
James Rodríguez emocionalmente se despide del estadio Metropolitano de Barranquilla después de la histórica Copa Mundial de 2026, que marca un momento simbólico en su carrera con el equipo nacional colombiano
El capitán del National Tricolor vivió una noche llena de emociones en el Coloso de Barranquilla, donde no solo celebró la clasificación de la Copa Mundial con su objetivo que abrió el marcador contra Bolivia, sino que también se despidió del escenario que lo vio brillar en múltiples ocasiones. Las lágrimas de James al final del encuentro y su prolongado saludo a las cuatro puestos del metropolitano generaron especulaciones sobre un posible adiós del centrocampista del estadio que ha sido testigo de sus mejores actuaciones con la camisa amarilla.
La despedida de James del metropolitano adquiere mayor significado teniendo en cuenta que se convirtió en el máximo anotador histórico de Colombia en clasificatorios con 14 goles, superando el récord de Radamel Falcao en la misma noche de la clasificación. Los fanáticos de Barranquilleros se correspondieron con una ovación eterna para aquellos que han sido una de las figuras más emblemáticas del fútbol colombiano, reconociendo su legado y su contribución fundamental para devolver a Colombia a una Copa Mundial después de ocho años de ausencia, en lo que podría haber sido su última actuación en el templo del fútbol costero.
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