

Manizales, la nueva joya gastronómica de la UNESCO: una ciudad que crea, innova y transforma
Por: Editor de Cultura COMO 21
Manizales, 31 de octubre de 2025. Manizales, la capital caldense ubicada en el corazón del eje cafetero, comienza a hacerse visible ante el mundo. La UNESCO la ha reconocido oficialmente como Ciudad Creativa en la categoría Gastronomía, sello internacional que resalta la riqueza de sus tradiciones culinarias, el talento de sus chefs y el esfuerzo colectivo de una comunidad que ha hecho de la mesa un punto de encuentro entre cultura, identidad y desarrollo.
Con esta designación, anunciada el 31 de octubre, Manizales se suma a Popayán y Buenaventura como las tres únicas ciudades colombianas que comparten este título. La distinción supone un paso histórico que proyecta la capital caldense en el panorama internacional, abriendo oportunidades para el turismo, la inversión y la innovación cultural.
Una distinción cocinada con talento y colaboración
El proceso que condujo a este reconocimiento fue largo y exigente. Desde hace varios años, instituciones, empresarios y grupos gastronómicos han colaborado para elaborar un expediente sólido, avalado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia y apoyado por entidades como la Alcaldía de Manizales, ANDI, FENALCO, Cotelco Nacional, escuelas de gastronomía locales y la Revista Cafetera Gourmet.
Uno de los fundamentos de esta aplicación fue la colaboración internacional con Portoviejo, Ecuador, otra Ciudad Creativa de la UNESCO en gastronomía. A través de intercambios culturales, chefs de Manizales y Portovieja compartieron conocimientos, técnicas ancestrales y experiencias sobre cómo fortalecer las economías locales desde la cocina.
«La cocina conecta tradiciones, promueve el emprendimiento y fortalece la identidad»
En conversación exclusiva con si 21el chef Jorge Jiménez Londoñodueño del restaurante la bella y uno de los impulsores de esta iniciativa, celebró con emoción el reconocimiento y destacó su impacto en la zona.
“En Manizales la cocina conecta tradiciones, promueve el emprendimiento y fortalece la identidad de nuestro pueblo. Esto es un logro de todos, del sector restaurantero, de los portadores de la tradición, de los jóvenes que estudian gastronomía, de quienes han elegido crear localmente”, afirmó Jiménez.
El chef también señaló que este título debe servir como plataforma para seguir creciendo:
«Nuestra ciudad, en medio de las montañas, está empezando a ser visible para el mundo. Este reconocimiento traerá inversiones, turismo sostenible y nuevas oportunidades. Pero también requiere que nos preparemos: necesitamos una buena infraestructura hotelera, personal capacitado, gente bilingüe, sommeliers, enólogos y guías turísticos. Esta es una gran oportunidad para activar la ciudad ante los ojos turísticos del mundo».
Un sello que impulsa la transformación y el desarrollo
Para Jiménez, el nombramiento es un punto de partida, no de llegada.
«Es un sello que se le da a muy pocas ciudades y debemos preservarlo, utilizarlo y dejarlo brillar. A través de la gastronomía podemos embellecer nuestro entorno, fortalecer la economía local y generar bienestar. Cada plato que servimos puede convertirse en una historia, una experiencia que conmueve a la ciudad y genera trabajo directo e indirecto», agregó.
El reconocimiento de la UNESCO celebra no sólo los sabores que identifican a Manizales -como su café original, sus recetas tradicionales y su cocina serrana-, sino también su capacidad de innovar, de transformar el patrimonio culinario en motor de progreso y cohesión social.
Una ciudad que crea, innova y transforma
El título de Ciudad Creativa de la Gastronomía llega en un momento importante para Manizales. Con una nueva generación de chefs, emprendedores y productores reinterpretando ingredientes locales, la capital caldez se proyecta como un laboratorio vivo de creatividad.
«Manizales crea, innova y transforma», dicen sus gestores culturales, convencidos de que la cocina puede ser una poderosa herramienta para construir ciudad, preservar la memoria y abrir la puerta al mundo.
A partir de hoy, el aroma del café, el sabor de sus guisos tradicionales y la calidez de su gente serán embajadores de una ciudad que empieza a ocupar el lugar que se merece en el mapa gastronómico mundial entre montañas.