Se reavivó la pelea judicial por los terrenos aledaños al aeropuerto Rafael Núñez. Y esta vez EL TIEMPO conoció un documento que, según fuentes del proceso, podría marcar un punto de inflexión en una de las disputas inmobiliarias más complejas y prolongadas en Cartagena. Los abogados Javier Pinedo y Eduardo del Río presentaron ante el Tribunal Superior un incidente de desacato en el que acusan a la Fiscalía 20 Seccional de Cartagena de desconocer por segunda vez la orden de la Corte Suprema de Justicia de pronunciarse sobre restitución de derechos en el proceso penal 247.749.
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La denuncia, que ya circula en las sedes judiciales de la ciudad y a la que tuvo acceso este medio, sostiene que La Fiscalía incumplió el plazo fijado por la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo el 4 de agosto de 2025el cual ordenó dictar, en un plazo máximo de tres meses, una decisión de fondo sobre la posible restitución de los inmuebles. Ese plazo expiró el 10 de septiembre. No pasó nada.
Esta omisión, dicen los peticionarios, mantiene viva una crisis jurídica que lleva más de trece años sin resolverse y que hoy podría estar adquiriendo un “problema de orden público económico”, debido al volumen de construcciones y ventas de terrenos que, según La Nación, siguen siendo bienes públicos.
La advertencia: “se están produciendo daños irreversibles”
Según los abogados, cada día que pasa Sin una decisión de fondo, el impacto patrimonial aumenta para compradores nacionales y extranjeros. En su escrito afirman que las constructoras continúan comercializando torres de departamentos, valorado en 450 millones de pesosen terrenos cuya propiedad está en discusión entre la Aerocivil y la Superintendencia de Notariados durante más de doce años.
Estas son las propiedades del Aeropuerto en venta Foto:archivo privado
Uno de los casos citados es el de Laura Arias, un comprador que presentó una denuncia por fraude y una demanda civil para resolver la promesa de compraventa, argumentando que la inseguridad jurídica sobre el inmueble imposibilita que la obra avance hacia una escrituración legítima. Su situación, dicen los demandantes, “Es sólo un ejemplo del riesgo financiero en el que podrían estar cayendo miles de compradores sin saberlo.”.
Esta no es una alarma nueva. documentos oficiales, Sentencias judiciales de más de 10 años alertan sobre supuestas irregularidades en la tradición de esas tierras. Pero nunca, dicen los peticionarios, se había llegado a un escenario en el que el máximo tribunal penal del país ordenara un fallo con plazo definido… y la Fiscalía, aun así, guardó silencio.
Una Fiscalía en la mira
El incidente de desacato no sólo pide que se requiera que el fiscal del caso emita una decisión antes del 31 de diciembre de 2025. Va más allá: Los peticionarios insisten en que la verdadera responsabilidad es del Ministerio Público como institución, por mantener en el limbo un proceso que califican como “connotación nacional”desde 2013.
Los peticionarios insisten en que la verdadera responsabilidad es del Ministerio Público. Foto:Foto: Jesús Blanquicet
El argumento sostiene que el retraso judicial de más de una década ha permitido que prosperen proyectos inmobiliarios en terrenos cuya titularidad está judicialmente cuestionada, lo que “Se burla de los derechos de las víctimas” y compromete la credibilidad del Estado en la defensa de los bienes públicos.
El Tribunal Superior, según el documento, ya había advertido que la falta de acción de la Fiscalía vulneraba los derechos fundamentales de las víctimas: debido proceso, acceso a la justicia y reparación. Ahora, lo que se discute es si este incumplimiento se convierte en desacato sancionable según el Decreto 2591 de 1991.
Lo que está en juego: novedades, compradores y una disputa que no cierra
El proceso penal 247.749 no es un expediente cualquiera. Investigan presunto fraude masivo en la venta de inmuebles que, según La Nación, forman parte del entorno de la Aeropuerto Rafael Núñez. Desde 2012, la Aerocivil ha solicitado la recuperación de estos terrenos, al considerar que fueron transferidos de manera irregular.
Pero mientras la disputa avanza en los tribunales, en la vida real los condominios, los lobbys de ventas, plataformas inmobiliarias promocionando unidadesy compradores que adquieren –muchas veces sin saberlo– un activo cuya propiedad está en duda.
Para agravar la situación, los abogados aseguran que un “daños irreversibles”: cada nueva venta, cada torre que se levanta, cada peso invertido por un comprador de buena fe aumenta el coste económico y legal de un posible fallo que obliga a devolver la tierra a la Nación.
El giro más reciente: medidas cautelares por riesgo legal en un proyecto habitacional
Además del incidente de desacato, Los documentos adjuntos revelan un frente paralelo: compradores solicitan medidas cautelares contra empresas constructoras, argumentando que ocultaron la existencia del litigio judicial y que no informaron sobre la limitaciones derivadas de reclamaciones de la Aerocivil.
Empresas constructoras habrían ocultado la existencia del litigio judicial. Foto:Distrito de Cartagena
Las solicitudes incluyen la suspensión de pagos de tasasla prohibición de vender departamentos en venta, y la obligación de informar públicamente en portales, oficinas y publicidad que el proyecto se ubica en un terreno objeto de litigio judicial.
Esta línea del proceso abre una nueva dimensión: no se trata sólo de una disputa entre la Nación y los individuos, sino una posible caso de protección al consumidor que podría intensificarse a través de medios civiles y administrativos.
que viene
El Tribunal Superior deberá evaluar si abre formalmente el incidente de desacato. Si esto sucede, se podría llamar a la fiscal del caso para que explique por qué no ha cumplido la orden del Tribunal Supremo. Y, lo que es más importante, el Fiscalía General podría enfrentar un mayor escrutinio por incumplimiento de un caso de alto impacto urbanístico, económico y social.
Para compradores, constructores, Aerocivil y la propia ciudad de Cartagena, la decisión que está por tomar no es menor: podría marcar el futuro jurídico de uno de los frentes de expansión inmobiliaria más codiciados y polémicos de la ciudad.
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Por ahora, lo único claro es que el litigio, lejos de estar cerrado, entra en su capítulo más tenso.
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