
Google ha anunciado Un acuerdo pionero con dos de las principales compañías eléctricas en los Estados Unidos para reducir el consumo de sus centros de datos durante los picos de demanda de energía. En otras palabras, Google detendrá su inteligencia artificial durante las ondas de calor.
Ai tiene hambre. No es ningún secreto que la inteligencia artificial generativa tiene un apetito energético voraz. Entrenar y ejecutar los enormes modelos que conducen desde los resúmenes en el motor de búsqueda de Google hasta los videos plegados de YouTube requieren docenas o cientos de megavatios de energía continuamente.
Este consumo masivo, concentrado en enormes centros de datos, se ha convertido en una creciente preocupación para las compañías de electricidad, que ven cómo la demanda de energía se desencadena a una tasa que la infraestructura actual no está preparada para apoyar.
Un movimiento impensable. Hasta ahora, la principal preocupación era agregar suficiente energía a la red, con soluciones que van desde centrales nucleares abandonadas para firmar el acuerdo hidroeléctrico más grande de la historia. Pero el último movimiento de Google propone una solución impensable en la industria competitiva de IA: en lugar de solo aumentar el suministro de energía, gestionar la demanda de manera flexible.
La medida estuvo de acuerdo con dos de las principales compañías eléctricas en los Estados Unidos (TVA y yo y M.), llega justo cuando ambos estados se preparan para una ola de calor intensa. Mientras que millones de hogares y compañías iluminan sus aires acondicionados, poniendo la red eléctrica al límite, Google acordó reducir el consumo de sus tareas menos urgentes para evitar sobrecargas y posibles apagones.
Flexibilidad de demanda. Google no ha inventado nada nuevo. Este tipo de respuesta flexible a la demanda de la red ya se aplica en muchas industrias, generalmente para pagar un precio más bajo por la luz. Google en sí lo ha utilizado durante mucho tiempo para posponer tareas no esenciales, como el procesamiento de videos de YouTube, trasladándolos a centros de datos en otras regiones o ejecutarlas por la noche, cuando la demanda de la red es menor.
La novedad es que, por primera vez, aplicará cargas de trabajo de aprendizaje contractuales a automáticas, el corazón de la IA. Según el acuerdo, si la demanda de energía aumenta peligrosamente o existe una interrupción en la red debido a las condiciones climáticas extremas, los operadores pueden pedirle a Google que reduzca su consumo. Google responderá reprogramando o limitando las tareas no urgentes hasta que la red se estabilice.
No se quedará sin Google Maps. La compañía ha dejado en claro que este sistema de respuesta a la demanda tiene sus límites. Los servicios críticos que requieren 100% de confiabilidad y disponibilidad constante, como el motor de búsqueda, los mapas de Google o los servicios en la nube para clientes de sectores esenciales como la salud, no se verán afectados.
La flexibilidad se aplicará a tareas como la capacitación de nuevos modelos de IA gracias a los avances en técnicas como Punto de control (que le permite guardar el progreso de la capacitación y reanudarlo más tarde). Un modelo podría ser entrenado exclusivamente por la noche, cuando la capacidad de la red es mayor, sin perder el trabajo ya realizado.
¿Qué gana Google con esto? Además de aliviar la sobrecarga de la red y prevenir, los clientes de la red terminarán reduciendo la luz de la luz gracias a este sistema. Incluidos los centros de datos de Google.
Imagen | Pawel Czerwinski en No acertado
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