
Él Premio Nobel Es uno de los premios más prestigiosos, que reconoce a personas e instituciones que han realizado contribuciones significativas en los campos de la física, la química, la medicina, la literatura, la paz y la economía. Su origen está en el testamento de Alfred Bernhard Nobel (1833-1896), famoso inventor sueco, cuyos desarrollos más importantes se dieron en la industria de los explosivos y la guerra, siendo la dinamita su invento más popular. Nobel ha sido descrito como un hombre solitario que cargaba con una gran culpa: dado que construyó su fortuna a partir de inventos para ser utilizados en la guerra, dispuso que el 94% de su vasta fortuna se asignara a un fondo de premios que llevaba su nombre, que, por esta época, se anunciaba anualmente en función de los méritos de los ganadores en medio de controversias.
De las cinco categorías originales de los Premios Nobel, tres son objetivas y en su mayoría son recibidas por ciudadanos de países desarrollados o personas que tienen vínculos con países donde la ciencia avanza y hace un aporte significativo a la humanidad; Ciencias como la física, la química y la medicina se desarrollan en los países desarrollados. Las otras dos categorías originales, literatura y paz, son premios con un altísimo contenido político y mediador. Algunos los ven como premios de consolación para personas y organizaciones de países subdesarrollados. Un comentario especial merece el Premio Nobel de Economía, ya que no estuvo en la voluntad testamentaria de su benefactor, fue creado por el Banco de Suecia y comenzó a otorgarse en 1969.
Sólo 18 latinoamericanos han ganado el Premio Nobel. Una abrumadora mayoría en las categorías de literatura y paz, lo que demuestra que América Latina es un hervidero de imaginación y violencia. Un caso especial, Argentina, que fue el país latinoamericano con más premios, cinco veces, de las cuales tres en ciencias (dos en medicina y una en química). Por su parte, Brasil tenía sólo uno en medicina cuando Peter Medawar, nacido allí pero de nacionalidad británica, recibió el premio. En comparación con otras nacionalidades, lo recibieron 13 israelíes, 13 chinos, 28 japoneses, 70 franceses, 108 alemanes y 377 estadounidenses, por citar sólo algunas cifras.
Lo anterior permite pensar que los Premios Nobel de Literatura y de la Paz son premios otorgados según el tablero geopolítico, como sucedió con el Premio Nobel de Literatura en 1992. Muchas veces se otorgan sin mucho mérito o simplemente para causar shocks de opinión. Grandes escritores como Borges, Cortázar, Kafka, Joyce, Woolf, Rulfo, Orwell o Pessoa nunca ganaron en literatura, pero el cantante y pintor Bob Dylan sí lo hizo e incluso tardó en aceptarlo. Hitler fue nominado al Premio Nobel de la Paz, mientras que el expresidente Barack Obama lo recibió sin ningún logro en la materia, probablemente otorgado por ser el primer presidente étnico estadounidense. Los premios Nobel de literatura y de paz no siempre son los más meritorios, ni están destinados a quienes tienen más méritos.
No vale la pena entrar en polémicas cuando se trata de los premios Nobel de literatura y de la paz, son subjetivos y políticos, intentan llamar la atención y fomentar opiniones. Curiosamente Colombia tiene dos premios Nobel, uno de ellos en paz, una broma total.
En resumen, si fuera una cuestión de mérito, el presidente Donald Trump debería haber ganado el Premio Nobel de la Paz en 2025, ayudó a extinguir ocho conflictos, hizo más por la paz que su compatriota Obama. Los noruegos, como hábiles jugadores de póquer y expertos en engaños, utilizan el discurso de los derechos humanos y los problemas medioambientales para hacer negocios, no en vano para extraer el máximo de la industria petrolera. No reconocerán que un hombre del carácter y la estatura de Trump pueda hablar de paz.
León Sandoval