



Hace solo un par de décadas, despegue de una pista convencional y vuela cinco veces más rápido de lo que el sonido parecía reservado para la ciencia ficción. Hoy, la Agencia Espacial Europea (ESA) Quiere pavimentar ese camino con Invictusa Plataforma hipersónica experimental Eso podría transformar la forma en que el antiguo continente accede al espacio.
Invictus no es un misil ni un avión militar ni un lanzador vertical. Es un concepto de avión concebido para volar a Mach 5, despegar horizontalmente y regresar intacto para ser reutilizado. Su estructura modular, debe intercambiar materiales, motores y software, permitirá probar configuraciones muy diferentes en varias campañas.
Estamos hablando de un programa financiado a través de instrumentos como Programa de tecnología de soporte general (GSTP) y el Elemento del desarrollo tecnológico (TDE) de Esa. La clave es proporcionar a Europa su propia base tecnológica en una tierra dominada por Estados Unidos y China.
El gran enemigo no es la velocidad: es la temperatura de puntuación
Llegar a Mach 5 no depende solo de la alimentación del motor. El gran obstáculo es térmico: la fricción en el fuselaje aumenta la temperatura externa a Niveles extremos y convierte el oxígeno entrante en un gas que no puede comprimirse o usarse directamente.
En este sentido, Invictus integrará un motor Temprano Fed de hidrógeno, cuyo intercambiador térmico podrá enfriar el aire a más de 1,000 ° C en docenas de milisegundos. «Proporcionará una oportunidad invaluable para probar toda la ruta del flujo del motor, desde la ingesta de aire hasta el posquemor, a una escala real en un avión integrado». David Perigo, ingeniero jefe de ESA dijo.
La tecnología no comienza desde cero. Motores de reacción desarrollados SABERUn motor híbrido atmosférico-autorbital soportado en su día por ESA. Después de la entrada en la administración de la compañía en 2024, parte de su equipo y propiedad intelectual fueron a Frazer-Nash, que ahora mueve que Saber cómo Para invictus. Lo que anteriormente fueron pruebas de laboratorio se integrarán por primera vez en un avión completo y reutilizable, un paso clave hacia los aviones espaciales europeos.
El fondo estratégico es claro: si Invictus demuestra su viabilidad, Europa podría avanzar hacia planos orbitales capaces de llevar a cabo misiones civiles y militares con una rápida y flexibilidad difícil para igualar cohetes verticales convencionales.
El consorcio: Frazer-Nash al frente, junto con Spirit Aerosystems y la Universidad de Cranfield, tienen 12 meses y 7 millones de euros de financiamiento inicial para ofrecer el diseño preliminar completo del vehículo, un paso indispensable antes de programar las campañas de pruebas en vuelo. El calendario interno apunta a un primer vuelo de demostración alrededor de 2031.
Mientras que Estados Unidos y China compiten para dominar la vuelo hipersónico, Europa no quiere permanecer en la barrera. Con Invictus, eso lanza un mensaje claro: el continente tiene la intención de diseñar el acceso futuro al espacio en sus propios términos.
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