político profundo. El país debe invertirse en el fortalecimiento de la capacidad institucional, y es necesario garantizar la impresión nacional de Colombia con las herramientas requeridas para recoger esta tarea. Sabemos que no será de inmediato, pero ese es el camino correcto y urgente.

Colombia no puede presentarse a la continuidad de los contratos relacionados o seguir siendo rehenes de empresas que se han convertido en funciones públicas en empresas privadas. La defensa de nuestra democracia y nuestra soberanía requiere que recuperemos el control sobre importantes funciones estatales. La producción de pasaportes debe volver a las manos públicas. La logística electoral debe estar sin conflicto de intereses. Y el Congreso, que representa la voluntad de la gente, debe asumir su responsabilidad para garantizar que esta transición sea una prioridad nacional.

Alejandro Toro

Redacción
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