
Bogotá, 4 de mayo (ef) .- Germán Espinosa (1938-2000) ha sido un pionero en la literatura colombiana, abriendo nuevos caminos para el tratamiento de temas tan complejos como la historia, el esoterismo y la brujería en sus narraciones. Estas temáticas son, sin duda, signos de una resistencia a la dominación cultural y religiosa impuesta por la colonización católica ibérica. Durante una charla celebrada en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo), los escritores Pedro Badrán y Alfonso Carvajal expresaron su admiración por el legado de Espinosa, destacando su relevancia en la literatura contemporánea de Colombia. Este evento rindió homenaje a Espinosa, especialmente a su obra más conocida, ‘The Weaver of Coronas’, que fue publicada en 1982 y ha perdurado en la memoria literaria del país.
En sus intervenciones, Badrán afirmó con certeza que «Germán Espinosa es una parte esencial de la literatura colombiana, porque es sin duda uno de los grandes escritores que también trazó nuevos caminos dentro de la literatura colombiana al abordar el tema histórico y el tema de la brujería y el esoterismo como signos de resistencia a la dominación católica ibérica». Este reconocimiento resalta cómo Espinosa supo amalgamar lo histórico con lo fantástico, convirtiendo su obra en un referente cultural, especialmente en un contexto como el colombiano, marcado por una rica diversidad de tradiciones e influencias.
Badrán Padauí, quien ha estudiado profundamente la obra de Espinosa, comparte que tiene acceso a parte de la narración ’75 del difunto escritor que nació en Cartagena y falleció en Bogotá a la edad de 69 años. Este aspecto de su vida es fundamental para entender cómo su entorno moldeó su perspectiva y sus relatos. Por otro lado, Carvajal mencionó que la pluma de Espinosa dejó una huella indeleble en las historias y novelas de su tiempo, y resaltó que fue un pionero en la escritura de ciencia ficción en Colombia, utilizando hechos reales como un telón de fondo para sus narraciones, similar a lo que hizo Julio Verne en su época.
En cuanto a los temas eróticos que Espinosa tocaba en su obra, Carvajal destacó que el erotismo siempre ha existido en la literatura, pero en un país como el nuestro, representa lo que él llamó “ofensa erótica”. Rememoró que el autor publicó su primera obra, «Litánías o Twilight», a la temprana edad de 16 años, lo que ya indicaba su inclinación a desafiar las normas sociales de su época. Esta valentía le costó la expulsión del Colegio del Rosario en Bogotá, donde estudiaba y que luego se convertiría en su trinchera intelectual y artística.
Más allá de Colombia
Además, Badrán aseguró que la obra de Espinosa no se limita a temas históricos centrados en su tierra natal, Cartagena. En una de sus obras, «La señal del pez», aborda el origen del cristianismo, centrado en la figura del apóstol Pablo. “En ese libro”, añadió, “cuenta una historia que no tiene nada que ver con la historia de Colombia, pero se desarrolla en Europa y en Asia, donde construye una imagen maravillosa de Pablo, el apóstol que ha sido considerado el verdadero creador del cristianismo”. Estas reflexiones demuestran la amplitud y versatilidad del autor en el tratamiento de diversas temáticas que trascienden fronteras geográficas y culturales.
Por último, Badrán no dudó en reafirmar que “Germán Espinosa no es solo un gran autor de la literatura colombiana, sino también un representante de la literatura hispanoamericana”. Afirmó que es un escritor múltiple, cuyas obras abarcan desde la ciencia ficción hasta la novela histórica, y en las cuales se exploran diversos temas como la brujería, el esoterismo y el hipnotismo. El legado de Espinosa es un catálogo rico que incluye títulos notables como ‘The Courtships of the Devil’, ‘La tragedia de Belinda Elsner’, ‘La Balada del Pajjajjajareillo’, ‘Rubén Darío y los sacerdotes de Amun’ y ‘The Basilisk’s Eyes’, que enriquecen y diversifican la literatura latinoamericana.