Economía

Polarización en la era digital: fuerza real después de la IA y los datos grandes – En un click

Polarización en la era digital: fuerza real después de la IA y los datos grandes

 – En un click

En un artículo reciente (Ideologías y polarización: conflicto insulso26 de agosto de 2025) señalaron que la polarización política en Colombia y el mundo generalmente es un debate vacío, capturado entre visiones extremas izquierda y derecha, pero sin validez, solo para fines manipuladores de la opinión pública. Mostrando la interrupción en este artículo fue el papel del estado: algunos defienden su reducción en el mínimo, otros justificando su expansión ilimitada. Pero advirtió que este debate es una cooperación estéril de los problemas estructurales del capitalismo moderno: concentración económica, captura de estado y corrupción sistemática.

En este artículo, la reflexión debe ampliarse y lejos. El escenario moderno ya no se limita a la economía industrial o financiera: nos enfrentamos al capitalismo digital, dominado por la inteligencia artificial (IA), grandes datos y plataformas tecnológicas en concentración a la concentración en una escala no publicada. Si la polarización y el mercado están ocurriendo en el mercado y el mercado, ¿qué sucede cuando el verdadero poder se mueve hacia corporaciones privadas y transnacionales, capaces de controlar no solo los datos, los datos y la forma en que pensamos, sino incluso ilimitado concentrando dinero en el mundo?

Poder invisible

La IA y los grandes datos transforman radicalmente las bases en las que se discutieron las funciones del estado en el siglo XX. Tres elementos ilustran esta mutación:

  1. Información de tiempo real. OMS Hayek Pensó que estaba disipando el conocimiento o la incapacidad de centralizar todos los datos, se convirtió en materia prima con algoritmos que actualmente procesan millones de datos. El problema discutió la validez perdida y ahora ya no es escasez de información, sino su concentración en pocas manos.
  2. Capacidad predictiva. A medida que las corporaciones hoy usan los algoritmos para predecir la demanda, aumentando que el pronóstico legítimo es el derecho de los activos de la sociedad.
  3. Nuevo monopolio. Plataformas como Google, Meta, Amazon, Alibaba o Microsoft Capital Concentrado, datos e infraestructura tecnológica, lo cual es importante hoy en día para la vida económica y social. No son solo grandes empresas, sino actores globales con más influencia que muchos países.

Estos factores no eliminan los viejos problemas como los monopolios, la captura, la corrupción, sino que también los refuerzan y de qué manera. El poder económico ahora incluye la capacidad de declarar la opinión, monitorear a los ciudadanos y los moldes de la democracia.

Viejas teorías, nuevos desafíos

El liberalismo del economista clásico ofrece luces parciales contra esta nueva realidad.

  • Mises y el problema del cálculo. Su argumento contra la planificación central pierde la fuerza: hoy es posible procesar cantidades masivas de datos sin precios del mercado. Sin embargo, la pregunta que no tiene algoritmo no resuelve: ¿quién decide qué es justo, prioritario o ético?
  • Hayek y conocimiento disperso. La ironía es brutal: el orden espontáneo defendido por condujo a una mayor concentración en la historia. En lugar de los mercados libres, tenemos gigantes digitales que actúan como gobiernos privados.
  • Galardón y poder compensatorio. La advertencia de oligopoli industrial parece una caricatura contra los monopolios digitales, que al mismo tiempo dominan los mercados, la información y la opinión pública. Los contraportados tradicionales (diversión, impresión, sindicatos) no son suficientes ante la corporación que cruza las fronteras y regulaciones nacionales.

Nuevo eje de polarización

La polarización previamente se centró en la pregunta «¿Más condición o más mercados?» Pierde significado frente a este panorama. Los derechos de Dilema son ahora otro: ¿cómo equilibrar el equilibrio contra las corporaciones que concentran el poder digital global?

La respuesta es relativamente fácil de representar: no con ideologías antiguas, sino con instituciones que son capaces de regular en nombre de interés general. Pero muy difícil de implementar: la condición no puede retirarse o contener con un tribunal pasivo; Debe informarse a la transparencia del garante, regulación de algoritmos, protección de datos, cooperación internacional y nuevas formas de participación ciudadana en digital.

Esta no es una discusión menor. Si los países no asumen que la función permanecerá en manos de la empresa cuyo único propósito es el beneficio, sin humanismo y menos sobre la base de la ética. El riesgo ya no es solo la desigualdad económica, sino la erosión de las libertades básicas: la privacidad, la autonomía y la capacidad de tener la intención sin manipulación.

Según el estado 21. Century

Hablar sobre más o menos condición es un falso dilema en un contexto moderno. El desafío es construir estados inteligentes, éticos y cooperativos, capaces de tratar con corporaciones que operan sin fronteras. Lo que implica: regular monopolios y algoritmos, no solo los precios; Proteger los derechos fundamentales en el entorno digital; Promover la cooperación internacional para evitar que la regulación del país se vuelva irrelevante; y desarrollar instituciones que combinen la innovación tecnológica con el control democrático. Un gran desafío, y aún mayor si advirtemos que no evitamos el anterior, lo que consistió en lograr un social menos desigual, superar la pobreza, erradicar la violencia y ejercer completamente ciertas libertades.

El capitalismo digital requiere un estado con nuevos poderes, capaz de protección de la libertad y bienestar en la era en la que el poder ya no está en fábricas o bancos, sino en códigos invisibles que organizan la vida social.

Una polarización ideológica que parecía aislar el problema de los problemas con los problemas del capitalismo moderno es aún más inútil en la era digital. A medida que continuamos perdiendo el tiempo discutiendo la declaración o anarquismoEl poder correcto se concentra en plataformas tecnológicas que pueden ser cautivadas por el futuro de la humanidad.

Hoy, el debate no debe dividirse desde la izquierda y la derecha, sino entre aquellos que entienden la urgencia de la regulación democrática de la IA y los grandes datos, y aquellos que prefieren mirar de otra manera mientras las corporaciones diseñan el mundo.

El riesgo ya no es ideológico: es la civilización. Están en riesgo: poca democracia que tenemos, algunas libertades que aún mantienen, la ética insegura y la humanidad que nos quedan y la sostenibilidad social. Nada menos.

Rafael Fonseca Zarate

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