
En un rincón del Parque de Ciencia y Tecnología de Guadalajara, lejos de los grandes telescopios y las agencias espaciales, hay Un lunar de 40 monos dedicado a detectar partículas de alta energía que bombardean constantemente la tierra.
Se llama calma. «Castilla-La Mancha Neutron Monitor». Y durante más de una década es la primera y única instalación de su tipo en España. Su trabajo: monitoree los ataques del sol y comprenda cómo los rayos cósmicos afectan a nuestro planeta.
Desde el espacio hasta Guadalajara. El origen de la calma está intrínsecamente vinculado a la misión de orbités solar de la Agencia Espacial Europea. Los científicos de la Universidad de Alcalá diseñaron uno de los instrumentos clave de la sonda, el detector de partículas de energía.
Después de esa experiencia, surgió una idea: construir un instrumento en tierra. «Pensamos en un sistema que nos permitiría Le explicó a Eldiario.es Juan José Blanco, jefe del proyecto.
Corriendo desde 2011. Lo que comenzó casi como un proyecto de apoyo para una misión espacial de ESA se ha convertido en una referencia internacional en el monitoreo de neutrones. Financiado con fondos de la Unión Europea y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la calma está integrada en el Red mundial de monitores de neutronesdonde vierte tus datos en tiempo real.
Hoy es un proyecto distribuido. La calma tiene un nodo gemelo Llamado Orca que detecta tanto neutrones como muones. Está en la base antártica Juan Carlos I de Livingston Island, un lugar magnéticamente privilegiado.
El proyecto también tiene un detector móvil llamado mini-calma que ha viajado a bordo del barco Hesperides para medir el flujo de rayos cósmicos durante todo el viaje a la Antártida. El último nodo en unirse al proyecto se llama Icaro y se instala en el Observatorio Atmosférico de Izaña (en Tenerife). Mide neutrones de origen solar de 2,000 metros de altitud.
Qué mide exactamente. Cuando los rayos cósmicos (partículas de alta energía del espacio profundo) chocan con los átomos de nuestra atmósfera, generan una cascada de partículas secundarias. Entre ellos, neutrones que alcanzan la superficie.
El Sol, con su campo magnético, actúa como un escudo modulado: la mayor actividad solar, los rayos cósmicos menos galácticos llegan a la Tierra, y viceversa. Medición del flujo de neutrones, la calma puede inferir actividad solar. Además, puede detectar directamente la llegada de partículas de energía solar que han sido expulsadas durante grandes erupciones.
Cómo funciona un monitor de neutrones. El detector consiste en gas lleno de gas rodeado de varias capas que alternan el plomo y el polietileno. Esta estructura permite rechazar neutrones que no son muy enérgicos, es decir, los ambientales, permitiendo que los que vengan del espacio pasan, después de reducir su velocidad, para poder analizarlos. Con 12 de sus 15 tubos activos, esta máquina de 40 toneladas es un filtro de partículas de precisión sorprendente.
¿De qué sirve la calma? Toda esta tecnología tiene un propósito muy práctico: protegernos de la meteorología espacial. Las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal pueden ser espectaculares y crear intensas luces del norte, pero también son extremadamente peligrosas para nuestra civilización tecnológica.
Los operadores de la electricidad usan estos datos para proteger sus instalaciones. Las aerolíneas y las agencias espaciales los necesitan para evaluar los niveles de radiación en rutas de gran altitud. Y la industria espacial para proteger a los astronautas y satélites en órbita.
Incluso tiene aplicaciones para viajes interplanetarios. Después de haber medido un ciclo solar completo de 11 años, la calma se puede usar en las misiones a Marte para saber cuál es el mejor momento para comenzar el viaje, minimizando la exposición de los astronautas a la radiación.
Imagen | UAH
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