



Desde que era un niño, el empresario Óscar Isaza Benjumea, uno de los gestores de puertos más importantes de Colombia y del continente, nunca ha dejado de soñar.
“Soñaba con ser ingeniero de petróleos y con ser empresario”. El caleño, de 69 años, sonríe recordando ese momento en la casa de infancia del barrio La Campiña del norte de la capital vallecaucana, cuando la madre, Doris Benjumea, que era modista, le preguntó en aquel diciembre qué quería de regalo para Navidad.
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El entonces pequeño de 7 años no dudó en responderle que deseaba una máquina y unas tijeras para cortar pasto. “Entonces, yo me iba tocando puertas por los barrios, como Prados del Norte, El Bosque y Vipasa. Yo cortaba prados y ganaba mi plata”, es parte de su relato sobre esa década de los 60. Era 1963 para ser exactos.
“En octubre le dije a mi mamá que me hiciera uniformes de los ‘diablitos’”, comenta. Esta es una práctica cultural por la que niños de la ladera y de otros rincones de la ciudad se disfrazan para rebuscarse algo de dinero desde antes de final del año y así, evitar que la Nochebuena los sorprenda con los bolsillos vacíos.
El empresario caleño Óscar Isaza Benjumea. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
Ese niño se iba por los barrios La Isla y Popular, cruzando el río Cali, entre el norte y el nororiente, tocando tambor y platillos con otros de su edad, como buenos ‘diablitos’.
“Me conseguí tres, cuatro pelados y los disfracé de ‘diablitos’. Yo también me disfracé y entonces íbamos tocando los instrumentos”. Todos ellos podían recoger dos pesos en la época, sumando moneditas de 10 o 20 centavos.
Eran los años cuando el tren atravesaba Cali, retumbando sobre los rieles como el vehículo más importante para transportar mercancías, entre ellas, café, azúcar y otros productos. Inclusive, combustibles que no llegaban por poliducto a Buenaventura, pues no existía. Las importaciones eran por tren.
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El caleño ya valoraba el esfuerzo y el trabajo de su familia. El padre, Luis Felipe Isaza, era maquinista de Ferrocarriles Nacionales del Pacífico. Sin dejar de soñar en esa meta de ser ingeniero y empresario, el vallecaucano estudió en colegios públicos, como el Gimnasio de Calima, en Darién, y el Politécnico Municipal, detrás de la Universidad Santiago de Cali.
El empresario caleño Óscar Isaza Benjumea, en firma con empresa de Bélgica. Foto:Cortesía de óscar isaza
Luego de su grado de bachiller se emocionó porque el código 732236 que tenía asignado para aspirar a ingeniería civil en la Universidad del Valle, que es pública, apareció en el periódico que le mostró a su padre. Pero, esa misma noche, él murió. Fue así que la madre y los demás tres hermanos de Óscar Isaza Benjumea, como toda familia colombiana, sacaron fuerzas para salir adelante, pese a la ausencia de la figura paterna y a la demora y sufrimientos generados por los cuatro años que tardaron en recibir de los Ferrocarriles Nacionales, la sustitución pensional a la que la madre tenía derecho.
Ese instinto para los negocios siguió desarrollándose, cuando estudiaba en la Univalle, y vendía prendas femeninas y fotocopias de libros con traducción al español para ganarse otros pesos. Además de cinco años de estudios de ingeniería, adelantó tres de física. Pero su anhelo no era el de quedarse encerrado en un laboratorio. “Yo quería ir a la calle, quería caminar el asfalto”, sigue relatando.
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Al graduarse, logró una beca para estudiar diseño de puertos en Venezuela. Tras esa época de dormir en el sofá de la casa de un amigo en Caracas, regresó a Colombia y trabajó en los túneles de la Hidroeléctrica San Carlos, en Antioquia.
También estuvo en Colpuertos, que fue la empresa estatal Puertos de Colombia, ocupando distintos cargos (ingeniero de producción, jefe de muelle e ingeniero de obras civiles) donde hizo realidad el aprendizaje portuario.
Aunque triste porque allí había terminado un ciclo, su suegro le ofreció la venta de una estación de combustibles que fue pagando poco a poco.
La filosofía del mentor
El empresario caleño Óscar Isaza Benjumea, en firma con empresa de Bélgica. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
“Yo creo mucho en la filosofía del mentor. Nadie se hace solo”, dice. Fue así que este caleño y su esposa, apoyados por su suegro, impulsaron esa estación llamada Brisas del Pacífico, en Buenaventura, la ciudad puerto del Valle del Cauca. Fue tan exitosa que ampliaron sus negocios de hidrocarburos por todo el litoral Pacífico, pasando por Bahía Solano, Nuquí, Guapi, Timbiquí y Satinga, donde vendían más de 2,2 millones de galones al mes.
