

¿Qué puede decirnos un grano de arena sobre la salud de nuestras playas? Mucho más de lo que imaginamos. Un grupo de investigadores de La Universidad de Atlantic y la Universidad Estatal de Grand Valley (Estados Unidos) Acaba de publicar un estudio que descifra, por primera vez, la tipología ambiental de las playas de la Caribe colombiano De una combinación inédita de ciencia y tecnología.
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Hasta ahora, la mayoría de los estudios costeros se centraron en el tamaño de grano o las observaciones morfológicas. Esta vez, los científicos fueron más allá: cruzaron el análisis granulométrico (tamaño y forma de los granos) con colorimetría digital (sistema Cielab) y modelos estadísticos avanzados. El resultado es un retrato integral de cómo funcionan y evolucionan las playas del Atlántico.
La innovación es que, por primera vez en el mundo, el color de la arena se usa como una variable clave para diferenciar los entornos costeros. El color refleja la composición mineral, la madurez del sedimento e incluso el grado de oxidación, lo que lo convierte en un indicador ambiental de enorme valor.
Cuatro caras de la costa
El estudio cubrió 23 playas a lo largo de los 76 kilómetros de la costa atlántica, una franja que enfrenta procesos de erosión acelerados y fuertes Presión urbana Aunque todos están dominados por arenas finas a medianas, los investigadores identificaron cuatro grupos grandes:
- Playas de alta energía, con arenas claras y homogéneas, moldeadas por el navegar y capaz de mantener perfiles estables.
- Depósitos de tormenta, con Arena gruesa y gravas que registran eventos extremos como frentes fríos y huracanes, que actúan como archivos naturales.
- Zonas de transición, con arenas oscuras y trazas de lodo, asociadas con sectores menores o altos de influencia humana.
- Depósitos singulares, como Punta de rocaCon arena brillante y muy gruesa, reflejo de procesos excepcionales que no se repiten en otras playas.
Las arenas del Atlántico, analizadas, revelan secretos sobre la salud y el futuro de las costas. Foto:Cortesía de Nelson Rangel
Cada facies funciona como un Huella digital de playarevelando su historia y vulnerabilidad a los cambios ambientales.
Una herramienta para decidir mejor
El Caribe colombiano es una de las regiones más expuestas a la erosión costera, la pérdida de sedimentos y la presión del desarrollo urbano. La gestión de la playa, hasta ahora, se basó en información fragmentada. Con esta tipología, las autoridades y las comunidades tienen un Herramienta práctica y bajo costo para guiar las decisiones.
Entre sus aplicaciones están: Diseñar proyectos de recuperación con sedimentos Compatible en tamaño y color, detectar áreas críticas frente al cambio climático, conservar hábitats clave como las playas de anidación de tortugas marinas y evaluar la viabilidad de los proyectos turísticos o urbanos que evitan impactos caros e irreversibles.
El estudio abre la puerta a proyectos de conservación y protección de hábitats marinos. Foto:Cortesía de Nelson Rangel
«Queríamos que la ciencia no solo describiera las playas, sino que también ayudara a conservarlas y manejarlas mejor», dijo el profesor Nelson Rangel-Buitrago, líder del estudio.
Ciencia local con impacto global
La investigación coloca al Caribe colombiano a la vanguardia de los estudios costeros y se abre Una nueva ruta en el uso del color como variable científica. La contribución es doble: ofrece un marco metodológico replicable en otras regiones tropicales y posiciones Colombia en el debate internacional sobre erosión, cambio climático y gestión sostenible de la playa.
La alianza entre la Universidad Atlántica y la Universidad Estatal de Grand Valley también es un ejemplo de cómo Cooperación académica Fortalece las capacidades locales y el conocimiento de los proyectos a escala global.
Los investigadores insisten en que este avance no debe permanecer en los laboratorios. Proponen que la tipología se incorpore a los planes de planificación costera, proyectos de restauración y programas de turismo sostenible. El mensaje central es claro: Las playas no son solo un paisaje turístico, son sistemas complejos que mantienen información vital para su conservación y futuro.
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Como resume el estudio: las playas del Caribe colombiano ya no se observan solo, se leen. Cada grano de arena cuenta una historia y, ahora, la ciencia comienza a descifrarla para proteger el patrimonio costero.
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