

Una crema de textura ligera y un contenedor minimalista que podría pasar por un lanzamiento de Sephora, una bolsa tipo Bombonera que Recuerda a Loewe o Jacquemusy una colonia cuyo aroma evoca Carolina Herrera o Issey Miyake Perfumes. Todos estos coexistes, a precios reducidos, en el mismo lugar donde se venden papas fritas y suavizantes: el supermercado.
Entre clonaciones o inspiraciones, no para abrir el melón legal, puede encontrar tendencias globales de cosméticos y perfumería, incluyendo el cuidado de la piel coreanaasí como accesorios virales en un contexto diario y masivo. Un fenómeno que despierta pasiones en las redes sociales y que, en España, tiene a Mercadona como uno de sus principales protagonistas.
Imitación como estrategia. Según Business InsiderMercadona, a través de su propia marca Deliplus, imita con precisión los productos de maquillaje y el cuidado personal de empresas como Mac, Benefit, L’Oréal o Urban Decay, con contenedores y texturas que recuerdan a los precios originales pero a precios que rara vez exceden seis euros. Entre los ejemplos más conocidos se encuentran la máscara de volumen Maxi (inspirada en L’Oréal), la base de silicona similar al beneficio o iluminador y los coloretes que se refieren directamente al bálsamo y los NAR.
La fórmula funciona gracias a la distribución masiva y al marketing indirecto que generan usuarios e influyentes mediante hallazgos viralizantes como el gel de baño con ámbar y vetiver por 1.50 euros, descrito por la confidencial como «un gel que huele a los dioses» y comparó con perfumes de alto gas.
El agujero que deja un lujo inaccesible. Este «lujo de corredor» florece en un momento en que el lujo tradicional se ha vuelto más caro hasta que su clientela se concentró en el 1%más rico. Según el avant -GardeEl precio promedio de los productos de lujo ha aumentado un 25% desde 2019, desplazando al consumidor aspiracional que previamente ahorró para comprar un perfume o accesorio. Hoy, más del 40% de las ventas de muchas marcas provienen de ese 1% de mayor poder adquisitivo.
La consecuencia de todo esto es un agujero de mercado que llena imitaciones legales, inspiró productos y, en el campo ilegal, falsificaciones. Según el paísEl comercio de copias digitales ha explotado con aplicaciones y canales en Telegram, donde los jóvenes compran y exhiben réplicas sin complejos. El 54% de los compradores B ven con buenos ojos que otros llevan falsificaciones, y el 37% admite que los transporta o los lleva.
En este panorama, los clones legales como los de Mercadona se posicionan como una alternativa «segura», aunque son parte de la misma conversación sobre valor, autenticidad y saturación.
El origen del lujo a mano. La mezcla de referencias de lujo y consumo diario no es nueva, pero en la última década se ha normalizado e incluso se ha convertido en una declaración de estilo. La figura del «choni de lujo», que combina logotipos de oro con prendas básicas y maquillaje de bajo costo, ha impregnado en artistas como Bad Gyal, capaz de vestirse en Versace y Use Mercadona Profiler.
También Rosalia, en sus comienzos, cantó en Aute Cuture: «En el palacio y en los chinos», encapsulando la coexistencia de dos universos de consumo en la misma identidad estética. Esta cruz simbólica ha encontrado terreno fértil en cosméticos, donde el precio no siempre determina el reconocimiento social. Un clon efectivo puede otorgar el mismo capital simbólico que un producto de lujo, especialmente cuando las redes sociales amplifican el hallazgo.
La era de «Dupe». En redes como Tiktok, el término Engañar Se ha convertido en una bandera generacional. Negocio de moda ha documentado Cómo la generación de genes ha dejado de esconderse que usa imitaciones: encontrarlas y mostrarlas es una fuente de orgullo. Marcas como Mcobeauty en Australia han crecido gracias a este movimiento, mientras que empresas como Charlotte Tilbury han lanzado campañas para reclamar su «fórmula original» y diferenciarse de las copias.
En otros mercados, la línea entre inspiración y copia ha sido probada en la corte. Según Vogue BusinessLa demanda de Benefit contra ELF Cosmetics para una máscara similar a su roller Las pestañas falló: Justice consideró que el envasado y los componentes difieren lo suficiente como para no confundir al consumidor.
Por otro lado, Mercadona no lucha en esa frente: su estrategia es identificar y producir rápidamente, beneficiando que en España, como en muchos mercados, la copia de fórmulas o la estética sin violar las patentes es perfectamente legal.
Más allá de la belleza: lujo comestible. Este fenómeno no se limita a los cosméticos. Según DelishLa generación Z está moviendo el consumo aspiracional a los alimentos. En los Estados Unidos, cadenas como Erewhon venden $ 20 con superalimentos y colaboraciones de Celebridadesque son un producto de bienvenida y un contenido para las redes sociales.
La lógica es similar: para hacer el consumo diario (maquillaje, desayuno, hidrato) en un acto de estado visible y replicable. El lujo ya no está solo en boutiques de mármol: está en el vaso Llevaren la botella de diseño de diseño y, en España, en la línea de perfume de supermercados.
El debate: democratizar o diluir. Él Engañar Se puede entender como democratización: coloque los códigos estéticos y sensoriales disponibles para algunas personas. Pero también puede diluir el valor del original y su promesa de exclusividad. Marc Chaya, CEO de Maison Francis Kurkdjian, advertido en negocios de moda: «El engañar es un asunto grave … algunos sirven para recordar a las marcas que no pueden abusar del precio, pero otros inundan el mercado sin proporcionar servicios públicos o propósito».
Para el consumidor, el dilema es diferente: pagar por la historia y el prestigio o por el efecto y la similitud. Para las marcas, la pregunta es cómo mantener la relevancia cuando el deseo está satisfecho con alternativas más baratas.
Cart como un escaparate global. No se trata de reemplazar la experiencia tradicional de lujo, sino de apropiarse de sus símbolos en tiempos de inflación, precariedad y consumo digitalizado. El «lujo de la sala» es un síntoma de una era en la que las barreras entre el alto rango y el consumo de masa son cada vez más difusos.
Y allí, en ese salón, donde el glamour coexiste con el suavizante, se está escribiendo un nuevo capítulo en la historia del consumo: uno en el que un lápiz labial de 3.50 euros o un gel de 1.50 puede contar la misma historia de aspiración que una botella de 90 de 90.
Imagen | No acertado y Pixnio
| Un centro comercial con 13 niveles y 600 tiendas no es una excentricidad. En China es la nueva forma de comprender el consumo
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La noticia
Mercadona ha estado lleno de geles y champús que imitan los productos de lujo: la revolución silenciosa de los supermercados
Fue publicado originalmente en
Por Alba Otero.