
Durante un reciente encuentro entre Eduardo Méndez, presidente del club, y representantes de los aficionados de Santa Fe, surgió una inquietante preocupación que ha estado rondando en la mente de muchos seguidores. Este diálogo fue un reflejo de la situación que atraviesa el equipo y las emociones que despierta entre su fiel hinchada.
Según la información revelada por los asistentes a la reunión, se hizo evidente que un número considerable de jugadores expresó sentirse presionados por la situación que viven en el Campín. Este escenario incómodo llevó a algunos futbolistas a señalar que la presión que sienten en casa es incluso más intensa que la que proviene de los equipos visitantes. Esta declaración ha generado un mar de reacciones y discusiones entre los simpatizantes.
La revelación de esta realidad no fue bien recibida entre los seguidores presentes; de hecho, uno de ellos respondió con mucha firmeza: «Si hemos tenido paciencia antes». Esta frase resume de manera elocuente la creciente incomodidad que se siente en las gradas del estadio. Muchos aficionados consideran que el equipo no está viviendo de acuerdo con los estándares establecidos por la rica historia del club y han comenzado a cuestionar la entrega y el compromiso de los jugadores.
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Las críticas hacia los jugadores se han multiplicado no solo por los malos resultados en el campo, sino también por una aparente falta de entrega y dedicación. Un gran número de aficionados siente que los futbolistas no valoran el escudo o la camiseta que representan. Además, los comentarios vertidos apuntan a una notoria falta de autocrítica por parte del grupo, así como una preocupante desconexión con la afición que los apoya.
Los fanáticos quieren hablar con los jugadores de Santa Fe
En medio de este diálogo tenso, los aficionados hicieron una solicitud clara: desean asistir a los entrenamientos para hablar directamente con los jugadores. Su intención no es insultarlos ni menospreciarlos, sino más bien exigir un compromiso que sientan que ha estado ausente en los últimos tiempos. El presidente del club mostró apertura y aceptación ante esta propuesta, y se espera que en los próximos días se coordine la reunión, lo cual podría marcar un cambio en la comunicación entre el equipo y sus seguidores.
Santa Fe se encuentra en un momento de gran tensión. La relación entre la afición y el conjunto se ha fracturado, y hay una sensación de que la camiseta pesa, pero no todos parecen entender su significado y legado. La hinchada continúa apoyando al equipo, pero ha establecido una línea clara: no aceptan más excusas. Exigen actitud, respeto y, sobre todo, resultados palpables en el terreno de juego.