

En un pequeño taller de raza a 45 metros del Paseo Bolívar, en el Barranquilla Center, justo en un punto en el que el calor se abraza con tradiciónTedy Padilla, un sastre reconocido por su dominio y fidelidad en el estilo caribeño, continúa rastreando la silueta de una prenda que no se rinde antes de las modas y al mismo tiempo: la Guayabera.
«Continuamos haciéndolo», dice con una sonrisa entre el lino y las telas claras, «aunque ya no es solo el de los cuatro bolsillos», explica para referirse Aquellos que en el Caribe son conocidos popularmente como ‘cuatro puertas’, para los cuatro bolsillos en la parte delantera, dos en el cofre y dos debajo, Eso le dan funcionalidad, y dos filas de bolsas de silla de montar o bordados, que pusieron el toque de elegancia a este tipo de camisa.
Camisas de Guayaberas en una tienda de ropa masculina en el norte de Barranquilla. Foto:Vanexa Romero/The Time.
«Ahora colocamos bordados, tallados, cosas hechas a mano, cuidadosamente. Eso le da más autenticidad», dice Tedy mientras arrojamos líneas en una posada y muestra la entrega al conocido periodista y escritor Barranquilla Fausto Pérez Villarreal, quien solo vio este tipo de camisas y en este taller es donde las adapta.
Pérez tiene en su armario 70 guayaberas de diferentes colores y telas. «No solo me gusta Guayabera por su comodidad y elegancia, además de sentirme bien con ella, sino también parte de mi vida. Conozco a muchos amigos que tienen dos prendas con esas características para ocasiones especiales, tengo guayaberas para esas ocasiones», dice este hombre que actualmente es uno de los escritores más prolíficos y ganadores del Caribe.
No solo me gusta Guayabera por su comodidad y elegancia, además de sentirme bien con ella, sino también parte de mi vida. Conozco a muchos amigos que tienen dos ropa con esas características para ocasiones especiales, tengo guayaberas para esas ocasiones.
Fausto Pérez VillarrealPeriodista y escritor
La Guayabera, esa camisa de aire ligera y solemneque alguna vez fue un símbolo de autoridad y etiqueta entre los hombres del Caribe, no ha desaparecido. Se ha transformado. Se han cosido nuevas narraciones, sin perder la esencia de la frescura y la distinción.
«Antes de que nos trajeran guayaberas del exterior, con telas como el Dacron, que no sirven aquí con este clima. Ahora usamos lino legítimo, realmente hilo. Eso es espectacular ”, dice Tedy, acariciando una pieza recién terminada.
En un mundo de trajes oscuros y modas efímeras, Guayabera es resistencia tropical, como se explicó El director y co -fundador de la Fundación GABO, Jaime Abello Banfi. «Es elegante, pero también informal. Además, transmite la CHEVERIDAD. Si la tela es buena lino y con un buen trabajo de bordado, puede ser una obra de arte para vestirse», dice que es una prenda versátil, que está asociada con la imagen de la cultura caribeña, por lo que no duda para definirla como una declaración de identidad.
Entre la leyenda, el lino y el machete
Guayabera no es solo una camisa; Es un pedazo de historia que lleva puesto. En sus pliegues con almidón hay siglos de historias, manos anónimas que lo cosieron con paciencia y lazos culturales que cruzaron los océanos.
Esta prenda, que hoy se mueve con gracia entre el Caribe, América Central y América del Sur, nació de una mezcla de tradiciones y necesidades, donde se encontraron frescura y elegancia bajo el sol tropical.
«Es elegante, pero también informal. Además, transmite la CHEVERIDAD. Si la tela es de buena lino y con un buen trabajo de bordado, puede ser una obra de arte para vestirse
Jaime Abello BanfiDirector de la Fundación GABO
Hace 15 años, el periodista y escritor Juan Gasaín contó una historia fascinante en el tiempo: Guayabera podría tener sus raíces en Filipinas, donde un camisón español y una chaqueta china se unieron para crear algo nuevo. Esa mezcla explica su amplia caída, sus botones sobrios y esa frescura que la hace tan especial. En Filipinas, las guayaberas todavía están tejidas con fibras tan delicadas que solo pueden planchar con una piedra cálida, casi como un secreto que se cuida.
En Cartagena, el rey Carlos III recibe una buena guayabera de la hija del maestro Édgar Gómez. Foto:Cortesía del ego
Pero Guayabera también tiene otra historia, más cerca de la tierra y el trabajo duro. En Cuba, en el siglo XVIIIEra una camisa simple y práctica, diseñada para el calor y para usar el machete en la cintura. No era una prenda de fiesta, sino el fiel compañero de campesinos y trabajadores que necesitaban consuelo y resistencia bajo el sol ardiente.
Con el tiempo, esa humilde camisa se convirtió en un símbolo de identidad y orgullo. Carlo Figueroa, director de la Casa de la Guayabera en Cuba, en una crónica publicada por Los Angeles Times, dijo que Su nombre proviene del río Yayabo y que la primera guayabera fue hecha por una mujer llamada Encarnacia para su esposo. Fue en la Guerra de la Independencia de Cuba cuando la Guayabera cobró un nuevo significado, convirtiéndose en el uniforme de aquellos que lucharon por su tierra y su libertad.
