
Él Sorteo de bonoloto el miércoles 30 de julio Dejó una imagen extraña: 127 bajo el segundo premio. Para ponerlo en perspectiva, la probabilidad de golpear esa categoría es de 1 entre 2.3 millones. Lo normal suele ser que en esa categoría hay entre 0 y 4 ganadores, no más de cien.
Los números premiados explican todo: 3, 7, 23, 33, 43, 48, con 13 como complementario.
La combinación inmediatamente deja oler un patrón irresistible para muchos jugadores:
- Cuatro números terminados en 3.
- El mítico 7.
- Y los supersticiosos 13.
Es decir: todos terminan en ‘3’ y ‘7’.

Imagen: loterías y apuestas del estado.
Es el cóctel perfecto de lo que a menudo se llama «números especiales»: cifras que la mente humana percibe como más probable o afortunado, aunque matemáticamente no lo son. En Brotocoches Vieron tanto el número anómalo de exitosos como la explicación obvia.
Muchas personas juegan sistemáticamente números que siguen patrones visuales o simbólicos. Todo terminado en la misma figura, números «hermosos» como 7, fechas importantes. Lo que no calculan es que, Si algún día tienen suerte, lo compartirán con miles de personas que pensaron exactamente lo mismo. Y eso ha sucedido.
Un experimento clásico muestra que si pide a las personas que elijan números «aleatorios», eviten sistemáticamente consecutivos y tienden a distribuirlos por decenas. El resultado: patrones predecibles.
El día anterior solo había 3 afortunados en esta categoría. Casi 70,000 euros tomaron cada uno. Ese día fueron a 1.783 euros, solo el salario neto promedio en España. Al día siguiente no había recordación. No es la primera anomalía reciente: en 2023 salió prácticamente la misma combinación ganadora en dos empates con solo 48 horas de diferencia, cambiando solo un número.
Es una amarga lección de estadísticas aplicadas: En el juego, tan importante como la suerte es la originalidad. La paradoja es que los números que parecen «menos aleatorios», en 1-2-3-4-5-6-6-son estadísticamente los más inteligentes: tienes las mismas posibilidades de ser golpeado, pero casi nadie más los juega.
La próxima vez que veas una combinación consecutiva en un sorteo, no te sorprendas si hay pocos ganadores. Será el día en que se formen los matemáticos.
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