



Cuando AKA John, *cuyo nombre no se menciona para la seguridad, Aprendió que tenía que estar vinculado a un grupo armado ilegal y que iban a llevarlo a un lugar distante y desconocido para lucharSintió que su vida había terminado y que no volvería a ver a sus padres, para quien había sido utilizado en una cosecha de coca.
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Entonces Fue invadido por los recuerdos de su infancia en Taguquien ya había formado su hogar y le dejó la responsabilidad del cuidado de ‘su viejo’, como los llama amor.
‘Jhon’ tuvo que volar desde los disidentes de la FARC y entregó al ejército. Foto:Séptima Brigada del Ejército
Como en Tagua no había posibilidades de trabajo en el campo, decidió ir a trabajar en cultivos de coca en la plata, cauca, rechazada y fumigante, en un inmenso sembrado donde trabajaban unos 120 hombres, entre productores (80) y ‘raspachines’ (40).
Tres meses después de trabajar en los cultivos de coca y ser obligados a apoyar una marcha campesina, le dijeron a ‘John’ y otro niño de Caquetá que necesitaba personas para trabajar.
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El reclutamiento: «van a la» escuela «y el período»
En principio, pensaron que fueron llevados a otra granja de cultivos de coca, pero inmediatamente anunciaron: «Te vas con nosotros y al que se resiste porque él ya sabe lo que lo toca, muere y listo, y ten en cuenta que su familia no estará aquí y ya sabes qué sucede aquí detrás del río Micay.Allí, después de matarlos, los derriban y los arrojan al río.
Los subieron en un camión de cuatro puertas y los llevaron a una granja donde también había mucha hoja de coca y desde allí los subieron a otro camión, donde Uno de los hombres armados les dijo que su destino era pertenecer al frente de ‘Carlos Patiño’, de ‘Iván Bite’.
‘Jhon’ tuvo que volar desde los disidentes de ‘Iván Bite’ para la seguridad de su familia. Foto:Nelson Ardila Arias. Especial para el tiempo
‘John’ argumenta que “en los asientos traseros del camión había rifles, arneses, un mini uzi. Más tarde dejaron de comprar algunos cigarrillos y algunas chicas que trabajaban en un bar fueron subidas, quienes pidieron a los guerrilleros que no nos llevaron a la guerra, pero uno de los hombres respondió: «Van a la ‘escuela’ y señalan».
Después de varias vueltas en el camión, se subieron en motocicletas con hombres armados y aproximadamente una hora y cuarenta minutos llegaron a la ‘escuela’, donde Había un grupo de jóvenes y adolescentes que ejercían en un campo de fútbol.
“Con nosotros éramos unas 30 personas, sin contar a los instructores que estaban armados. Desde las cinco de la tarde hasta las dos de la mañana nos pusieron a hacer ejercicio: arrastrar bajo, rollos, yumbos, cofre, flexiones de piernas, y que no pudieron arrastrarlo bajo en el costado de la cabeza, por los pies, independientemente de si lo golpearon. También pusieron el río nadar. «
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En ese campamento, solo seis o siete eran de edad legal. Allí los unieron y dijeron que los libros de insignia, que son los estatutos y contemplan sanciones disciplinarias, tenían que aparecer o que si no iban a tomar represalias con todos.
Allí duraron quince días y luego duraron cinco más caminando hasta llegar a otro campamento donde también los hicieron hacer ejercicio; Los 30 jóvenes y adolescentes fueron.
Pero al día siguiente los sacó porque había «geniales» (ejército) muy cerca. Cuando tomaron su camino, asignaron a ‘John’ Pechera, chaleco y rifle: «Vas a ser el puntero, tomar seis personas, avanzar, caminar un kilómetro y esperarnos o donde encuentres agua», ordenaron.
Los disidentes de ‘Iván Bite’ están en una guerra contra ‘Calarca’ y otros grupos armados. Foto:Efusión
Caminaron hacia arriba y abajo de las montañas y de uno de ellos se miró a Popayán, según aquellos que conocían la tierra, y cuando pasó un helicóptero o un avión jugó para tirar el enredo, no importó dónde cayeran, tuvo que estar oculto. Hubo mucho riesgo, les advirtieron, porque a la derecha estaba el Eln y la izquierda el ejército.
Después de varias horas en el camino, llegaron a otra ‘escuela’ de las guerrillas, donde había muchas personas, unas 200 personas y varios niños. «Allí duramos como un mes de entrenamiento en ejercicios y ya comencé a pensar que podría escapar», recordó ‘John’.
