
El martes 6 de mayo del presente año, la alarmante noticia de un tiroteo registrado en las cercanías del campus de la Universidad de Antioquia conmocionó a los habitantes de Medellín. Durante el desenlace de este ataque armado, se reportaron dos víctimas fatales: Un hombre que fue el objetivo principal de los disparos y una mujer que, lamentablemente, era parte del servicio de limpieza urbana de la ciudad.
Inicialmente, la atención mediática se centró en la trágica muerte de la mujer, identificada como Floría Mosquera, quien formaba parte de “las Escobitas” de Emvarias. Al momento del ataque, recibió un impacto de bala en el pecho, lo que le causó la muerte en el acto.
Los detalles del asesinato
No obstante, en las horas posteriores a la tragedia, comenzó a filtrarse información sobre la identidad del hombre asesinado, Un individuo que circulaba en un camión Toyota en el sector de El Chagualo.
John Jairo Mazo Paniagua fue asesinado mientras se desplazaba por El Chagualo. Foto:Telemedellín cortesía.
Más tarde, se identificó a la víctima como John Jairo Mazo Paniagua, un hombre de 44 años que anteriormente se había desempeñado como oficial de policía en el Sijin de Medellín. Mazo había estado en la institución durante 19 años antes de retirarse en 2006.
Un año tras su salida de la policía, específicamente el 25 de agosto de 2007, enfrentó problemas legales: las autoridades le incautaron un arma de fuego en el barrio Enciso, localizado al este de Medellín, la cual carecía de los permisos correspondientes. Aunque Mazo alegó que había comenzado a laborar como escolta, el arma no le fue devuelta.
Posteriormente, acumuló otros dos antecedentes por conducir vehículos robados. El primero ocurrió el 28 de septiembre de 2009, cuando fue detenido en el barrio United mientras circulaba en una motocicleta que había sido robada el 27 de julio de 2002 en Belén Rosales. El segundo antecedente data del 21 de julio de 2015, cuando fue arrestado en Acevedo por el delito de recepción, a bordo de un automóvil robado en Guayabal dos años antes.
Además, se registraron otras dos anotaciones, una por la alteración de la posesión sobre una propiedad y otra por un acto sexual con una menor de 14 años.
El ataque contra Mazo tuvo lugar mientras esperaba que el semáforo en la carrera 55 con calle 62 cambiara de luz. En ese momento, dos hombres en una motocicleta se acercaron a su ventana, uno de ellos bajó del vehículo y abría fuego, hiriendo a Mazo en al menos seis ocasiones, afectándolo en el torso y en la cabeza.
Mazo Paniagua murió en el lugar, dejando una conmoción en la comunidad.
Los atacantes se acercaron a Mazo en una motocicleta y le dispararon seis veces. Foto:Archivo privado
Tras el crimen, las autoridades iniciaron las investigaciones pertinentes para esclarecer el motivo detrás del ataque. Desde el inicio, los investigadores notaron el modus operandi de los criminales, que sugirió que el acto había sido premeditado.
Aunque se consideraron vínculos con organizaciones criminales de la región, las investigaciones judiciales indicaron que el asesinato de Mazo podría estar relacionado con un intento de desacreditar una investigación en la que el exuniformado era un testigo clave.
¿Un testigo clave?
Mazo sería uno de los testigos principales presentados ante la Fiscalía General en un caso de corrupción policial que involucra a cinco uniformados del grupo de delitos contra el patrimonio del Sijin.
Los hechos se remontan a julio de 2024, cuando el alcalde Juan Francisco Mancilla Barbosa, junto a los subintendentes Carlos Andrés Jiménez Noguera y Cristian David Valencia Valencia, así como los patrulleros Thyana Karina Rodríguez Melo y Jeisson Fernando Rolón Sepúlveda se presentaron en una propiedad de Girardota con una orden de allanamiento falsa.
De acuerdo con informes judiciales, los policías entraron a la propiedad donde encontraron a un adulto mayor junto a su sobrina menor y procedieron a sustraer un esquí de más de 40 millones de pesos, además de un arma de fuego semiautomática. Se alega que extorsionaron al anciano para que no lo informara a las autoridades. Según reportes, la intención de la policía era sugerir que el menor estaba portando el arma.
Los ancianos acordaron pagar la cantidad solicitada: 20 millones de pesos, pero de acuerdo con ocasiones de abusos, los uniformados terminaron exigiendo una suma superior de 150 millones de pesos para no acusarlo por la tenencia de armas próximas a la fuerza pública.
John Jairo Mazo Paniagua, quien había tenido conocimiento de los hechos a través de sus contactos en el Sijin, decidió reportar lo sucedido a las autoridades, lo que resultó en la captura de los uniformados, acusados en marzo pasado de falsedad ideológica, fraude procesal, peculado y otros delitos.
Todos los implicados enfrentaron medidas cautelares en el centro penitenciario, mientras continúa el proceso judicial. Sin embargo, tiempo después, se informó que el 3 de abril, el abogado de los uniformados presentó una apelación argumentando la ilegalidad de las detenciones.
Un fragmento del proceso judicial contra los agentes policiales. Foto:Tiempo.
Posteriormente, el 30 de abril se programó la audiencia para revisar la situación de los uniformados del Sijin. En esta ocasión, el defensor solicitó la revocación de la medida de aseguramiento. Curiosamente, este proceso se llevó a cabo el lunes 5 de mayo, justo un día antes del asesinato de Mazo Paniagua, quien estaba preparado para actuar como testigo en el caso judicial.
El tiempo confirmó que la audiencia para evaluar la medida de aseguramiento contra los cinco uniformados se había agendado para el viernes 9 de mayo a las 10:10 de la mañana.
Nicolás Tamayo Escalante
Periodista de la nación, en Medellín.
Otras noticias:
Legalizan la captura del maestro por abuso a los niños. Foto: