
Los intentos deliberados para contactar a las civilizaciones extraterrestres, como el famoso mensaje de Arecibo, no han recibido una respuesta. Pero lo que toma el sueño de un grupo de cosmólogos no son nuestros mensajes bien intencionados, sino aquellos que envían sin darse cuenta de todos los aeropuertos del mundo.
Una baliza increíblemente poderosa. Hemos estado gritando en el cosmos durante décadas sin siquiera fingir, traicionando nuestra existencia en más de 120,000 sistemas estelares cercanos.
Una nueva investigación presentada en el Sociedad Astronómica Real Revela que la fuga electromagnética combinada de todos nuestros aeropuertos forman una baliza muy poderosa. Según el estudio, la señal es tan intensa que una civilización con tecnología similar a la nuestra podría detectarla a una distancia de hasta 200 años luz.
Radares de aviación civil y militar. Investigadores de la Universidad de Mercanster simularon cómo las señales de radar que se utilizan para controlar el tráfico aéreo se propagan en el espacio. La conclusión es sorprendente: el poder combinado de los radares de aviación civil agrega 2 × 10¹⁵ vatios, una figura suficiente para un radiotelescopio para capturar cientos de años de luz.
Pero la cosa no termina ahí. Los radares militares, aunque tienen un poder acumulado de menos de 1 × 10¹⁴ vatios, crean un patrón que barre el cielo como un faro. Esta señal parecerá claramente artificial para cualquiera que observe desde distancias interestelares. De hecho, puede ser hasta 100 veces más poderoso que las señales de fondo, dependiendo de la ubicación del observador.
Nuestra tecnología accidental desde 1950. Si bien el potencial de detección es de 200 años luz, estos sistemas de radar solo emiten con una intensidad similar Desde la década de 1950Lo que significa que nuestra señal no intencional se ha expandido por ahora unos 75 años ligeros en todas las direcciones.
Nuestra tecnología ya ha llegado a sistemas estelares cercanos como Proxima Centauri (4 años ligeros), Barnard’s Star (6 años ligeros) y AU microscopii (32 años ligeros), pero aún tenemos que esperar otros 125 años para extenderse al máximo y detectarse en un radio de 200 años luz.
Hay dos formas de tomar esto. Por un lado, estamos enviando a todo el vecindario una señal inequívoca de que hay una vida inteligente en la tierra. Figuras como el astrónomo David Brin han sido Muy crítico con la idea de «gritar al cosmos» sin establecer primero un consenso global. Es una decisión arrogante, argumenta, porque podría terminar afectando a toda la humanidad.
Por otro lado, el estudio nos da una pista importante para la búsqueda de la vida extraterrestre: si hay otras civilizaciones como la nuestra, quizás las señales más fáciles de localizar no son sus mensajes, sino los radares de sus aeropuertos.
Imagen | Masterphoto-dk (CC por 2.0)
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