En algún momento había enfrentamientos en el Micay Canyon, por lo que llevaron a mucha gente en furgonetas y en el campamento eran 70 personas. «Para aquellos a quienes se les quedó distribuir a diferentes partes, y fue entonces cuando me pusieron el alias de ‘John’:» Te llamarás a sí mismo mientras hacíamos consejos de guerra, era buena gente, pero era hora de matarlo. «
La transferencia: ‘Me iban a enviar donde no sabía’
En algún momento gritaron: «‘John’, preséntate en la cancha con ropa civil». «Los ignoré porque ya sabía que me iban a sacar de allí y que me iban a enviar a una parte que no conocía».
«En la cocina de una pequeña casa donde estaba, me senté a llorar porque pensé que ya no iba a volver a ver a mi familia». Me sacaron de allí, me llevaron a un pueblo cercano, primero me dijeron que me enviaron para el catatumbo, luego por Caquetá y finalmente para el gol. Allí me llevaron junto con otros cuatro hombres en cinco motocicletas.«, Dijo.
‘Jhon’ fue ‘raspachín’ antes de ser reclutado por la fuerza por los disidentes de ‘mordida’. Foto:Juan Pablo Rueda, enviado especial de El Tiempo
Dos días, el viaje duró a un campamento, cerca de una granja con muchas cabras, cerca de la ciudad de Puerto Esperanza, en la región de Alto Ariari, en Meta. Al día siguiente, ya era parte de la estructura ‘Martín Villa’, cuando se les dio la dotación: rifle con 25 proveedores y municiones con mil cartuchos.
En la meta ‘John’ pasó dos meses. En los últimos días, confiaba en el comandante, también conocido como ‘Julio’, quien le prestó a los espectadores a mirar la distancia de las montañas donde estaba el ‘Calarcá’, con el que se disputaba el poder del territorio, pero en realidad era saber dónde estaba el ejército.
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El domingo, que es un baño, le dijeron que tenían que hacer el currículum el próximo martes para que, si murió, sus familiares más tarde sabían dónde estaban, explicaron. Como no querían que tuvieran información de su familia, se alentó a escapar.
La fuga: ‘Me caí por la montaña, corrí, pasé un río’
En Hidden tomó tres paquetes de cigarrillos y una cáscara para que los mosquitos no lo atormentaran si tuviera que amanecer en la montaña. Eran las ocho de la mañana. «Capturé debajo de un arbusto de mango y, mientras estaban distraídos, conduje por la montaña, rodé, corrí, pasé un río y otro que fue muy caudaloso me asustó para cruzarla. Allí me sentí frustrado y me senté a llorar,» confiesa ‘John’.
Un tiempo después respondió, se quitó la sudadera y el buzo que le había dado y se quedó en Jean y una camisa que trajo debajo. También revisó y guardó nuevamente la agenda donde tenía el número de teléfono de su madre. Fue caminando por la orilla del río y encontró un corte de Guadua con el que se arriesgó a pasar el río, la montaña subió, luego bajó y salió a un claro hasta que llegó a Puerto Esperanza.
Hay 24 personas recuperadas de grupos armados. Foto:Séptima Brigada del Ejército
La ciudad cruzó en medio del susto y mirada de los caballeros que tenían cerveza en las tiendas, hasta que un motociclista se ofreció a llevarlo a Medellín Del Ariari, la ciudad vecina, ubicada entre los municipios de El Castillo y El Dorado, en la línea de meta. Su intención era llegar a la base militar de Cubarral, que es inmediatamente de El Dorado.
En su loca carrera de escape, a las 3 de la tarde, después de siete horas de haber escapado, miró un puesto de control del ejército. En ese momento no sabía qué hacer. La emoción lo invadió, pero también estaba preocupado porque no sabía qué sorpresa podía encontrar.
Pasó el camino y le preguntó a un uniformado: «¿Eres del ejército?» – «Sí, ¿por qué?» – «Necesito que colabore, escapé de las guerrillas, me llevaron contra mi voluntad y no quiero que me maten, quiero volver a ver a mis padres». – «Has tomado una buena decisión», respondió el soldado.
Hay 24 personas recuperadas
El comandante del Batallón de Infantería del Aire transportó el número 20, el coronel Jairo Antonio Erazo Díaz, dijo que, En el desarrollo de las operaciones emitidas por la Séptima Brigada, su batallón ha generado campañas a través de la estación del Ejército, de puerta en puerta y con la población civilBuscando difundir e impactar, para llevar esta información a los grupos armados organizados para que sus hombres se sometan y desmovilicen.
«Hemos tenido un impacto bastante fuerte en el objetivo y durante este año ya hemos sido 14 personas que se han desmovilizado de los grupos de alias ‘iván mordida’ y ‘Calarcá’, dentro de ellos también hay menoresDijo el coronel Erazo Díaz.
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