
Los recientes operativos de las autoridades federales en restaurantes de Washington DC han generado una gran preocupación entre los migrantes que residen en la capital de los Estados Unidos. Las redadas, que han concentrado sus esfuerzos en áreas con una notable población de trabajadores latinos, han sembrado el miedo en la comunidad, amplificando la ansiedad sobre su seguridad y estatus migratorio.
Yuniel, un joven venezolano que se gana la vida distribuyendo comida a través de UberEats, expresa su preocupación al decir que ahora tiene que estar alerta constantemente antes de salir de casa. «Estamos atemorizados. No podemos estar seguros de si regresaremos a casa después de cada jornada laboral», comenta con una expresión de angustia que refleja la ansiedad que se ha apoderado de muchos en su situación.
Este aumento en la frecuencia de esas operaciones coincide con las insistentes promesas del ex presidente Donald Trump, quien ha reiterado su intención de implementar deportaciones masivas si logra regresar a la Casa Blanca. Estas afirmaciones han avivado los temores de que se repita la alarmante escalada de redadas migratorias que se vivieron durante su primer mandato, cuando el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) llevó a cabo redadas en lugares tan sensibles como iglesias y escuelas, desatando un clima de terror entre las familias inmigrantes.
ICE inspecciona restaurantes sin previo aviso
Los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) han realizado visitas a diversos restaurantes, como Millie y el chef Geoff, donde han exigido formularios I-9 que validan el estatus migratorio de sus empleados.
Uno de los propietarios comentaba que los agentes llegaron sin previo aviso, solicitando los documentos en un lapso menor a diez minutos. Aunque hasta el momento no se han reportado arrestos, el pánico se apoderó de muchos trabajadores, quienes decidieron no presentarse a trabajar en los días siguientes por temor a ser detenidos.
Un gerente que prefirió permanecer en el anonimato manifestó: «El impacto de estas visitas es desestabilizador para nuestros negocios y emocionalmente desgastante para los empleados». Varios empresarios denunciaron que ICE podría haber optado por enviar solicitudes formales por correo, en lugar de optar por una aparición repentina y amenazante.
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Las organizaciones latinas responden con apoyo y orientación
En medio de esta tensión, varias organizaciones proinmigrantes han activado líneas telefónicas de emergencia, disponibles las 24 horas, para recibir quejas y proporcionar asesoramiento legal. En los barrios latinos de DC, los carteles en español que informan sobre los derechos de los trabajadores se han multiplicado, llevando el mensaje de “Conozca sus derechos” para empoderar a la comunidad.
George Escobar, gerente de una de estas organizaciones, comparte que «las redadas buscan sembrar terror y dividir nuestras comunidades».
Al mismo tiempo, el alcalde Muriel Bowser ha señalado claramente que la Policía Metropolitana no colabora con estas operaciones y ha criticado a ICE por no centrarse en criminales reales. Los activistas están instando a los migrantes a mantener documentos que puedan demostrar su presencia legal o su proceso migratorio en curso.
La incertidumbre se intensifica entre miles de trabajadores, muchos de los cuales tienen solicitudes de asilo pendientes. La comunidad latina en Washington DC sigue alerta, mientras exige respeto y condiciones que les permitan trabajar con dignidad y seguridad.
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