


El trabajo general que amenaza con convertir la franja en un gueto perenne
Tel Aviv, 10 de agosto de 2025. Temprano en la mañana del viernes, se marcaron temas importantes en el conflicto de Medio Oriente. El gabinete de seguridad de Israel autorizó lo que ya se considera como una etapa final de política de fuerza: una ocupación completa en la Franja de Gaza. El anuncio, dado por el primer ministro Benjamin Netanyahu en una entrevista con Fox News, así como un mensaje político que, como parte de la parte militar, abre un capítulo sobre consecuencias impredecibles para la región y para el futuro político del líder israelí.
No existe un calendario claro, ni la definición exacta de lo que significa «control completo» en este escenario: si es solo la ciudad de Gaza o toda la tira. Sin embargo, solo para anunciar que inmediatamente dibuja un escenario: más de dos millones de palestinos que viven en condiciones de contención permanentes, sin potencial de reconstrucción, se convirtieron en una tropa dentro de un territorio que podría terminar con un cielo abierto.
La devastadora razón humanitaria
El drama en el suelo es insoportable. La ONU ha descrito la situación como «horrible», una palabra que ya suena hueca frente a la escala del horror. Aproximadamente el 88% del territorio está bajo los buques de evacuación, que han consumido a los residentes para centrarse en pocas áreas que no han sido demolidas. Hay agua potable, alimentos y ayuda médica casi no lujosa. Las cifras se enfrían: más de 61,000 muertos, miles faltan debajo de las ruinas y los paisajes urbanos reducidos en las ruinas.
En términos militares, el peso de las voces dentro de Israel duda de la lógica de esta ocupación. El comandante general, Eyal Zamir, ha expresado su oposición y advirtió que la política no solo aumentará el número de muertos, sino las vidas de los 20 rehenes que están en peligro que aún están vivos en Hamas. La paradoja es obvia: una acción que se presenta como «responsabilidad de seguridad» podría multiplicar las amenazas.
Plan real
Lejos de ser una reacción no preparada, la tarea política ofensiva se ajusta a un nacionalista extremista israelí ha defendido durante décadas: el régimen absoluto de Gaza como un paso anterior para realmente anexión. Bajo la retórica de «eliminar a Hamas» y «garantizar la seguridad nacional», se ha desarrollado el proceso de destrucción sistemática de la infraestructura y la transmisión masiva de la población civil.
Debate internacional sobre si esta acción se considera genocidio o no es, para muchos analistas, la tecnología de etiquetado. La verdad es que en términos de influencia humana, el resultado es uno de los elementos más crueles del siglo XXI, comparable a otras tragedias históricas que han dejado cicatrices indelebles en la memoria común.
Netanyahu, atrapado en su propia estrategia
Para el primer ministro del ejército israelí, esta ofensiva no es solo una política exterior agresiva: esta es una supervivencia personal. Netanyahu enfrenta juicios debido a la corrupción, la creciente presión impopular y constante de las organizaciones más radicales, lo que no toleraría una clara retirada de «victoria».
Este complejo escenario estaría volviendo políticamente mortal. El trabajo general le ofrece la fortaleza de la narrativa, aunque a expensas de objetivos estratégicos no deseados: Hamas no ha sido desmontado, la seguridad en el sur de Israel no ha sido restaurada y las emisiones de los rehenes aún son una violación.
Western: ciudadanos de ira
Aunque en ciudades como Londres, Berlín y París, miles de personas van a las calles para exigir el cierre de los asesinos en masa, los gobiernos occidentales todavía están atrapados en una vaga retórica sobre «preocupaciones» y «moderación». Estados Unidos, el principal aliado de Israel, mantiene un apoyo militar y diplomático que de hecho protege a Netanyahu contra fuertes sanciones o acciones.
La paradoja es que incluso dentro de Israel, los artículos clave, desde el control militar hasta los rehenes, solicitan suspensión y negociaciones reales, pero el liderazgo político no regresa. El Primer Ministro parece estar bajo la convicción de que el margen de impunidad internacional aún es amplio y que la presión externa carece de poder suficiente para cambiar el curso.
Histórico
Todos los días, bajo esta política de tierra expresada, Israel debilita no solo su legitimidad moral, sino que nutre aislamiento diplomático que podría volverse irreversible. El daño no solo se recomienda en términos de relaciones extranjeras: la sociedad interior y israelí se dispara entre aquellos que reciben la cuenta pública y temen que esta sea la forma de infinitos conflictos que marcarán toda una generación.
Gaza condena la perspectiva del «gueto perpetuo» para la vida sin derechos, sin movilidad y sin horizontes políticos realistas. Y en el gobierno internacional, la sombra de Netanyahu amenaza no solo en el estatus internacional de Israel, sino también la credibilidad de los gobiernos que pueden responder, eligió callarse.