
El pionero de arte abstracto colombiano abre ‘ecuaciones geométricas’, su primera gran retrospectiva en Nueva York, en la Sociedad América. Un recorrido por más de 60 años de experiencia.
A los 87 años, la lucidez y la energía de Fanny Sanín (Bogotá, 1938) son tan vibrantes como los colores en sus lienzos. Considerado una de las figuras clave del arte abstracto en América Latina, la artista sigue siendo completamente activa y celebra un nuevo hito en su carrera: la inauguración de «Ecuaciones geométricas» en la prestigiosa méritos de la sociedad. Esta es su primera exposición individual institucional en Nueva York, la ciudad que la recibió en 1971 y donde ha consolidado su legado.
La exposición, curada por Edward J. Sullivan, cubre más de seis décadas de trabajo ininterrumpido. En una entrevista reciente con El Diario El paísSanín compartió sus reflexiones sobre este momento. «Me emociona y genera melancolía, porque cada imagen corresponde a una época y me recuerda», confesó.
Una disciplina inquebrantable
La rutina de Fanny Sanín es una voluntad de su pasión y profesionalismo. Su respuesta sobre si todavía trabaja es abrumadora: «Pinto todos los días, excepto los sábados y domingos. Esto siempre ha sido, desde que me gradué. Desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde».
Sea una mujer en el mundo del arte
Aunque hoy es una figura consolidada, el camino no siempre fue fácil. Sanín claramente recuerda la discriminación que enfrentó por ser mujer. Después de graduarse, fundó un estudio en Bogotá, pero tuvo que cerrar porque «ser mujeres, después de hacer el trabajo, no nos pagaron». Al llegar a Nueva York, encontró una atmósfera similar y se topó con la histórica protesta feminista de 1970 en las puertas de MOMA, que bajo el lema «Museo del Arte de los Hombres» exigió una mayor representación.
Sinfonías de color sin título
Una de las características más distintivas de su trabajo es la ausencia de títulos. «Me gusta verlos como sinfonías musicales, que no tienen título. Mis pinturas no son una metáfora de nada, son pura abstracción y poner un título arbitrario parece deshonesto», dice.
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