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La red no colapsó debido a la falta de energía, sino por falta de control. Renovable continúa conectando como si fueran pasivos – En un click

La red no colapsó debido a la falta de energía, sino por falta de control. Renovable continúa conectando como si fueran pasivos

 – En un click

Casi dos meses después del apagón que se desconectó de España y Portugal, el gobierno ha hecho público un informe técnico que se centra en un problema muy específico: la falta de control de tensión en momentos críticos, especialmente en parques renovables.

¿Es posible? Como el ingeniero y experto en energía Xavier Cugat ha señalado en las redes, el debate sobre el control de voltaje en las instalaciones renovables no es solo un técnico: Hay tecnologías que ya lo permiten. Uno de ellos es el sistema ‘Q en la noche’ de SMA, que permite que las plantas solares proporcionen energía reactiva incluso durante la noche.

La idea es clara: si una planta solar puede continuar apoyando la red incluso sin sol, se puede mitigar parte del problema de estabilidad. Esto no resuelve directamente la falta de inercia, pero complementa el soporte de voltaje y mejora la resiliencia del sistema.

Energía reactiva El principio es simple pero efectivo. Inversores fotovoltaicos de SMA, equipados con la función Q en la noche, Permanecen conectados a la red incluso cuando no están generando energía activa (es decir, cuando no hay sol). Esto les permite inyectar o absorber la energía reactiva según sea necesario, contribuyendo a mantener la tensión dentro de los márgenes aceptables.

En caso de alta penetración. Este tipo de energía es clave para evitar las inestabilidades de tensión. En este caso particular, es para una red con baja presencia de plantas convencionales. Aunque no contribuye con inercia, permite que las plantas apoyen el equilibrio de la tensión y permanezcan conectados a eventos críticos en lugar de desconectarse preventivamente.

¿Entonces el tema de la inercia? Aquí es donde es necesario aclarar. El informe del gobierno ha dejado en claro que el colapso no era una consecuencia de una caída de frecuencia, sino de un Cascado de sobreventaciones. Incluso en un escenario de mayor inercia, las sobrecargas también habrían producido, según el informe. Por lo tanto, la falta de inercia no era la causa directa del colapso; El colapso fue el que causó la caída de frecuencia.

Durante el apagón, las diferentes plantas se desconectaron preventivamente al detectar sobre las theiones. El problema es que, según el informe, varias de estas desconexiones ocurrieron antes de que incluso se alcanzara los límites máximos permitidos por las regulaciones. En otras palabras: no respondieron correctamente a las condiciones de la red.

Un sistema no adaptado a su propia transición El problema parece estructural: la red eléctrica no ha evolucionado a la misma velocidad que el despliegue masivo de energías renovables. Con un 82% de generación limpia y la menor cantidad de plantas sincrónicas operativas durante todo el año, el sistema enfrentó un cóctel explosivo: una gran cantidad de generación distribuida, poco control centralizado y poca capacidad de respuesta contra eventos críticos. En solo 12 segundos, todo el sistema ibérico del resto de Europa fue desconectado.

Una transición sin red de seguridad. El apagón era un síntoma, no una anomalía. España lidera la transición renovable, pero sin una red preparada, cada avance se convierte en vulnerabilidad. El control de voltaje, la respuesta a los incidentes y la capacidad de mantener la estabilidad sin girar las máquinas grandes son el gran desafío del nuevo paradigma de energía.

Imagen | Pexels

| 49 días después del apagón, el gobierno ha publicado el informe oficial. Contra todo pronóstico, señala a un culpable

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