

El Caribe colombiano continúa consolidándose como uno de los territorios más diversos y atractivos para el turismo nacional e internacional. Varios municipios de la región debutaron en la plataforma Airbnb como nuevos destinos que recibieron sus primeras reservas, marcando un hito en la expansión de la oferta turística más allá de las ciudades tradicionales.
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Este fenómeno no sólo visibiliza rincones poco explorados del Caribe, sino que también responde al interés de los viajeros por vivir experiencias auténticas y cercanas a la cultura local. SíSegún la información proporcionada por la plataforma, buena parte de las reservas corresponden a colombianoss que decidieron descubrir destinos diferentes a las rutas más conocidas.
La apuesta por la diversificación del turismo en estos municipios caribeños promete dinamizar la economía local, fortalecer la identidad cultural y ofrecer oportunidades para emprendedores y anfitriones que ven el turismo como una forma de progreso.
Villanueva, Bolívar: tierra de música y tradición
Villanueva, Bolívar. Foto:Alcaldía de Villanueva
Uno de los lugares que debutó en Airbnb es Villanueva, Bolívar, reconocida por su herencia musical ligada al vallenato. Este municipio ha sido cuna de importantes compositores y se ha convertido en un punto de encuentro para quienes disfrutan de las fiestas y festivales locales.
Más allá de la música, Villanueva también ofrece a los visitantes un recorrido gastronómico con platos típicos caribeños, Cálida hospitalidad y paisajes rurales que invitan a desconectar. Su incorporación como destino turístico en plataformas digitales abre la puerta a un mayor reconocimiento a nivel nacional e internacional.
Con cada reserva, Los viajeros no sólo acceden a experiencias culturales únicas, pero también contribuyen al desarrollo económico de una población que ha sabido mantener vivas sus raíces.
Chiriguaná, Cesar: esencia del Caribe interior
Chiriguaná, César. Foto:Alcaldía de Chiriguaná.
En el corazón de César se encuentra Chiriguaná, otro de los destinos que debutaron este año. Conocido por su tradición agrícola, este municipio refleja la riqueza del Caribe interiordonde el campo, la música y las fiestas populares se convierten en los principales atractivos.
Las celebraciones locales, que mezclan ritmos autóctonos y manifestaciones culturales, son un imán para quienes buscan vivir el Caribe de una manera diferente. Al mismo tiempo, sus paisajes rurales, los cultivos que marcan el ritmo de la economía y la calidez de su gente Conforman una experiencia difícil de olvidar.
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El ingreso de Chiriguaná al mapa turístico digital también representa una oportunidad para que la región se fortalezca en sectores como el agroturismo y el turismo cultural, cada vez más buscado por los viajeros en busca de experiencias auténticas.
Sucre: San Juan de Betulia y Ovejas
La tranquilidad del mar y del entorno la encuentran los turistas en Balsillas. Foto:Redes sociales
El departamento de Sucre también fue protagonista con la inclusión de dos municipios: San Juan de Betulia y Ovejas. Ambos lugares han ganado reconocimiento por su riqueza cultural, donde la música y la tradición campesina son ejes fundamentales de la vida cotidiana.
En Ovejas, por ejemplo, respira historia y tradición a través de la Fiesta Nacional de la Gaita, uno de los eventos culturales más importantes del Caribe colombiano. Este encuentro ha posicionado al municipio como guardián de una de las expresiones musicales más antiguas y auténticas del país.
San Juan de Betulia, por su parte, combina su paisaje rural con una comunidad que conserva sus costumbres. y ofrece una ventana al turismo comunitario, en el que los visitantes pueden integrarse a las dinámicas locales.
Un Caribe que se reinventa con cada reserva
caribe Foto:iStock
La inclusión de Villanueva, Chiriguaná, San Juan de Betulia y Ovejas en Airbnb confirma el creciente interés por destinos emergentes en el Caribe colombiano. Cada uno de estos municipios aporta una identidad diferente: desde la cuna de los compositores vallenatos, hasta los pueblos guardianes de la gaita, o las comunidades agrícolas del interior.
El auge de estas áreas también representa un desafío: fortalecer la infraestructura y garantizar prácticas de turismo responsable y brindar condiciones para que las comunidades locales sean las principales beneficiarias.
Lo que está en juego no es sólo la llegada de visitantes, sino la posibilidad de que el turismo se convierta en un motor de desarrollo sostenible para la región. En 2025, el Caribe demostró que más allá de las playas tradicionales, hay un territorio diverso y vibrante listo para ser descubierto por el mundo.
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