La expansión avanzó, pues además, de Brisas del Pacífico, tuvo otras estaciones: Las Palmas, El Cocal y El Arrullo Guapireño.
Llegó a ser uno de los mayores proveedores de combustibles en el país. Por acciones sencillas, como repartir gaseosa a los conductores u ofrecer el servicio de teléfono sin costo, el empresario fue logrando reconocimiento por un servicio de calidad y así fue creciendo.
“Después, me gané el contrato de combustible en Bahía Málaga y luego, otro para suministro de lubricantes de los remolcadores para Colpuertos”, continúa con la narración.
Ya eran los años 90, cuando se había convertido en el presidente de la junta directiva de la Cámara de Comercio de Buenaventura. También comenzó a ascender gremialmente, liderando la Promotora de la Sociedad Portuaria. De ahí en adelante, el hijo de una modista y del maquinista de Ferrocarriles participaba en licitaciones para ser gestor de puertos del país y de Centroamérica.
Creó el Grupo Empresarial del Pacífico (Gepsa), obteniendo la concesión de Puerto Caldera, en Costa Rica. En su historia figura la Terminal de Contenedores de Buenaventura (TCBUEN) con 700 accionistas en ese 2003.
Isaza, sin dejar de soñar y motivando a otros a hacerlo, hizo posible un puerto para pesca y desguace de barcos llamado Complejo Portuario Industrial de Buenaventura. Lo hizo con inversionistas españoles del puerto de Barcelona. “Yo soy el papá de TCBUEN”, recalca orgulloso.
Más sueños hechos realidad
Otro de sus sueños hechos realidad es el de Puerto Antioquia. Está próximo a ser inaugurado en Turbo, en el Urabá Antioqueño, con 820 millones de dólares para dinamizar las exportaciones del centro del país, mediante el aprovechamiento de las vías 4G. La meta es la de transformar el Urabá en un centro de comercio exterior con la proyección de generar unos 17.000 empleos, entre directos e indirectos. Luego viene otro sueño, como el gas natural en el Pacífico con un terminal energético llamado Puerto Solo.
Hoy, en ese listado de crecimiento está también Puertos, Inversiones y Obras SAS (PIO), empresa a la cual, Ecopetrol adjudicó el primer contrato de servicios de regasificación en la costa Pacífica.
El empresario Óscar Isaza, en la consolidación de contrato con empresa china CIMC Enric. Foto:Cortesía de Óscar Isaza
Se pretende avanzar en el abastecimiento de gas natural para más de 40 millones de colombianos, informó Ecopetrol. De acuerdo con la empresa, esta es una nueva alternativa que permitirá contar con nuevas fuentes de abastecimiento para atender la demanda de gas natural en el interior del país, previo a la entrada de los proyectos costa afuera (offshore).
Se trata de una infraestructura con una capacidad de regasificación de 60 millones de pies cúbicos por día (MPCD).
La propuesta del empresario y dueño de PIO SAS será entrar en operaciones en el segundo trimestre del 2026 con actividades de recibo y almacenamiento en Buenaventura y de regasificación en Buga, municipio del centro del Valle por donde pasa el gasoducto Guajira – Yumbo, propiedad de TGI.
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Hoy, PIO SAS desarrolla, ejecuta y administra infraestructuras portuarias y de servicios logísticos, además de que se promueven proyectos inmobiliarios de gran envergadura, como Pacífico Cinemas o People Online.
Contrato con Países Bajos
Isaza es, a su vez, presidente de la Regasificadora del Pacífico (RDP), que el pasado 18 de septiembre firmó contrato con la firma de Bélgica Exmar para despliegue de una unidad flotante de almacenamiento en la costa Pacífica con capacidad de 138.000 metros cúbicos de gas natural licuado, importado por Ecopetrol.
Según Exmar, “la Regasificadora del Pacífico está desarrollando una solución acelerada para la importación de gas natural licuado en la bahía interior de Buenaventura, en virtud del contrato con Ecopetrol en febrero para proporcionar servicios de regasificación y logística”.
El empresario Óscar Isaza, en la consolidación de contrato con empresa china CIMC Enric Foto:Cortesía de Óscar Isaza
La solución se basará en el despliegue de una unidad flotante de almacenamiento y descarga de gas natural licuado, ( FSU) donde el gas se cargará desde buques metaneros en una operación STS, ya autorizada por Dimar y se descargará en isotanques que están para su transporte al puerto de Buenaventura, mediante barcazas.