Una versión del Caribe colombiano
El escritor, periodista y narrador desaparecido David Sánchez Juliao No dudó en afirmar que Guayabera es la exaltación del Caribe. «Es una liturgia cuando usamos guayabera, estamos exaltando lo que es, lo que somos lo que amamos y lo que nos pertenece».
Gabo y el ex presidente del Bill Clinton de los Estados Unidos en Cartagena, ambos con Guayabera. Foto:Tiempo de archivo
Para el breve nacido en Loríca (Córdoba), cuyo trabajo marcó una defensa para la cultura y la identidad del hombre costero, no hay una prenda en el Caribe que lleve más al clima, más fácil de usar y no más elegante que la Guayabera: «Lo que uno ve es el alma con la Guayabera no el cuerpo».
Fiebre de guayabera
El ex gobernador de Magdalena (2004-2007), Trino Luna Correa, más allá de sus problemas legales, es recordado porque impuso el uso de Guayabera entre sus funcionarios. Sus secretarios de despacho, desde el primer día de su posesión e incluso en los consejos gubernamentales o en cualquier presentación oficial, tuvieron que usar guayaberas.
El ejemplo comenzó en casa: Luna Correa siempre asistió a cuánto evento oficial o privado estaba vestido impecablemente con guayaberas de lino.
La situación causó una demanda en Las tiendas de Santa Marta, como Ana María, uno de los pocos lugares del Caribe que durante más de 40 años se caracterizó por mantener todo el año la diversidad de colores, bordados y linos, de esta prenda.
«Tuvimos personas que hicieron esta prenda en diferentes partes, algunas traídas de Cartago (Valle), muy finas y exclusivas para sus bordados», recuerda Beatrírtíz de Lambre, quien asistió a la clientela de todo el Caribe y los países vecinos como Venezuela.
“Los políticos y las grandes personalidades pasaron por nuestro negocio. Aquí nos vestimos con Guayabera para Armando Manzanero Antes de una presentación en Santa Marta «, tenía algo de nostalgia.
Fueron los años en que en la capital de Magdalena no había misa, bautismo, celebración especial en lo que los hombres no llegarán vestidos con Guayabera.
La amenaza de nuevas tendencias
Hoy, como consecuencia de la influencia extranjera en nuestro país, o la percepción de que Guayabera es una prenda de antaño, ha generado que su uso disminuye y que la amenaza que con el tiempo, este ícono y su representatividad para el hombre caribeño desaparecen, considerando que es una prenda de moda pasada.
Tedy reconoce que las telas tropicales, esas impresiones con hojas y animales, han ganado terreno, especialmente entre los jóvenes. «Pero la costa que ya pasa los años 60 regresa a la suya. Se rige por sus raíces», reflexiona.
Newton Pérez Bolívar usa guayaberas todos los días. Foto:Vanexa Romero/ El TIempo
Esto se confirma Newton Pérez Bolívar, 86 años, Un hombre con un recuerdo erecto ex -militar y vivo de otro momento. Nació en Puerto Colombia y hoy preside la asociación de fuerzas militares efectivas. Desde que era joven Un español que se vistió de riguroso blanco, con su sombrero de Borsalino incluido. «Le dijeron la mezquita con leche. Siempre quise parecerme a él».
No olvide que su madre, que cumple el deseo de un niño que encontró en esa prenda más que la tela que los envió a hacer. Hoy, medio siglo después, no ha abandonado el hábito: «Cada seis meses me encuentro tres o cuatro y doy algunos. Siempre regreso a mi sastre».
En las ceremonias oficiales que se llevan a cabo en el Caribe, la Guayabera permanece presente. Foto:Cortesía
Sánchez Juliao en su defensa de Guayabera, sentenciado que es la única prenda de América Latina que usa concienzudamente y que ninguna otra región tiene su propio traje local, «pueden tenerlo para los escenarios, revistas populares, pero nunca lo usan en las ceremonias», por lo que él le pidió que nunca hagan un poem, novedoso o monumento para exaltar porque el gran homenaje puede ser homenaje a Guay.
O cómo termina JUan Grimaldo, profesor del Doctorado en Cultura y Sociedad Caribe de la Universidad Simón Bolívar:«El mejor homenaje es vestirlo y mantenerlo como una prenda».
Guayabera es la respuesta del Caribe a la formalidad, una prenda que nunca pasa desapercibida. Y aunque hay manos como Tedy, continúan bordando con amor, prevalecen defensas como David Sánchez Juliao y hombres como Fausto Pérez, Jaime Abello y Newton Bolívar Miran con orgullo, Guayabera permanecerá viva: elegante, fresca y fiel a sus raíces.
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Periodista de Leonardo Herrera Delangans The Time Barranquilla- @Leoher70, escriba a [email protected]