
El fin de semana pasado se llevó a cabo el funeral del Papa Francisco, un evento que ha resonado intensamente en el corazón de millones de católicos en todo el mundo. Con su partida, la atención ahora se centra en un momento crucial para la Iglesia Católica: la elección de su sucesor en el cónclave que se celebrará el miércoles 7 de mayo. Este cónclave es vital, ya que decidirá quién asumirá el trono de San Pedro, un rol de gran importancia espiritual y mundial.
La fecha del cónclave se estableció durante una reunión de los Cardenales que tuvo lugar el lunes. Después de un esfuerzo deliberativo en la Quinta Congregación General, se tomó la decisión que fue confirmada por Matteo Bruni, el portavoz del Vaticano. Es importante señalar que, históricamente, los cónclaves en la era moderna suelen durar entre 2 y 5 días, lo que añade un aire de misterio y expectación a la elección que se avecina.
En la reunión participaron más de 180 cardenales, de los cuales más de cien tienen derecho a voto. Durante dos horas, discutieron y deliberaron, logrando finalmente acordar la fecha del cónclave. Este encuentro marca el inicio de un proceso significativo que tiene repercusiones a nivel global, dado el impacto que tendrá en la dirección futura de la Iglesia Católica.
Además, según la secretaría de prensa de la Santa Sede, el proceso de elección comenzará con una misa ceremonial en la que se invocará la guía divina para elegir al nuevo pontífice. Esta ceremonia se llevará a cabo por la mañana y será seguida, en la tarde, por la primera votación en la Capilla Sixtina. Se espera que participen aproximadamente entre 133 y 135 cardenales menores de 80 años, quienes se regirán por las normas estipuladas en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis.
Este proceso de elección será metódico y riguroso, siguiendo lo establecido en dicha constitución. Los cardenales votarán diariamente, y el resultado de cada votación será anunciado por el tradicional humo blanco, que señala que un nuevo Papa ha sido elegido, o por humo negro, que indica que aún no se ha llegado a un consenso. Desde el balcón de la basílica de San Pedro, el Cardinal Protodiácono se encargará de anunciar la famosa frase «Habemus papam» cuando se elija al nuevo líder de la Iglesia.
A medida que la Iglesia Católica se prepara para esta significativa ocasión, se siente la anticipación de lo que podría ser el inicio de una nueva era. La elección del nuevo Papa a partir del cónclave no solo influirá en la dirección institucional de la Iglesia, sino que también tendrá un profundo impacto en la vida espiritual de los aproximadamente 1.400 millones de católicos en todo el mundo.
El proceso de elección del nuevo Papa, que comenzará el 7 de mayo de 2025, es inherentemente impredecible. Las especulaciones en torno a los candidatos favoritos, conocidos como ‘papables’, se fundamentan en las interpretaciones de los vaticanistas, el análisis de los medios internacionales y la dinámica interna de la Iglesia. Sin embargo, algunos nombres resuenan con fuerza en la comunidad católica, tales como Pietro Parolin (Italia, 70 años), Matteo Giordani (68 años), Luis Antonio Tagle (67 años), Péter Erdő (Hungría, 71 años), Peter Turkson (Ghana, 76 años), Fridolin Ambongo Besungu (República Democrática del Congo, 65 años) y Robert Sarah (Guinea, 79 años).
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