Posteriormente, los isotanques se cargarán en trailers de camiones y se transportarán a la planta de regasificación en Buga, donde el gas se regasificará y se inyectará en el sistema de transporte Nacional de Gas . Esta solución permitirá a Ecopetrol traer una nueva fuente de gas importado a Colombia, contribuyendo a la seguridad energética del país.
Exmar arrendará la Unidad Flotante de Almacenamiento a Regasificadora del Pacífico, y los experimentados equipos de operación y mantenimiento de la empresa se encargarán de la gestión de la unidad flotante, en virtud de contratos con una duración de cinco años con opciones de prórroga.
La firma del contrato se llevó a cabo en Eemshaven, Países Bajos, durante la visita de Isaza a la planta de importación de gas de Eems Energy Terminal, donde se encuentra la unidad de regasificación. El consejero delegado de Exmar, Carl-Antoine Saverys, había declarado: “Estamos entusiasmados de emprender este viaje con los experimentados equipos de desarrollo de proyectos del grupo Regasificadora del Pacífico. Confiamos en que la combinación de la experiencia de Exmar y la trayectoria de Regasificadora del Pacífico en el desarrollo de proyectos en Colombia ofrecerá una solución innovadora para la importación de gas”.
El empresario Isaza dice que “la firma de este contrato no solo marca un hito para RDP como empresa de logística marítima, sino que es aún más significativo y decisivo contar con el respaldo de más de 60 líderes comunitarios, además de actores del comité del paro cívico y sus diferentes mesas de acuerdos de Buenaventura y Buga”.
Contrato con reconocida empresa china
Cuenta, además que el pasado martes firmó con la empresa china CIMC ENRIC el diseño, la construcción, el equipamiento y la puesta en marcha de una planta de regasificación de gas natural licuado. Será moderna y semiautomática con la capacidad de generar, al menos, 60 millones de pies cúbicos por día.
«Regasificadora del Pacífico SAS firmó el contrato EPC con CIMC ENRIC, vinculando a esta reconocida empresa china con la construcción e instalación de la infraestructura requerida por RDP en Buga, Valle del Cauca, para garantizar la recepción de isocontenedores, la regasificación y la conexión con el gasoducto del sistema nacional de transporte que suministra gas a Colombia», dice el empresario..
En CIMC ENRIC le aseguraron a Isaza que dedicarán lo mejor de su experiencia, recursos y capacidades, consolidados durante más de 30 años. «Hemos servido como un fabricante inteligente y avanzado en la industria de la energía limpia», es la opinión de los empresarios asiáticos.
«Estamos entusiasmados de construir este puente de cooperación mutua con una empresa que actualmente representa el 60 % de la industria global de la criogénica. No estamos comprando un tanque o una planta aquí; CIMC ENRIC y Regasificadora del Pacífico comparten la misma filosofía sobre la generación de ganancias compartidas. Es por eso que con este acuerdo comenzamos a consolidar los fundamentos de la confianza para lo que podemos lograr en Buenaventura, Buga, Valle del Cauca y Colombia en general con la cooperación china», agrega Isaza.
Enseñanza del mandarín en Buga y Buenaventura
Y los sueños siguen. Junto a la Universidad del Valle, la Escuela Confucio , la Embajada China en Colombia se financiará un proyecto para el aprendizaje del mandarín, además del inglés a jóvenes del corregimiento El Vínculo, en Buga, y de la comuna 5 y zona Marítima de Buenaventura.
«Algo bueno deberá salir de estos jóvenes y algún día deberán ubicarse empresas de capital chino en el Valle del Cauca. Ojalá en Buga y en Buenaventura». El empresario se muestra optimista.
Queremos participar de obras sociales y de infraestructura como el acueducto en El Vínculo y en propuestas de emprendimiento», explica dentro de más proyectos.
Sobre su vida de pasar de soñador a grandes obras, Isaza habla con el corazón hinchado al haber levantado en el pasado el complejo Pacífico Cinemas porque no había cine en Buenaventura. También impulsó un centro comercial en esta ciudad. Allí, en uno de los ascensores, un niño de unos 9 años le decía a otro: “Yo quiero ser como Óscar Isaza”, a lo que el empresario que estaba a su lado le confesó: “Yo soy Óscar Isaza”.
De nuevo, surgió la sonrisa del caleño, insistiendo: “¡Sí, vale la pena soñar!”.
CAROLINA BOHÓRQUEZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Cali
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