Economía

poder del wok – En un click

poder del wok

 – En un click

Si los oprimidos son la vanguardia moral de la historia y tú representas a los oprimidos, entonces eres parte de esa vanguardia moral, eres la moral misma. Como dice el escritor marroquí Zineb Riboua: «Es un movimiento que trata la certeza moral como inocencia o la búsqueda de la ‘verdadera justicia’ y desarma a la oposición presentando el poder como compasión o la búsqueda del ‘verdadero bien común'». El movimiento Wok fue sólo el comienzo, mostrando que el lenguaje moral puede sostener más eficazmente una ideología, política o doctrina in detrimo. sistema, fue la transferencia del patrón ético del cristianismo al centro de la vida cívica cuando la misericordia fue reemplazada por la justicia un día de enero. En 1793, cuando los primeros vocistas, siniestros abogados franceses, mataron a Luis XVI.

El dualismo absoluto entre opresor y oprimido surgió como una nueva religión muy similar a los movimientos fanáticos milenarios de la Alta Edad Media y transformó la narrativa política. En el marxismo clásico, la dialéctica de la lucha de clases funcionaba de manera sencilla: burguesía (opresores) versus proletariado (oprimido), por la clase económica. En el universo wok, la opresión ya no es sólo económica, sino que está basada en la identidad. El conflicto se traslada a categorías de identidad, raza, género, orientación sexual o discapacidad, pero estas categorías son dinámicas y constantemente surgen nuevas identidades oprimidas, por ejemplo animales e incluso bosques o ríos. La opresión es sistémica, estructural e inconsciente. Tu intención personal es irrelevante. Si perteneces a un grupo históricamente dominante, eres un opresor por defecto, incluso si eres pobre, mujer, gay o negro.

En su libro Religion Wok, Enrique Rubio ve este movimiento como un «culto a las víctimas». La opresión histórica, la esclavitud y el colonialismo, se convierten en pecado original colectivo, y las identidades marginadas, raza, género, orientación sexual, se convierten en chivos expiatorios de la redención social, pero en esta herejía cristiana es precisamente la redención la que se vuelve imposible, sólo los iniciados, los wok, los despiertos, escapan del pecado original o de la “blancura”. Como las «estructuras de dominación» son invisibles, sólo pueden ser reconocidas por aquellos que han pasado por un profundo proceso de conversión interior. Es una especie de iniciación mística que convierte a los militantes en adeptos, ya no son políticos sino sacerdotes.

El wokismo es la nueva gnosis. Aunque se presenta como secular y progresista, es una «religión secular» o «religión de reemplazo» que hereda y seculariza elementos de las tradiciones religiosas, especialmente el protestantismo y el gnosticismo. Esta visión no es un mero paralelo retórico, sino una explicación de por qué el Vocismo crea fervor, dogmas y rituales similares a los religiosos, proporciona significado, redención, comunidad, pero sobre todo, reconocimiento social. Los adeptos del wok se ven a sí mismos como un paradigma moral; después de todo, son personas que han pasado del sueño a la iluminación. Vale la pena recordarlo. El término «wok» evoca directamente la tradición protestante de los «Grandes Despertares» de los siglos XVIII y XIX, movimientos revitalizantes en las colonias americanas que enfatizaron el «despertar» espiritual del pecado y la alienación.

El wokismo no es sólo una nueva religión; Es un sistema de poder político que opera mediante la captura institucional, la redefinición del lenguaje, la exclusión de los disidentes y la legitimación de nuevas élites, y lejos de ser un movimiento marginal, se ha convertido en la doctrina oficial de esas élites. En política, el Vocismo fragmenta la sociedad siguiendo su modelo identitario para movilizar víctimas-votantes contra “estructuras de dominación” y supuestos grupos opresores, y al ser una religión, no busca el poder para lograr consensos, sino expulsar a los herejes del pacto social, es un proyecto totalitario, como él mismo propuso, sin su campaña por Newhrana, sin evolución alguna. York. Como narrativa para ganar poder, el vocismo opera bajo los parámetros que Robert Musil atribuyó a los cuentos de hadas: al publico «Se requiere un mundo imaginario en el que la injusticia no exista e incluso el caso esté sujeto a leyes».

Jaime Arango

La entrada Wok power se publicó primero en .

Redacción
About Author

Redacción