En 2002 todavía no teníamos smartphones, pero tuve la suerte de ver un adelanto de ese futuro. Viajé a Londres con Microsoft y en ese evento la empresa presentó el SPV naranjaUn móvil cabezón y diferente porque estaba basado en Windows Mobile 2002.
En él se podía navegar por Internet, escribir correos electrónicos o escuchar música, aunque de forma limitada porque ni el software ni el hardware eran muy competitivos en aquel momento. Y, sin embargo, la visión era clara: todo iba hacia esos dispositivos. Lo sorprendente no fue sólo eso, sino quien fabricó ese dispositivo fue HTC.
La firma taiwanesa ya empezaba a ser conocida por fabricar dispositivos para terceros, pero pronto acabaría lanzándose al mercado de los smartphones aprovechando el empuje de Android.
En 2011 su cuota de mercado en EE.UU. se volvió superior a Apple o Samsung, pero tras ese logro, la firma empezó a tomar malas decisiones y se le sumaron otros fabricantes –especialmente de China– que empezaron a hacer mucho más difícil la competencia.
HTC nunca se recuperó de aquello y aunque experimentó con otros segmentos como el de la realidad virtual, perdió protagonismo. totalmente secundario en el ámbito tecnológico. Hablamos de todo esto en un nuevo episodio de crossover en el que recordamos los grandes hitos de la empresa y esa singular caída casi en el olvido.
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