
Bogotá, 3 de mayo (Efe).– En un ambiente de creciente tensión política, varios partidos criticaron enérgicamente el discurso del presidente colombiano Gustavo Petro, pronunciado el 1 de mayo, por el lenguaje que muchos consideraron «odio» y «colisión». En su intervención, Petro formuló 12 preguntas sobre la consulta popular relacionada con sus reformas laborales, lo que desató una ola de reacciones adversas.
La U -Party, que se declaran independientes del gobierno, expresó su descontento señalando que «el presidente utilizó abiertamente un lenguaje que colisiona y desvía la atención de las instituciones democráticas cuando se refirió al Parlamento y a varios parlamentarios como asesinos». Esta declaración subraya el temor de que las palabras del presidente puedan minar la confianza pública en las instituciones fundamentales del país.
En su discurso del jueves anterior, Petro hizo referencia a dos senadores que se oponen a sus propuestas laborales, sugiriendo que tienen «sangre en sus manos» en relación con el asesinato de un agricultor. El presidente invitó a los colegas a participar en un evento laboral en la Liga Cauca, lo que intensificó aún más las críticas hacia él.
Además, un miembro del Parlamento había hablado previamente en la Plaza de Bolívar antes de trasladarse al Senado para presentar las doce cuestiones sobre las reformas laborales. En este contexto, pidió un minuto de silencio en memoria de las víctimas para fortalecer el impacto de su mensaje. Petro mencionó directamente a los senadores Miguel Ángel Pinto y Nadia Blel, ambos opositores a la reforma laboral, destacando su intención de resucitar la consulta popular que busca cambiar la situación laboral en el país.
El presidente afirmó: «Alberto es asesinado por Pinto, por negarse a respaldar la transferencia de la ley de reforma laboral, y aunque no lo haya ordenado directamente, la Sra. Blel, la sangre de Alberto hoy es impura para ustedes cuando piensan en su familia». Estas declaraciones no sólo polarizan las relaciones entre el ejecutivo y el legislativo, sino que también plantean serias cuestiones sobre la ética en la retórica política.
En este clima, la U -Party declaró que «es inaceptable que el presidente haya amenazado a los parlamentarios que votan en contra de su consulta popular», lo que representa una presión inadecuada sobre un poder público diferente y pone en evidencia la fragilidad de la participación política actual. La retórica de Petro llevó a que él mismo instara a los asistentes a no otorgar «ningún voto» a los senadores que rechacen la consulta popular sobre la reforma laboral en las próximas elecciones.
En este contexto, la U -Party advirtió que «el futuro de su consulta popular está en juego si no es aprobada, lo que constituye una amenaza directa contra el orden constitucional y la separacion de poderes en el marco de la democracia en Colombia».
Impacto en la democracia
En una declaración adicional, una alianza social independiente (AS) expresó su «más vigoroso rechazo» a las declaraciones recientes del presidente Gustavo Petro, señalando que sus comentarios promovían el odio, la división y la estigmatización hacia los parlamentarios. Esto, según ellos, tiene un efecto prejudicial en el clima democrático del país.
Para esta alianza, es alarmante que existan señales de irresponsabilidad que indiquen un entrelazamiento negativo entre las decisiones legislativas y la violencia. Este tipo de retórica puede ser irresponsable, especialmente en un contexto donde la estabilidad y la paz son esenciales para avanzar en las reformas que benefician a la población.
Mientras tanto, el ministro del interior, Armando Bendetti, trató de calmar las aguas en las redes sociales. Aseguró que «no había amenazas al parlamento» y acusó a algunos de «malinterpretar la realidad». Benedetti añadió que «el miembro del Senado que no respete la consulta no será elegido por la gente», enfatizando laccion del presidente y restando importancia a las críticas.