

El plástico ya no sólo envuelve nuestros alimentos o conforma la ropa que usamos, sino que ha colonizado silenciosamente nuestro cuerpo. Y se han encontrado microplásticos en casi todas partes del cuerpo: placenta, sangre, pulmones, testículos, leche materna, cerebro humano… Pero ante la gran pregunta de ¿Qué efecto tiene en el cuerpo?ya estamos teniendo respuestas.
Las medidas. Los estudios ya sugieren que podríamos contener hasta cinco gramos de este material en nuestro propio cerebro. La imagen es impactante: el equivalente a una cucharilla de plástico alojada en lo más profundo de nuestro ser.
Los microplásticos son partículas, en este caso muy diminutas, que se desprenden de envases, ropa sintética, neumáticos, cosméticos e infinidad de objetos cotidianos como la lechuga. Pero algunos son tan pequeños que son capaces de atravesar las barreras de nuestros pulmones e intestinos, viajar por el torrente sanguíneo y depositarse en nuestros órganos internos. Lo que sucede una vez allí es la gran incógnita que los científicos se esfuerzan por aclarar.
Los estudios. Dr. Christian Pacher-Deutsch, de la Universidad de Graz (Austria), presentó recientemente un estudio en el que expuso bacterias intestinales humanas a cinco tipos de microplásticos comunes. El resultado fue bastante claro: las poblaciones bacterianas se alteraron, produciendo cambios químicos, que en algunos casos reflejan patrones observados en pacientes con depresión y cáncer colorrectal. Aunque el propio investigador se mostró cauteloso al señalar que “aunque es pronto para hacer afirmaciones definitivas, reducir la exposición a los microplásticos es una precaución sensata”.
Pero los efectos no terminan en el intestino. El Dr. Jaime Ross, neurocientífico de la Universidad de Rhode Island, realizó un experimento revelador: dio a beber a un grupo de ratones agua contaminada con microplásticos. Pronto, los ratones comenzaron a comportarse de manera extraña, aventurándose ansiosamente en espacios abiertos, un comportamiento atípico que se asocia con el envejecimiento y las enfermedades neurológicas.
Al analizar sus cerebros, Ross encontró plástico en todos los órganos y una reducción de GFAP, una proteína clave para la salud del cerebro. Este mismo patrón de agotamiento se observa en humanos con depresión y demencia.
Precaución. En este caso, se han detectado microplásticos en placas arteriales, y un análisis concluyó que las personas cuyas placas estaban cargadas de plástico tenían casi cinco veces más probabilidades de sufrir un infarto, un derrame cerebral o morir en un plazo de tres años.
La práctica. Ante esta avalancha de datos, The Guardian quiso pasar de la teoría a la práctica. La propia periodista británica decidió someterse a una prueba por parte de la empresa. Plastictox que, por £144, promete revelar la cantidad de microplásticos que circulan en la sangre.
El resultado de la prueba indicó una concentración de cuarenta microplásticos por mililitro de sangre. Y aunque esta cifra la situaba en el 25% de las personas con menor exposición, el laboratorio le dio el resultado total: unas 200.000 partículas de plástico en el torrente sanguíneo.
Sin embargo, otros expertos piden precaución. La profesora Stephanie Wright, investigadora del Imperial College de Londres, califica esta evidencia de «muy prematura». Señala que aunque un análisis muestra que hay 40 partículas por ml, se desconoce si esto es bueno o malo o si dependerá del tipo de plástico que sea o su origen. Vivimos en una verdadera incertidumbre.
El consejo. Aunque es imposible evitar la exposición por completo, existen una serie de consejos para evitar el consumo de este tipo de microplásticos. Por ejemplo, puedes optar por no utilizar utensilios de cocina de plástico o beber líquidos calientes en vasos de plástico. Incluso con agua del grifo o embotellada podemos tener el mismo problema.
Fuera de los alimentos, también conviene revisar la composición material de la ropa de cama o del pijama, ya que pueden desprender este tipo de partículas, siendo el algodón el mejor.
Imágenes | volard Chad Montano
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