Nokia dejó de estar en las conversaciones del gran público hace años. Para muchas personas, Nokia es un recuerdo de aquellos teléfonos resistentes de décadas pasadas. Por eso ha llamado tanto la atención que NVIDIA, la empresa más poderosa ahora mismo en el mundo de la inteligencia artificial, anuncia que va a invertir mil millones de dólares en Nokia y que las dos empresas están preparando una alianza estratégica en torno a las redes móviles y la inteligencia artificial. La pregunta inmediata es obvia: qué ha visto NVIDIA en Nokia para meter ese dinero ahí.
La empresa en la que ha invertido NVIDIA es la habitual Nokia, la matriz finlandesa de telecomunicaciones que sobrevivió a la era móvil. Su sede está en Espoo, muy cerca de Helsinki, y hoy su negocio se centra en el desarrollo de infraestructuras de red, software y soluciones avanzadas de conectividad. Es la empresa que proporciona a los operadores de todo el mundo la tecnología que hace posible las redes móviles y la expansión del 5G.
De 3210 a torres 5G. Hubo un tiempo en el que Nokia dominaba el mercado móvil con terminales que marcaron una época. El 3210, recientemente relanzado como un simple teléfono, o los primeros teléfonos con cámara forman parte de la memoria colectiva. Sin embargo, la aparición de los smartphones cambió por completo el panorama. En 2014, Nokia dijo adiós a esa etapa vendiendo su negocio de dispositivos a Microsoft. Desde entonces, los teléfonos móviles con su nombre pertenecen a HMD Global, mientras que Nokia Corporation, como decimos, se centra en la tecnología de redes.
El movimiento que nadie esperaba. NVIDIA y Nokia han anunciado una alianza estratégica que combina dinero e innovación. La tecnológica estadounidense invertirá 1.000 millones de dólares en Nokia, operación que se realizará mediante la suscripción de nuevas acciones a un precio de 6,01 dólares por acción. No se trata de una compra, sino de una ampliación de capital. A cambio, ambas compañías trabajarán juntas para desarrollar redes móviles basadas en inteligencia artificial, un paso que las prepara para el salto a 6G.
La inversión de NVIDIA no consiste en comprar acciones en el mercado, sino en suscribir nuevas acciones emitidas directamente por Nokia. En total se crearán más de 160 millones de títulos, en una operación que ampliará el capital de la compañía. No hay cambio de control y la participación prevista es del 2,9%. El acuerdo está sujeto a las aprobaciones habituales antes de cerrarse, pero proyecta una interesante alianza a largo plazo entre ambas empresas.
Una apuesta con destino 6G. El acuerdo no se limita al dinero. Con esta inversión, NVIDIA y Nokia se unen para desarrollar una nueva generación de redes móviles basadas en inteligencia artificial. El objetivo es que los operadores puedan ofrecer servicios más rápidos, más eficientes y adaptados al crecimiento del tráfico de datos generado por la IA. En esta hoja de ruta también participan Dell Technologies, que proporciona servidores, y T-Mobile US, que probará las primeras redes AI-RAN con vistas al salto al 6G.
Detrás de las siglas AI-RAN se esconde la gran apuesta de esta alianza: aplicar inteligencia artificial a la red que conecta nuestros móviles con las antenas. Esto es lo que se conoce como AI-RAN. Estas redes aprenden del tráfico, se ajustan y hacen un mejor uso de la energía y el espectro disponibles. Omdia estima que este segmento moverá más de 200 mil millones de dólares de aquí a 2030. Es un salto técnico, pero sobre todo una forma de preparar el terreno para el 6G.
Por qué Nokia vuelve a escena. Para Nokia, el acuerdo representa una inyección de capital y una validación estratégica. La compañía refuerza su hoja de ruta hacia las redes de nueva generación y consolida su posición en un mercado donde compite con gigantes como Ericsson y Huawei. Además de financiación, gana visibilidad: el apoyo de NVIDIA potencia su imagen como socio tecnológico líder en la era de la inteligencia artificial. En bolsa, el anuncio ya provocó una fuerte subida de sus acciones.
Lo que gana NVIDIA (y no es poco). Para NVIDIA, esta alianza amplía su alcance más allá de los centros de datos. Entrar en la infraestructura de la red significa llevar la inteligencia artificial al borde, donde se generan los datos. Con la tecnología Nokia, puede integrar su plataforma en antenas, estaciones base y sistemas ópticos, brindando capacidades de IA directamente desde la red. Es una manera de extender su dominio en la informática acelerada a un nuevo territorio: las telecomunicaciones.
Los primeros en intentarlo estarán lejos de Europa. Nada de esto se notará de inmediato, pero sentará las bases para la conectividad del futuro. Las redes AI-RAN prometen conexiones más rápidas, estables y eficientes, lo cual es esencial para los nuevos servicios que dependen de la inteligencia artificial. Desde gafas de realidad aumentada hasta drones o coches conectados, todo apunta a funcionar con menor latencia y mayor fiabilidad. Las primeras pruebas, impulsadas por T-Mobile US, se realizarán en Estados Unidos.
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