
México sigue siendo uno de los países más afectados por la violencia relacionada con el crimen organizado. En las últimas semanas, varios enfrentamientos armados entre grupos criminales han dejado docenas de muertos en diferentes estados del país. A pesar de los esfuerzos del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador por detener la violencia, la presencia de carteles de drogas y grupos paramilitares sigue siendo una amenaza latente para la seguridad del país.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la creciente violencia en México, especialmente en relación con los desplazamientos forzados de miles de personas. La ONU y la OAS han instado al gobierno mexicano a adoptar nuevas estrategias para garantizar la seguridad de la población y mejorar las condiciones en las regiones más afectadas. Sin embargo, la falta de recursos y la corrupción en las fuerzas de seguridad siguen siendo obstáculos importantes para el éxito de estas políticas.
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