



La noche del centro histórico de Cartagena, Por lo general, envuelto en el aroma al jazmín y el salitre, fue interrumpido por la dura realidad del microtrafling: ellos Rubias y delgadas. Fueron pasados por viajeros internacionales. Sin embargo, la policía identificó como ‘Vale’ (29 años) y ‘Karla’ (31 años), desde el interior del país, que Se sorprendieron alrededor del muelle de Bodeguita, Un punto estratégico y discreto que mira hacia la bahía, perfecto para el encuentro con turistas extranjeros.
La operación, el producto de la información ciudadana oportuna, permitió que las patrullas de vigilancia capturaran a estas mujeres con 20 dosis de drogas sintéticas, conocidas popularmente como TUSI (un cóctel de sustancia basado en ketamina o 2C-B, alto valor en el mercado negro).
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Capturado con drogas en Cartagena Foto:Policía nacional
Las autoridades garantizaron la carga en más de $ 3 millones de pesos, una cifra que subraya la rentabilidad de este negocio ilegal en áreas turísticas de alto flujo.
El hallazgo, aunque parece un golpe menor debido a la cantidad de dosis, es significativo porque ocurre en el corazón nervioso y patrimonial de la ciudad, lo que confirma que el centro histórico sigue siendo un punto de alta demanda y distribución para el microtrafficking, especialmente las drogas sintéticas dirigidas a un público de alto poder de compra como turistas internacionales.
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En la ciudad amurallada
Capturado con drogas en Cartagena Foto:Policía nacional
La presencia de estas verduras en el centro histórico es apenas La punta del iceberg más visible de un comercio criminal más amplio que afecta a Cartagena.
El general de brigada Gelver Yecid Peña Araque, comandante de la Policía Metropolitana, ha sido claro al señalar que las capturas de microficking responden a una ofensiva contra la «Estructuras multicrimas» que operan en la ciudad.
El centro histórico y los vecindarios circundantes (como GetSemaní o Marbella) son históricamente puntos de tráfico y venta. Durante décadas, la droga se movió discretamente, Dirigido a los turistas y la vida nocturna. Sin embargo, en los últimos años, el fenómeno ha subido, trayendo consigo no solo la venta de marihuana y cocaína base, sino la explosión de drogas sintéticas como Tusi o éxtasis, que incluso ha matado a varios turistas en sobredosis en albergues del corralito de piedra.
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Cartagena de Indias: Lugar de capturas en el centro histórico. Foto:John Montaño/ The Time
Este mercado narcótico más caro y de moda ha atraído nuevas redes y una mayor violencia asociada con la disputa de «macetas» y territorios.
El problema de la microtratación en la ciudad no es solo la salud pública, sino de la orden y la seguridad ciudadanos.
Las estructuras criminales que disputan el control de estas áreas no solo se dedican al tráfico local, sino que, según el general de brigada, Peña, los «generadores de hechos y homicidios violentos» en diferentes sectores.
La lucha por el control de las ganancias de microflactación es un motor constante de motor y ajustes de cuentas en vecindarios periféricos y, ocasionalmente, en las cercanías del cordón turístico.
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La guerra contra la microtratación
Operaciones en el centro histórico de Cartagena. Foto:Cortesía de la oficina del alcalde de Cartagena
Las dos mujeres capturadas se pusieron a disposición de la oficina del fiscal general. Ambos esperan audiencias preliminares ante un juez de garantías, donde su situación judicial se definirá para el crimen de tráfico, fabricación o transportista de narcóticos.
Este caso se suma a las estadísticas presentadas por la Policía Metropolitana: en la ejecución del año, la institución ha logrado la captura de Más de 2,240 personas para el tráfico de drogas y ha aprovechado una cantidad mayor de 578 kilos de alucinógenos.
El general de brigada Peña Aque reiteró el compromiso de las autoridades y la necesidad de cooperación ciudadana: «Nuestro llamado a Cartagena es continuar cooperando, bajo reserva absoluta, para identificar a los delincuentes y todas estas estructuras criminales que amenazan la seguridad y la coexistencia de la ciudadanía».
Mientras que las autoridades judiciales se preparan para formalizar la acusación, la crónica de ‘Vale’ y ‘Karla’ sirve como un recordatorio constante de que, a la luz de los Lampes Coloniales, persiste la sombra persistente y violenta del negocio de microtrofficking.
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Documario del periodista Jineth Bedoya. Foto:
Cartagena