En el reciente bombardeo de las Fuerzas Militares en cumplimiento de un operativo realizado en las selvas del departamento del Guaviare, se confirmó la lamentable muerte de al menos 15 niños; uno de ellos era del municipio de El Charco, en la Costa Pacífica de Nariño.
Luego de varios días de conocerse el hecho que causó gran conmoción y rechazo en todo el país, se confirmó que la identidad del menor correspondía a Faiber Illeras Gamboa, de 19 años y con toda la vida por delante.
La familia del menor reside en un pequeño pueblo llamado La Pintora. Foto:Particular
EL TIEMPO conoció que pertenecía al Consejo Comunitario Tapajeña de Promingas, el cual no tardó en mostrar su voz de pesar por su fallecimiento y también expresar su más sentido pésame a su familia.
“Lamentamos y expresamos nuestro más sentido pésame y nos sumamos al dolor que viven sus familiares y amigos”, dijo la organización social en un mensaje póstumo.
Su familia vive en un pequeño pueblo llamado La Pintora, muy cerca del pueblo Balsal, cuyas comunidades obtienen su sustento de la pesca, el banano, el cacao y la explotación de madera.
La Alcaldía de El Charco no podía ser ajena al drama y tristeza que vive su familia, quienes sólo desean que su cuerpo sea trasladado a su lugar de origen en el menor tiempo posible para darle cristiana sepultura.
Así lo reveló el director de la Oficina de Enlace a las Víctimas de la Alcaldía, Joel Arturo Estupiñán, quien sostuvo que se han realizado los trámites pertinentes para el traslado del cuerpo de la menor desde Guaviare al departamento de Nariño.
“Efectivamente se ha hecho una conexión con la Cruz Roja y la administración municipal, para equilibrar todo el tema logístico y que nos puedan ayudar, obviamente, a traer a la persona aquí, a su lugar de origen”, dijo el funcionario, pero aún se desconoce la fecha de su llegada.
En Nariño hay varios menores que han logrado escapar del reclutamiento forzado. Foto:Particular
El reclutamiento de menores
Cuando se refiere al delicado tema del reclutamiento de menores por parte de grupos armados ilegales, no oculta que este fenómeno afecta también a la comunidad de El Charco.
Respecto al caso específico de Faiber Illeras Gamboa, no sabe a ciencia cierta si habría sido reclutado por algún grupo al margen de la ley en el pasado; Al respecto sólo comentó: “Lo más probable es que sea así”.
Sostuvo que su familia desconocía si había sido sometido a reclutamiento forzado, aunque no había descartado que decidiera abandonar el pueblo en busca de un futuro mejor en otra región del país.
“A veces hay amenazas, pero así son las cosas”, dijo más tarde.
“Dentro de la función que cumplimos sabemos lo que pasa y pasa, pero los casos aún no están documentados”, advirtió y agregó que cuando se han registrado casos de reclutamiento de menores, en raras ocasiones sus familiares los han denunciado ante las autoridades competentes.
Considera que el reclutamiento de menores en El Charco no es más que un fiel reflejo de lo que sucede en Colombia.
“Lamentamos verdaderamente que nuestra Colombia se encuentre en estas circunstancias y que nuestro municipio sea colaborador de ese fenómeno que no nos correspondía y que nos llegó, de una manera u otra no hemos podido avanzar en la solución para la paz de nuestro país”, dijo.
La consecuencia de la guerra.
“Nosotros que vivimos en la Colombia profunda somos los que más sufrimos los ataques de la guerra”, agregó y de inmediato soltó una frase que muestra la triste realidad de El Charco: “Estamos viviendo la consecuencia de la falta de atención a nuestra población y esa es la guerra”.
Pero luego expresó un mensaje muy claro: “Aquí estamos, somos resilientes, lo que queremos es salir adelante, para que nuestros niños y niñas puedan vivir en paz y que nosotros mismos también podamos vivir en paz”.
Y el conflicto armado en el municipio de El Charco viene de hace mucho tiempo y ahora es lo que refleja un desplazamiento masivo de alrededor de 340 familias indígenas y afro, que tuvieron que abandonar cuatro pueblos hacia el área urbana en busca de protección.debido a los fuertes enfrentamientos entre hombres del frente 30 de las disidencias de las Farc y la Armada Nacional.
La situación del conflicto armado en la zona también ha desatado el drama de los desplazamientos. Foto:Unidad de Víctimas.
Las cifras del gobernador
El gobernador de Nariño, Luis Alfonso Escobar, tiene sus propias cifras sobre el flagelo social del reclutamiento de menores en la región.
“Los datos muestran que en el país en 2024 se reclutaron alrededor de 409 niños, solo 10 fueron reclutados en el departamento de Nariño, hemos logrado junto con el Ejército, la Policía y Bienestar Familiar recuperar más de 58 el año pasado y en lo que va del año más de 30 niños recuperados”, dijo el líder seccional.
Destacó que esto significa la importante labor de sacar a los menores de la guerra.
“En el país se empieza a discutir y sacudir el horror que la guerra trae a los niños, porque están en la primera línea de guerra con estos actores armados”, afirmó.
Otra información que te puede interesar
José Ismael Peña y el fallo del Consejo de Estado. Foto: