
Hay luto en Antioquia. Este viernes 10 de octubre Se dio a conocer la muerte de Julio Enrique Saldarriaga Hernández, el hombre más viejo de Colombia (según el Grupo de Investigación en Gerontología), quien falleció a la monumental edad de 112 años en su querido municipio de El Carmen de Viboral, en el oriente antioqueño.
Don Julio, como lo conocían cariñosamente sus compatriotas, no sólo era un testigo vivo de más de un siglo de historia colombiana, sino también un enigma fascinante para la comunidad científica mundial, que había puesto sus ojos en su caso para desentrañar los secretos de la longevidad.
Nació el 30 de julio de 1913 en Cocorná, AntioquiaSaldarriaga Hernández llevó una vida marcada por la sencillez del campo y un tesón de trabajo que lo acompañó desde su infancia.
El secreto de su vida, dice, está en la familia y la tranquilidad del campo. Foto:Instagram @manuelsaldarriagafoto
A los 10 años, sin conocer el descanso, ya se dedicaba a quemar carbón vegetal en la montaña y aserrar madera, actividades que, a pesar de la constante exposición al hollín y las duras caminatas a pie por la quebrada geografía, nunca le provocaron problemas graves de salud, hecho que desconcertó a los investigadores.
Su vida, que abarcó unos 41.000 días, fue la base de un linaje inigualable: junto a su esposa, María Calixta García, formó un hogar con 19 hijos, cuyos descendientes suman hoy un impresionante número de más de 180 miembros, entre nietos, bisnietos, tataranietos e incluso hijos, a lo largo de seis generaciones..
Esta gigantesca familia, que lo rodeó hasta sus últimos días, se convirtió en el principal motivo de su alegría y apoyo fundamental tras la reducción de su movilidad tras la pandemia de la COVID-19.
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La historia de Don Julio trascendió las fronteras de Antioquia cuando la ciencia, representada por el prestigioso Grupo de Investigación en Gerontología (GRG) y equipos de investigación internacionales, lo reconocieron oficialmente como un ‘supercentenario’ y una prioridad de estudio en el campo de la genética.
Su caso fue particularmente intrigante porque contradecía muchas opiniones médicas modernas; Entre sus populares «secretos» para la longevidad, Don Julio citó un estilo de vida activo, una dieta sencilla, la devoción a Dios y, sobre todo, un buen trago de ron o brandy para acompañar sus momentos de esparcimiento social, como ver los partidos de su querido Atlético Nacional.
A sus 112 años mantuvo intactos el humor y la memoria. Foto:Instagram @manuelsaldarriagafoto
Aunque su longevidad fue objeto de estudio genético para determinar si sus genes guardaban una clave especial contra el envejecimiento, para el público su vida representó una oda a la alegría sencilla del campesino colombiano.
Hasta hace muy poco, Don Julio mantenía una lucidez envidiable y disfrutaba de las visitas y la música en su pueblo, demostrando que la actividad social y el sentido de comunidad son pilares tan importantes como la herencia genética.
Carmen de Viboral despide a su ciudadana más ilustre, símbolo nacional de vitalidad y Resistencia que deja un legado de laboriosidad y, lo que es más importante, una familia de 180 personas que la mantendrá viva en cada generación venidera..
El “Abuelo de Colombia” ha fallecido, pero su extraordinario siglo de vida, bajo la lupa de la ciencia, perdurará como testimonio de una longevidad excepcional.