
Mientras Federico Gutiérrez Implementa su tiempo como alcalde entre el viaje y la campaña, Medellín vive la crisis de violencia por la cual el alcalde no tiene una respuesta. Según el informe de Corpade, pasaron de 159 en enero a un período de Julio de 2024. A 185 en el mismo período 2025. Año, un aumento del 16,4% en la tumba, pero para el deterioro de la coexistencia de los ciudadanos y la creciente violencia de género.
Primero, salta a los asesinatos en Medellín No se respeta el conflicto entre las estructuras criminales transnacionales, ya que les gustaría mostrar discursos oficiales, sino por la intolerancia del conflicto y la agresión íntima. El informe de Corpade muestra que los casos se atribuyen a las disputas e intolerancias sociales, pero están asociados con grupos armados, y acumulan 46 muertes debido a la coexistencia y 11 por la violencia de género hasta el 11 de julio de 2025. Años.
Este fenómeno revela la imposibilidad de la oficina del alcalde para implementar políticas de prevención de la comunidad: las operaciones operativas reactivas o retóricas no son suficientes si no hay educación civil, mantenimiento de la paz del vecindario o atención oportuna a la violencia cercana. La muerte en la medullinthea causa intolerancia, pero para Federico Gutiérrez, la tarea principal del alcalde es tomar la oposición contra el gobierno nacional en lugar de garantizar la coexistencia en la ciudad.
En segundo lugar, el nuevo asiento de Interpol en Medellín «Alcalde líder como un triunfo personal», desnuda cuando la ciudad se convirtió en el imán de los delincuentes internacionales. En solo siete meses, al menos 18 fugitivos de notificación roja atrapados en el valle de Aburá, en promedio más de dos por mes. La mayor modificación: entre ellos se encuentran los abusadores sexuales que buscaron Paraguay, Estados Unidos y México, como José Antonio Fandiño Hidalgo e Iván Lozano, marcados por coerción sexual, lesiones en menores y pornografía infantil. Cada sangría de depredadores debe ser una advertencia para fortalecer los controles migrantes y las redes de protección de redes; Por otro lado, la gerencia de FICO es rastreada por otros resultados de otras personas, mientras que Bogotá se hace cargo de los costos políticos de esta omisión.
No es accidental que, en medio de esta crisis de coherencia y estigma «Ciudada Refugio» para el crimen, el alcalde no exhibe un plan de seguridad ciudadano integral. FICO prefería atacar al presidente todos los días como una excusa antes de la opinión pública. Sin embargo, nadie es diálogo con un abusador sexual para la protección del vecindario. Falta de provisión de justicia, baja inversión en campañas de resolución de conflictos pacíficos y la falta de ruta clara, las víctimas de las víctimas ilustran la negligencia prácticamente prevista.
Es hora de mirar fuera de la oficina de un alcalde de giro radical: dejar de vender seguridad y diseño de seguridad, con apoyo Gobierno nacionalPolíticas coexistentes, prevención de la violencia de género y el control inteligente de la inmigración. Medellín no necesita múltiples banderas decorativas o egoístas con agencias internacionales; Necesita contenedores escolares que sean educados en tolerancia, protocolos para la atención a las víctimas de abuso y una estrategia única de «paz urbana» que no permanecen en los titulares. Si el alcalde Gutiérrez no toma este desafío, lo que pagará a las víctimas serán ciudadanos.
Alejandro Toro