
Imagen: Emil Helms/Ritzau ScanPix/Picture Alliance
Algunos gobiernos han sugerido reducir las vacaciones, argumentando que esto contribuye al crecimiento y a la economía. Sin embargo, hay quienes afirman que la productividad no solo depende de los días trabajados, sino también en reposo.
François Bayrou, primer ministro de Francia, sugirió en julio de 2025 que elimine el Día de la Victoria en Europa (8 de mayo) y el lunes de Pascua del inventario anual de 11 vacaciones francesas. La propuesta causó indignación y los líderes políticos de todos los sectores la criticaron. Según Bayrou, la transformación contribuiría a Francia podría reducir las tensiones en el presupuesto.
No ha sido el primer país en Europa que presenta tal propuesta. Después del modelo Dinamarca, que eliminó el día de descanso después de Pascua en 2023, Eslovaquia también decidió a principios de este año reducir una de sus vacaciones para optimizar su situación fiscal. Copenhague dijo que debería generar espacio fiscal para enfrentar el aumento de la inversión en defensa.
Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos, también se ha unido a la defensa de esta medida en el lado opuesto del Atlántico. En su red social, el 19 de junio dijo que «demasiadas vacaciones que no no funcionan en los Estados Unidos» significaban un gasto de «miles de millones de dólares».
Como lo hicieron en el ‘Juneteenth’, un día que recuerda el término de la esclavitud y que la administración Biden se convirtió en unas vacaciones, muchas voces entienden esos comentarios como una declaración política. El problema principal es: ¿hay suficiente evidencia de que los países con menos vacaciones sean más productivos en términos económicos?
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