


EE.UU ha dado luz verde Para continuar vendiendo motores para el C919, el avión con el que China busca desafiar al dúo de Airbus-Boeing. Pero esa misma decisión contiene una paradoja: le ha dado a Beijin una razón más para avanzar hacia Tu propia autonomía. ¿Quién asegura que no se aplique otra restricción en unos pocos meses? ¿Qué pasará cuando ese avión comience a cruzar las fronteras?
China se ha estado preparando durante años. El C919 no es un prototipo o una promesa de laboratorio: es un avión de fuselaje estrecho que puede acomodar hasta 192 asientos y cuenta con un rango de entre 4,075 y 5,555 kilómetros. En este momento están en servicio 18 unidades, pero las órdenes se multiplican.
El sueño aéreo de China vuela con la ayuda occidental (por el momento)
Este ambicioso proyecto continúa dependiendo en gran medida de la ingeniería extranjera. El sistema de control de vuelo, los frenos, el avión, la unidad de potencia auxiliar … una buena parte de los componentes críticos proviene de Empresas estadounidenses o europeas. Y en el centro de todo, el motor: el Salto-1cdesarrollado por CFM InternationalUn negocio conjunto entre el American GE Aeospace y el Safran francés.
El Departamento de Comercio de los Estados Unidos reactivará las licencias de exportación de los motores antes mencionados se presenta como un alivio momentáneo para China, que podrá cumplir con los plazos de entrega esperados, pero también como una señal. Como señala Hugh RitchieCEO de Aviation Analyst International en Australia:
«Sin acceso a esa tecnología, en esencia, nosotros controlaríamos las piezas de los aviones chinos».
China ha estado aprendiendo a leer entre líneas. Cada restricción comercial, cada veto, ha sido interpretada como un aviso. Cuando la administración Trump vetó a Huawei, el golpe era muy real. Su nivel de mercado colapsó y parecía estar fuera del juego. Pero lejos de renunciar, Huawei redobló su compromiso tecnológico. En 2025 ha recuperado un lugar destacado en el mercado, lanza teléfonos con chips propios como Kirin 9010 y ha reactivado su músculo en inteligencia artificial con su nuevo ASCEND 910C.
El automóvil cuenta una historia similar. Durante años, los fabricantes chinos se ocuparon de la desconfianza del mercado internacional. Hoy, los nombres como BYD o MG compiten en precio, diseño y autonomía con fabricantes históricos. No ha sido un golpe de suerte, sino el resultado de una estrategia.
Es por eso que C919 no es un caso aislado. Es parte de un patrón. Entonces todo parece indicar que es cuestión de tiempo para China Deja de depender de los motores occidentales. Él CJ – 1000A Es el nombre del motor que desarrolla AECC (Aero Engine Corporation of China) como una alternativa nacional al LOAP -1C. No está terminado, no está certificado, ni tiene luz verde para la producción en masa. Pero progresa en silencio.
El plan ha estado funcionando durante años. El prototipo Ha completado varios Pruebas en Banco Esque 2018. Según AirInsightEl objetivo declarado es que el CJ -1000A está listo para reemplazar el salto -1c en las versiones futuras del C919 a lo largo de esta década. Los pronósticos más optimistas indican que el motor chino podría estar certificado para vuelos comerciales alrededor de 2030, aunque un 2035 distante también está en el horizonte.
China tiene varios argumentos para continuar trabajando en esa dirección. El mercado de la aviación china es uno de los más grandes del planeta, y crece con una velocidad que pocos pueden igualar. Según la perspectiva comercial de Boeing Market 2024–2043China necesitará alrededor de 8,600 nuevos aviones comerciales durante las próximas dos décadas. Comac quiere mantener una parte de esa demanda. Y si lo obtiene, no necesitará salir del país para convertirse en un actor relevante.
Eso explica por qué se puede permitir que el C919 opere exclusivamente dentro de China siempre que avance en certificaciones internacionales. Además, por qué sus propios motores, aunque no están listos mañana, han garantizado una entrada. Un mercado interno de ese tamaño ofrece algo que pocas economías pueden garantizar: escala.
Paralelamente, Comac no oculta su ambición externa. El regulador europeo (EASA) estima que La certificación C919 podría llegar entre tres y seis años desde 2025que coloca la posible aprobación entre 2028 y 2031. Si la obtiene, finalmente dará el salto de sus fronteras.
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