
El Senado de Argentina ha tomado una decisión significativa este miércoles, rechazando el proyecto impulsado por el presidente, que tiene como objetivo excluir de las elecciones a cualquier persona que haya sido condenada. Este movimiento se ha considerado una estrategia para evitar que Cristina Fernández de Kirchner compita en futuras elecciones presidenciales, aumentando la controversia en el ámbito político del país.
El proyecto conocido como ‘tarjeta limpia’, presentado por CEALD, recibió 36 votos a favor de los senadores. Sin embargo, esto no fue suficiente para que se aprobara, ya que se requerían al menos 37 votos de un total de 72 miembros de la cámara alta para que este proyecto se convirtiera en ley. La falta de apoyo necesaria ha llevado a que el destino de esta legislación quede en un estado incierto.
El presidente, quien asumió su cargo en una de las naciones más relevantes de América Latina, hizo una declaración en su cuenta de redes sociales, enfatizando su postura. A través de un mensaje redactado en la plataforma X, describió tanto la discusión que se generó en torno a la propuesta como el resultado, calificando la situación como un vestigio de la «antigua política» que busca perpetuar prácticas corruptas.
Durante el debate en el Senado, la senadora opositora Juliana Di Tullio no dudó en criticar al gobierno argentino, acusándolo de llevar a cabo un «proceso en contra de una persona inocente», refiriéndose directamente a Fernández de Kirchner, quien ha sido condenada a seis años de prisión y a una inhabilitación perpetua debido a delitos de corrupción. Su declaración refleja la tensión existente entre el gobierno actual y las fuerzas políticas que se alinean con la ex presidenta.
«Este tipo de ley es inconstitucional y va en contra de los acuerdos internacionales que hemos suscrito como nación. Con esta acción, están claramente cruzando la línea entre el poder político y judicial», argumentó la legisladora de la provincia de Buenos Aires, haciendo hincapié en la grave implicación que tendría esta ley en la separación de poderes.
En adición a esto, la formación política de Di Tullio hizo pública una declaración antes de que el proyecto se rechazara, denunciando lo que consideran un «intento de exclusión política» dirigido hacia una figura destacada del peronismo, así como un ejemplo de «persecución sistemática» que se ha ido intensificando en los últimos años.
«Rechazamos de manera contundente este nuevo intento de disciplina política, que se disfraza bajo la noción de moralidad institucional. No puede existir un archivo limpio cuando el objetivo real está contaminado por la voluntad del pueblo», se puede leer en la declaración que fue ampliamente difundida en las redes sociales.
La propuesta fue finalmente rechazada, aludiendo a «fraude en la administración pública», y afirmando que cualquier otro delito relacionado debería ser «confirmado por la segunda instancia», antes del 31 de diciembre, de cara a las próximas elecciones. Esta situación genera una mayor incertidumbre en el ámbito electoral del país.
A pesar de la condena a Cristina Fernández en segunda instancia, el castigo todavía no está firme, ya que ha presentado un recurso ante la Corte Suprema, lo que prorroga el proceso judicial y le permite seguir ofreciendo su influencia en la política argentina.
La justicia del país sostuvo que entre 2003 y 2015, la actual ex presidenta había participado en un esquema de corrupción inusitado, que involucró obras públicas en Santa Cruz, gestionadas por funcionarios de diversas jerarquías y que tenían vínculos con empresas asociadas a la construcción.
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